Dionisio no respondió, y en silencio siguió su camino con las manos entre los bolsillos. Victoria se cruzó de brazos, esperando escucharlo.-Deberíamos volver a la fiesta. - fue lo único que dijo, dejándola atrás.
Ella se quedó de pie, asimilando la frialdad en la acción de él. Cuando reaccionó se dirigió a su habitación, en ella se desvistió quedándose en bata, para ella la fiesta había terminado.
...
Dionisio tomaba tequila, apartado de los demás. Más que el licor ardiente bajando por su garganta, lo que le pesaba era la lucha consigo mismo, poniendo sus ideas en una balanza; por un lado quería confiar en Victoria y decirle lo que le atormentaba, por otro lado se había enseñado a ser reservado y no divulgar su vida. Nunca había estado enfrentándose tanto a sus pensamientos hasta que la conoció a ella, y le pesaba, porque estaba descubriendo un sentimiento repentino que no entendía, y no quería lastimarla.La mañana siguiente fue ajetreada para el equipo de Casa Victoria, todos estaban listos para regresar.
-Victoria tú no vas con ellos, irás conmigo. -determinó Dionisio, encontrándola en recepción.
-Como tú digas. - sonrió.
Él imaginó que ella no estaba molesta por lo de la noche, pero Victoria se encargaba de seguir su plan, y para ello debía ser la más comprensiva y complaciente. Todo por un objetivo, se repetía como regaño.
Dionisio decidió que viajarían por carretera, llevaban una hora de camino, tiempo en que Victoria aprovechó para dormir. Por su parte él seguía en sus pensamientos, por instantes observaba a la mujer a su lado, era la segunda vez que la veía dormir, la veía hermosa por cada centímetro de sus facciones, pero si debía escoger, le gustaba más cuando sus ojos estaban abiertos y expresando mil cosas.
-Dionisio. -murmuró ella, despertando.
-Dime.
-¿Por qué eres tan malo? -bostezó.
-¿Yo, por qué? - giró a verla, confundido.
-Me trajiste por carretera, sin desayunar. - se frotó los ojos.
Él sonrió.
-¿Tienes hambre?
-Sí, ¿tú no?
-Un poco.
Dejando el auto en el estacionamiento, bajaron a un pequeño restaurante que quedaba de paso. Tomaron asiento y ordenaron, después ella se disculpó para ir al baño.
-Ya regreso. - dijo, guiñando un ojo y caminando coquetamente.
Él no le quitó la mirada al trasero femenino, teniendo la necesidad de apretarlo, hasta ahora no había tenido la oportunidad de verlo desnudo y a su disposición.
Durante la comida él no dejó de verla, poniéndose duro cuando Victoria “inconscientemente” se inclinaba mostrando el inicio de sus senos, o se pasaba el dedo sobre sus labios saboreando la miel de su platillo.
Terminaron de comer y después de pagar volvieron al auto. En el recorrido el ambiente estuvo lleno de tensión sexual, hasta llegar a la ciudad.
-Has estado provocándome en todo el camino. - dijo él orillándose, ya sin poder aguantar.
-¿Y qué vas a hacer al respecto? - su mano se movió a la entrepierna cubierta de él, acarició de arriba abajo, escuchándolo jadear.
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Pasión Infiltrada...
FanfictionLa oficial Victoria Gutiérrez usará sus encantos, seduciendo al mafioso y al que todos creen peligroso, Dionisio Ferrer. Ella se infiltrara en forma de pasión, y la pasión se infiltrara en forma de amor. La delgada línea entre lo legal y lo ilegal...