𝑻𝒉𝒆 𝑬𝒏𝒆𝒎𝒊𝒆𝒔 (𝑺𝒆𝒗𝒆𝒓𝒖𝒔 𝑺𝒏𝒂𝒑𝒆) Pt 1

мαкє α мєѕѕ ωιтн тнє мαяαυ∂єяѕ

QUINTO AÑO

NARRA T/N:

Empezar el año con una broma para los merodeadores es un hábito. Pensando como hacerlo, que necesitan, a quienes perjudican. Estábamos en la sala Común de Gryffindor.

—Esa broma la hemos hecho el año pasado—comenta Sirius hacia Peter.

—¿Y si hacemos levitar globos con tintura?—dice Remus

—Y que la tintura tenga un líquido que de picazón.—le sigue Peter.

—No esta tan mal, pero es algo básico.—dice James con una mueca.—Raven, ¿Tienes ideas?.

—No, nada. Pero... creo tener algo... ¿Y si metemos a Peter en una goma de camión?—sugiero.—Es la más grande que hay, el entraría allí.

Por sus caras, noto que les gusto la idea. Fuimos hasta el patio, cerca de una colina no tan alta, había alumnos allí también. Peter se metió en la goma de camión, iban a deslizarlo hacia mi.

—Asegúrate de atraparme T/N—dice Peter algo nervioso.

—Si, si, tu entra—dice Sirius.

—Lo hechizare para que sea más divertido—dice Remus.

—Será un desastre si lo haces Luna—digo notando como no le importo.

Estábamos a una distancia no tan lejana. Sirius empuja a Peter, este venia hacia mi. Se cayo mi varita en un momento inoportuno. Al levantar mi vista Peter estaba cayendo colina abajo. Los cuatro nos miramos y corrimos a Colagusano.
Rebotaba por las paredes, escaleras, chocaba a algunos alumnos, otros se corrían. El hechizo que hizo Remus no ayudó del todo, no se detenía.
La profesora Mcgonagall y mi madre aparecieron frente a este, con cara malhumorada. Mi madre detuvo la goma. La multitud se acercó.
Peter se levantó mareado.

—Me toca—dijo Sirius emocionado.

—No, oye, me toca a mi—acota James.

—No a mi—dicen otros en unísono.

Más personas hablaban en voz alta para intentarlo.

—T/N ¿Qué ha pasado que no me detuviste?—pregunto Peter confuso.

—Se me ha caído la varita Peter, lo siento.

—Esta bien. ¿No se ha roto no?

—No.

—¡Silencio!—grita mi madre—¿Quién es responsable de este desastre?.

—Potter y sus amigos.—confiesa un Slytherin.

Con los chicos lo fulminamos con la mirada.

—Ustedes vayan a la oficina de Dumbledore.—ordena mi madre molesta.

—¿Ustedes quienes?—pregunta James irónicamente.

—Potter, ya han hecho bastante. Sabes a quienes se refiere. Pettigrew, Lupin, Black, Grindelwald y tú.—dice Mcgonagall enojada.

Los cinco nos dirigimos hacia la oficina de Dumbledore. Albus estaba sentado con cara seria. Con los chicos estábamos en una fila. Mi madre estaba en una esquina y Mcgonagall en la otra.

—Se que están en una etapa de querer hacer bromas chicos y T/N, pero no me agradan del todo este tipo de cosas. He escuchado lo que han causado. No estoy feliz, pero tampoco enojado, ya que los daños son menores. El castigo no será tan severo como lo imaginan...

—En nuestra defensa...—empezó a hablar Sirius.

—No he terminado de hablar Sr Black.—dice Dumbledore mirándolo.