¿Será que sí? ¿Será que no? [Uzui x Zenitsu]

✨🍵 Decisiones 🍵✨

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Zenitsu no pronunció palabra alguna durante su tiempo restante dentro de aquella fría habitación, pues en su mente y en su rostro lo único que podía reflejar era una tremenda confusión; podía escuchar de lejos las palabras desesperadas de ese albino que no paraba de rogar por alguna cosa a la pelimorada, ¿acaso él estaba llorando? No lo sabía, pero así parecía, sin embargo, por alguna razón, no pudo hacer más que sentarse en el borde de la camilla sin expresión alguna.

Sus ojos habían perdido ese brillo hace mucho, el brillo que le indicaba dejar de ser un niño y el mismo que le recordaba todas las vivencias ocurridas en su triste y monótona vida; recordó a Eita sujetándole el brazo como intentando sacarlo de su trance, no obstante, Zenitsu se limitó a mirar sin remordimientos el suelo y se preguntó lo que hace mucho tiempo no hacía: ¿Esto era real?, ¿era una simple fantasía? No tenía idea del porqué de sus preguntas, pero recordó con nostalgia sus días de niñez, los pocos en los que era feliz y la gran mayoría en los que no, y es que fue justo en esos en los que la anterior pregunta relucía con claridad, porque en los días de tormenta en aquel ático frío y lleno de telas en el que era encerrado en tanto el abuelo dejaba su mansión, el único pensamiento que podía brotar de la cabeza de un niño de 7 años era, si definitivamente esta era la realidad, si realmente él estaba sufriendo así, o si acaso esto se trataba de una simple pesadilla, y de vez en cuando se aferraba a ese pensamiento mientras cerraba los ojos al ser golpeado, pues, en cierto modo pensó en la mera idea de que al despertar lo haría dentro de una familia amorosa; una que lo abrazara al llegar de la escuela, una que celebrara con emoción sus cumpleaños y una que besara cálidamente sus mejillas, y aunque desde hace mucho lo comprendió, aún seguía negándose al más obvio de sus pensamientos: él anhelaba una familia.

Miró de reojo al pelinegro que le sujetaba y se percató de su tristeza en ella, pues Uzui parecía pedir respuestas lógicas revisando una y otra vez los informes mientras resoplaba y colocaba sus manos en su cabello como queriendo tirar de él, y ahí fue cuando lo pensó:

- (¿Acaso él también quiere una familia?, ¿él sufre por mí?) su pensamiento fue negado inmediatamente por su sentido común

Pensó en que ese hombre posiblemente ya tenía una familia numerosa de la cuál cuidar, se veía adinerado, ¿acaso el dinero compraba la felicidad?, ¿sí él tuviese tanto dinero podría ser feliz y amado? La respuesta correcta era no, sin embargo, para un niño que miraba con nula emoción aquella escena, eso parecía lo más lógico.

Uzui estableció contacto visual durante unos segundos con aquel rostro que para su gran sorpresa no se encontraba devastado, acción que Shinobu repitió mirándole también.

Zenitsu observaba cada uno de sus movimientos sin decir nada, su rostro y su cuerpo no expresaban más de lo que se notaba a simple vista, pero su alma y corazón se encontraban claramente desolados y es que cuando Uzui miró un poco más de cerca y con el ceño fruncido casi queriendo llorar notó las pequeñas lágrimas en los bordes de sus ojos, y un nudo en la garganta se formó al notar esa mirada arruinada que tenía la madre de su cría.

El rostro del rubio seguía sin expresar nada, sin embargo, y por una razón desconocida las lágrimas empezaron a brotar desconsoladamente mientras se fijaban en él y allí fue cuando una culpa gigantesca lo invadió haciéndolo salir de aquella habitación dejando atrás al rubio, su hermano y sus culpas.

El albino se recostó en la puerta externa de la habitación e hizo lo que en mucho tiempo no hacía: lloró.

Lloró hasta que sus ojos dolieran y hasta que su nariz goteara, pues uno de sus miedos se había hecho realidad, y que al enterarse de que iba ser padre no solo pensó en la felicidad que esto le traería, sino también en las consecuencias de sus acciones, en las que resumidamente expresaba que anhelaba la felicidad del rubio, ya fuera con él o sin él, pero también, amaba a su cría.