25. Con la Felicidad en la Mano

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Blue: y he aquí... algo hermoso sí, traje una canción medio española medio italiana, cursi y Spamano plz de eso va la cosa. Se llama "Lentamente" ¿qué?, ¿de verdad creíais que iba a acabar el fic?

Owen: así que aún continúa la historia, menos mal :D

Paulo: esooo que el final del capítulo anterior fue estúpidamente horroroso D:

Blue: ¿? En serio? Tan malo fue?? Pensé que hizo reír 0.0 bueno, pues espero que este os guste más. En fin: Hetalia no me pertenece aún, lo estoy negociando con Kidekaz Himaruya... Y llevo todas las de perder xDxD bueno, al menos el SebSwiss sigue siendo de mi propiedad :D

El tiempo pasa y, como todos sabemos, nadie es joven para siempre, aunque todavía no llegamos a esa época, ¿verdad? Ahora ellos dos vivían en una ciudad donde el sol apenas brillaba, en un país frío de Europa por suerte para ellos, podría haber sido mil veces peor. Él era ahora lo que siempre había deseado desde que era pequeño: tocar el violín, independientemente de lo que quisieran los demás. En ese instante tocaba tranquilo con la poca luz del día iluminándolo. Oyó que se abría la puerta, supuso que era Antonio, que regresaba, como siempre, reventado del trabajo. Llevaba una temporada en la que le hacían trabajar de noche, ¿quién dijo que los médicos tenían una vida fácil y despreocupada? Si la gente supiera la realidad... Lovino, al ver su cara de sueño, no pudo evitar darse cuenta de que era mejor que dejase de tocar para no molestarle. Antonio le dirigió una sonrisa y se echó en el sofá.

-Una noche muy larga por lo que veo, ¿a que sí, bastardo? -dijo sentándose a su lado. Antonio le acarició el pelo y se tiró encima suya.

-Pues sí, tengo mucho sueño -dijo sonriendo levemente.

-Esos imbéciles te tienen explotado, joder que trabaje otro por la noche maldición.

-Lovi~ fui yo quién pidió las horas extras.

-Aún no sé porqué lo hiciste -Antonio le le depositó un beso en la frente.

-Para vivir bien.

-Toco en la Filarmónica de Berlín, no te va a faltar de nada conmigo a tu lado.

-Qué ego.

-Pues como el idiota de tu amigo Gilbert, ¿no?

-También es tu amigo y compañero de trabajo -dijo besando su mejilla.

-¿Cómo puedes darme tantos besitos estando tan reventado?

-Siempre guardo algo de fuerzas para darte algo de amor todos los días.

-Empalagoso -dijo sonrojándose y devolviéndole un beso en los labios.

-Además de que tengo una semana libre...

-¿Cómo?

-Pues eso.

-¿Pero no estabas haciendo horas extra?

-Sí, pero las acabé y me pedí la semana, total coincide con tus vacaciones, ¿no? -hubo unos minutos de silencio-¿quieres que mañana nos vayamos a España? -preguntó Antonio. El italiano abrió mucho los ojos sin entender lo que decía el español.

-¿Pero qué..?, ¿adónde has dicho?

-A España, ¿dónde si no?

-¿Y por qué no mi país? Podría aprovechar en ir a ver a mi familia, no pienses solo en ti, bastardo -Antonio se acercó a su oído.

La Felicita in ManoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora