Victoria se sorprendió cuando la puerta se abrió.
-Lo cierto es que puedo perderlo todo, pero no puedo perderte a ti. - entró a la oscura habitación, ella le prestó atención a la figura masculina, creyendo podía ser una imagen producida por su imaginación. -Te necesito Victoria, necesito de tu amor para que ya no duela.
Victoria se incorporó, insegura ante las palabras de él.
-Llévame lejos de aquí, no quiero estar en esta casa ahora. - le pidió él como súplica.
La imagen desolada que proyectaba estrujó el corazón de Victoria, ella misma le había pedido que le compartiera su dolor, y parecía que él estaba dispuesto a hacerlo. Empacó una maleta con pertenencias de ambos y salieron de la mansión.
Manejaba su auto a una velocidad normal, mientras más se alejaban él parecía relajarse. Ella tenía la ubicación clara a donde ir.
Abrió la puerta y entró, invitándolo a él a hacer lo mismo. Lo hicieron en silencio, ¿por dónde empezar?
Ella encendió las luces y él vislumbró una acogedora casa de estilo rústico, los colores, la calidez. En todo se fijó. Caminó adentrándose, ella iba detrás siguiéndolo con la mirada.
Cuando Dionisio volteó, Victoria vio que de sus ojos caían largas y gruesas lágrimas. Él sin decir nada la encerró entre sus brazos, apoyándola en su pecho y se permitió llorar, ella conmovida y al mismo tiempo confundida le devolvió el abrazo.
-Lo siento tanto, Dios, como lo siento Victoria. Perdóname, te lo suplico.
Victoria elevó su rostro y se encontró con el de Dionisio, y solo Dios sabe cuánto le dolió verlo así. No solo eran sus lágrimas, también era su mirada lo que le pinchaba el corazón, ese no era el hombre que ella conocía.
-Dionisio.
-Te herí, fui tan estúpido, me pesa cada acción, cada palabra que de mí salió. Ahora estoy consciente, no sé qué me pasó, Victoria. Te hice daño. - dejó escapar un sollozo.
-Dime qué te hicieron, mi amor.
-¿Cómo puedes tratarme así después de que yo fui un patán? No lo merezco. - sostuvo su cabeza por ambos lados y apoyó su frente sobre la de ella, cerrando los ojos.
-Porque quiero entender.
-Yo no lo sé, pero en la mansión estaba tan asfixiado, me sentía acorralado, quería aislarme, quería gritar, discutir. Tenía un nudo que no me dejaba en paz, estaba muy enojado, tenía mucho odio.
-Ven conmigo. - lo llevó al sofá, y no le soltó la mano. -¿Con quién estabas enojado ahí?
Él lo pensó antes de responder.
-Con mis padres.
Victoria se sorprendió, ellos eran la adoración de Dionisio.
-¿Por qué? ¿Qué sucedió?
-Bernarda, ella me habló de ellos. La hicieron sufrir, Victoria, mis padres fueron malas personas con ella. Mi papá tuvo un hijo con ella, y aún así la abandonó, no le importó nada más que estar con mi mamá, y mi madre, ella era amiga de Bernarda y la traicionó. Bernarda les pidió ayuda... Dios. - cerró los ojos mientras una vez más salían lágrimas de sus ojos.
Ella no entendía mucho, pero igualmente se asombró.
-¿Por eso tu odio?
-Mi odio es contra Bernarda. Ella los mató, Victoria. Mató a mis padres, me dejó sin ellos. Me lo confesó, quería hacer lo mismo conmigo porque era una venganza.
ESTÁS LEYENDO
Pasión Infiltrada...
FanfictionLa oficial Victoria Gutiérrez usará sus encantos, seduciendo al mafioso y al que todos creen peligroso, Dionisio Ferrer. Ella se infiltrara en forma de pasión, y la pasión se infiltrara en forma de amor. La delgada línea entre lo legal y lo ilegal...