Leave

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La mezcla a acaroina y desinfectantes —típicos en los hospitales—, son aromas que con el paso del tiempo Viktor ha asociado con eventos trágicos en su vida como lo fueron la pérdida de sus familiares, o sucesos aciagos como los pasados episodios depresivos de Michelle tras sus múltiples abortos y... el desfavorable pronóstico de su cachorro.

Era así, pero... a medida que estos últimos meses pasaron, todo aquello parecía haberse enterrado en el olvido. Porque mientras camina de la mano de su omega, el olor a alcohol y cetonas del hospital no podría importarle menos, ya no hay recuerdos malos.

Hoy por hoy, casi nada es capaz de perturbar su felicidad.

Giran a la derecha y siguen por el largo pasillo reconociendo de memoria la ruta hacia el consultorio 717

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Giran a la derecha y siguen por el largo pasillo reconociendo de memoria la ruta hacia el consultorio 717. Es día de chequeo prenatal para Horacio, y como lo han hecho desde que se enteraron de su embarazo, Viktor camina a su lado sosteniendo su mano con firmeza.

El alfa mantiene su vista al frente, ignorando las miradas fisgonas y murmullos que no se han hecho de esperar por todo aquel que se les cruzase desde la mañana al arribar a la clínica.

Le incomoda, por supuesto que sí, odia que miren a su omega. Pero de alguna forma lo comprende. No es común ver a una pareja alfa-omega dominantes, sobre todo una tan peculiar cómo lo son ellos dos.

Horacio, con su más de metro ochenta de alto, a sus 31 semanas de gestación camina dando saltitos demostrando claramente su buen humor. Su holgada sudadera gris disimula su estado en cierta forma a los ojos ajenos y casi lo prefiere así. Durante la mañana asistieron a su tercera clase de preparación de parto y necesitaba vestir cómodo, por lo que eso, y unos pantalones a juego fueron su elección. Contrario a él, Volkov, al tener que asistir luego al trabajo, lo acompaña vistiendo su pulcro traje y peinado.

Durante buena parte de la mañana se vieron envueltos en la típica lección, Horacio adoraba charlar y participar activamente. Debido a su estado, como omega anteponía la seguridad de su cachorro limitando sus salidas al exterior, por lo que charlar con gente nueva —y de paso aclarar sus dudas en esta nueva etapa de su vida— era un soplo de aire fresco para él.

Por desgracia, no podría decirse lo mismo para Volkov.

El alfa había insistido múltiples veces en contratar un servicio privado para Horacio, pero la respuesta siempre fue negativa. No era por algo en especial referente al moreno, realmente el ruso no tiene complicación alguna con que su omega salga de casa e interactúe con gente nueva. El verdadero problema era él.

Las dinámicas grupales nunca fueron lo suyo, por lo que cantar, gestualizar y exclamar cosas que en la intimidad de su hogar y que únicamente hace en presencia de su pareja, es... vergonzoso. Y es que durante cada sesión, Volkov es obligado a exagerar respiraciones, hacer muecas raras y colaborar con la instructora que parecía habérselas ensañado con él al pedirle su apoyo para todas las explicaciones.

STREETS - VOLKACIO (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora