El mall del centro de la ciudad rebosaba de gente como era costumbre, el sol brillando y la brisa fresca del aire soplando creaban un clima espléndido para estar fuera. Caminando junto al alfa vislumbró con interés a las familias y parejas que como ellos, charlaban y reían ajenos a su entorno. Sonrió cómplice consigo mismo, hacía unas semanas no habría imaginado caminar de la mano de su pareja destinada mientras se dirigían a-
Espera.
¿A dónde?
— ¿Por qué estamos aquí? — Cuestionó de repente el cresta, recién cayendo en cuenta de que se había dejado traer allí sin saber por qué.
Observó al alfa sorprenderse por lo repentino de la pregunta antes de soltar una ligera risa, aquello solo enfatizó su sonrojo haciéndolo fruncir el ceño, se sentía un poco estúpido. Volkov tenía esa habilidad de hacerlo perder la noción del tiempo y el espacio cada que estaban juntos.
A veces eso era... problemático.
— Bueno, primero tengo que recoger un pedido y luego... Recuerdo que me mencionaste que nunca habías tenido una "cita tradicional".
Tal frase captó completamente su atención, parando su caminar al instante. ¡Una cita! ¡Como en las series coreanas que veía la señora de la limpieza!. Trató de ocultar lo mejor que pudo la emoción que causaba la idea de una salida romántica con su alfa, sin embargo el brillo de ilusión que destellaba en sus ojos fue imposible de evitar. — ¿Si? — Alentó a continuar.
— Y... En este caso, me preguntaba si querías hacerlo hoy. — Propuso nervioso, la intensidad en la mirada de su pareja no ayudaba mucho para calmar los fervientes latidos de su corazón, se sentía como un inexperto adolescente. — C-claro que si no te agrada la idea podemos hacer otra cosa o-
— Shh — Calló con su índice sobre los pálidos labios, poniéndose de puntillas entra de susurrar con sensualidad — Si quiero hacerlo contigo... y también la cita. — Sonrió triunfal al ver las mejillas del ruso en un tono carmín, carraspeando en busca de pensamientos castos antes de continuar su andar.
No caminaron mucho hasta llegar a la joyería que era su destino. Al pasar la entrada su atención fue directamente hacia los escaparates donde se exponían variedad de anillos, pulseras y adornos. De inmediato y sin formular palabra alguna soltó la mano del alfa para mirar de cerca. ¿Qué podía decir? amaba las joyas, y no le avergonzaba en lo absoluto demostrarlo.
Al crecer bajo el ala de una familia de dinero, siempre se vió rodeado de lujos. La parte favorita de su infancia era cuando su abuelo omega le dejaba usar sus pendientes y anillos en los eventos formales hasta que fue lo suficientemente mayor para que le obsequiaran los propios.
Le gustaba verse bonito y le cautivaban las cosas vistosas. Los aretes de oro rosa en sus orejas — obsequio de Gustabo — y anillos con discretas incrustaciones de diamante que lucía en sus manos lo demostraban con suficiencia.
Sintió a Volkov acercarse por detrás, no escuchó palabra alguna por su parte, parecía estar analizando su comportamiento mientras que él consultaba con la dependienta sobre la composición de cada pieza.
— ¿Busca algo en especial?
— No, solo estoy mirando. — Restó importancia.
— En mi caso vengo a recoger un pedido, ya está cancelado, me comunicaron que podía acercarme aquí. — Comunicó el ruso con su típico formalismo y seriedad que lo caracterizaba.
La dependienta saltó en reacción a la voz profunda y firme del alfa. Rápidamente aceptó la tarjeta que contenía el código del encargo y lo digitó en la computadora que tenía al lado. — Si señor, si me espera unos minutos le traeré su pedido.
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STREETS - VOLKACIO (Omegaverse)
FanfictionNacido para servir y obligado a casarse por conveniencia, Horacio aprovecha la traición de su prometido para irse de fiesta sin premeditar que terminaría enrollándose con su pareja destinada. Viktor Volkov era todo lo que él soñó pero sabía que no p...