La Felicita in Mano

8. Guerra de Ukes: Los Peluchitos vs. Los Princesos

Blue: hello (?) Sí, me dio por el inglés hoy, por cierto, me gustaría saber una cosa, ¿esta temporada es más oscura que la otra? Es para añadir más humor si queréis

Paulo: si ya estamos nosotros que parecemos los bufones comentaristas (?)

Owen: cierto, cierto

Blue: en fin serafín (?) El disclamer, que no me voy a enrollar mucho hoy: Hetalia, la Tierra y obviamente los países no son míos pero tranquilos, algún día dominaré el mundo y lo serán muajajajajaja

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║ Lunes, en la biblioteca de la AM...♡║
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A él siempre le había gustado jugar a tener aventuras, por eso es que siempre anda escribiendo algo. Así siempre fue Tino Väinämöinen, un joven finés soñador. Pues bien, Tino sentía que las cosas se estaban complicando, y eso lo sabe porque suele estar presente en varios momentos de tensión entre sus amigos y compañeros, lo cual le daba inspiración. En su libreta, donde tomaba nota de lo que sucedía, tenía escrito todo lo que sabía acerca de los problemas de su grupo, tales como: la misteriosa distancia entre Lovino y Antonio, la probable ruptura de Arthur y Alfred por el alcohol, la desilusión de Yao por Iván, el instinto asesino de Feliks que ha despertado a raíz de lo de Yao, el embarazo de Matthew, el robo del cuadro favorito de Feliciano, y la obsesión de Lukas con su teléfono. Decidió empezar a escribir su novela y usaría un seudónimo, ¿por qué? Porque la novela se llamará Los Misterios de Tino, y como que quedaría muy personal, cosa que en realidad es... aunque tal vez debiera de cambiar su nombre por otro. Un nombre. Uno finés que suene bien a su oído, pero que el nombre que pondría en el título fuera un nombre que transmitiera fuerza. Pensaba en varios nombres, todos sonaban bien, pero rebuscaba para que fuera perfecto, y finalmente, encontró el nombre ideal para su título: Los Misterios de Markku. Markku en escandinavo significa "rebelde" por lo que le vino de perlas para el protagonista. Y así, gracias al nombre del protagonista y la inspiración que le dieron sus amigos con sus interesantes vidas, Tino empezó a escribir un esquema para hacerse unas ideas claras de como va a ser su historia. Escribía y escribía sin parar, hasta que Tino oyó de pronto el timbre que indicaba que debía de irse a clase. Decidió salir de la biblioteca cuando escuchó algo que le llamo la atención.

-Así que el chino ese se cree que puede conquistar a Don Rusia -dijo una voz. Tino supo que hablaban de Yao, sintió que debía saber qué hablaban de su amigo.

-No es que lo crea, es que puede -dijo otra voz. Tino vio que hablaban cerca de unos estantes. Apartó dos libros lo más silenciosamente posible y vio a los que conversaban. Eran Bryan, alias Seychelles, y Vladislav, el bielorruso.

-No voy a dejar que ese chinito de mierda me quite a mi Iván, él solo me quiere a mí y como se atreva a robármelo le clavaré mil cuchillos si hace falta -dijo Vladislav. Tino tragó en seco, sabía que eso podría ser real, no era la primera vez que se decía que este bielorruso es un psicópata.

-No puedes hacer eso -dijo Bryan. Tino suspiró, pensó que este chico era mejor persona y le haría entrar en razón-. Lo mejor sería que le demostrases quien manda. China es demasiado femenino, por no decir que es un travesti, así que si lo acorralas y le dices que tú eres el único para Don Rusia, se olvidará del tema.

-No sé, podría saber artes marciales chinas de esas, obviamente yo le ganaría pero para que no saque sus puños debería de vernos a todos para darle más miedo. Si vamos muchos y le hacemos ver que está solo, tendrá miedo -dijo sonriendo. Tino debía avisar a Yao de que en algún momento lo irían a acosar, pero debía saber exactamente donde, cuando y quiénes irán, por si debía de avisar a los profesores. Se iba a dar la vuelta cuando de pronto sintió que alguien le había agarrado por detrás y le había inmovilizado los brazos haciendo que su cuaderno cayera al suelo.