Era sábado, estaba lavando la ropa era una de las tareas que me tocaban hoy.
—¡Oye Cata!
—Ahhh ya te dije que no me digas así, soy Catalina, Tomás.
Además, no te había dicho la madre superiora que no debes correr porque te puedes caer.—No me voy a caer sólo por correr tantito Catalina, no te preocupes jejeje.
—Mira cómo traes la ropa, toda sucia, ven acá ¿qué andabas haciendo?
—Mmmm es que.....
—¿Qué cosa?
—Si te digo no te enojas.
—No me voy a enojar, anda dime qué estabas haciendo.
—Pues... Marian, Gina y yo estábamos jugando a la guerra de lodo, por eso andamos bien sucios jejeje.
—Asshh que les he dicho de no ensuciarse así , se acababan de bañar apenas ehh.
¿Dónde están Marian y Gina?—Están en el patio trasero, pero ellas están más sucias que yo, oye qué hacemos no quiero que la madre superiora nos vaya a regañar.
Tomás empezó a hacer ojitos de cachorro.
—Esta bien, no te preocupes además la madre superiora no está en el convento, regresa hasta mañana en la tarde de su reunión; mejor dile a Gina y a Marian que se vayan a bañar igual que tú porque están bien sucios. En un rato comemos ¿está bien?
—Si Catalina, ¡Eres la mejor!, voy a buscarlas nos vemos en un ratito.
—Eyyyy te dije que no corras te puedes caer.
Una sonrisa se me formó entre los labios "niños" jajajajajaja me gustaría ser como ellos sin preocupaciones pero en fin. Tengo que terminar de lavar la ropa.
Después de que terminé de lavar la ropa que se me junto de la semana fui a la cocina a ver a la señora Clara, ella es la cocinera del convento, se encarga de preparar todas las comidas tanto para las monjas como para nosotros.
—Hola señora Clara ¿Cómo ha estado?
—Muy bien pequeña ¿y tú cómo has estado, te va bien en la universidad?
—Muy bien gracias a Dios, en la universidad me va bien no tengo problemas, ¿Qué está preparando?
—Que bueno pequeña me alegro de que te esté llendo bien porque te esforzaste demasiado en entrar, porque ya sabes, no cualquiera puede entrar a la universidad hoy en día cada vez es más difícil entrar por el examen de admisión que les aplican a los jóvenes.
Además estoy preparando un caldo de pollo que está pero ufff es para chuparse los dedos jajajaja.—Si doña Clara me apliqué mucho para el examen para poderlo aprobar y hablando sobre la comida, esto huele delicioso, no puedo esperar ya para comer jajajaja.
La señora Clara es una mujer entrada en los cincuenta, apoya al convento realizando la comida, es una buena persona, su cabello es lacio de color negro y ya se le empieza a notar algunas canas, su piel es morena clara y en sus ojos también ya se empiezan a ver las patas de gallo, pero aún así es una señora que sólo de verla te da la sensación de confianza y te dan unas ganas inmensas de abrazarla.
Ella ayuda en el convento desde que yo tenía 10 años y hasta ahora se ha quedado nos tiene un gran cariño a mis hermanitos y a mí.
—Bueno pequeña ya está la comida, les puedes avisar a los niños que ya se vengan a comer por favor.
—Si, claro no se preocupe.
Salí de la cocina a buscar a mis hermanitos, deben de estar en la sala de actividades, ahí es donde realizan sus tareas y actividades de recreación.
—¡Chicos ya está la comida vengan a comer, la señora Clara hizo caldo de pollo!.
—¡SIIIII!-dijeron al mismo tiempo.
—Recuerden que deben lavarse las manos antes de comer.
Todos juntos nos dirigimos a la cocina y nos lavamos las manos. Después nos sentamos e hicimos una oración para dar las gracias por esta comida.
Después empezamos a comer ya eran casi las siete de la noche cuando terminamos, le estaba ayudando a recoger los platos a la señora Clara, ya era la hora en que ella tenía que regresar a su casa.—Ya me voy pequeña mañana temprano llegó a prepararles el desayuno.
—Si no se preocupe, vaya a descansar yo me encargo de limpiar, váyase con cuidado está bien.
—Si no te preocupes, nos vemos mañana, que el señor esté contigo.
—Igualmente, hasta mañana.
Abrí el portón del convento y cuando la señora Clara se fue despidiéndose con un movimiento de mano, cerré de nuevo el portón.
El Convento de la Sagrada Luz, este ha sido mi hogar desde que tenía tres años y he vivido con mis hermanitos hasta ahora, en total somos once contándome, está Tomás que es un niño de ocho años; Marian, Gina, Samantha, Angélica que tienen siete años; Luis, Miguel, Abel y Alana que tienen seis años , y por otro lado está el más pequeño que es Ismael el tiene tres añitos. Todos vivimos aquí ya sea porque nos dejaron en la puerta del convento, nos encontraron en la calle o no teníamos dónde vivir. El convento también busca darnos una mejor calidad de vida por eso mismo hay un programa de adopción por si una pareja esté interesada en adoptar a uno de los niños pero por el momento hemos estado juntos. A mí nunca me adoptaron así que ya llevo quince años viviendo aquí, les ayudo también en el convento a las monjas y a la madre superiora a cambio de seguir viviendo aquí, ya que al ser mayor de edad ya no es su obligación cuidarme por eso los fines de semana me encargo de lavar la ropa sucia, y mantener limpio el lugar.
Miro el cielo nocturno antes de entrar al convento y por alguna razón siempre me causa nostalgia especialmente en este mes de Octubre.
Aveces me gusta pensar que hubiera sido de mí sí la madre superiora no me hubiera encontrado esa noche en el bosque. Sería lo que soy ahora o mi vida sería distinta.Nota: ¡Hola! aquí Mariposa Oscura ✨🦋 estoy subiendo el primer capítulo espero y les agrade. Saludos✨🦋😌.
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Auras dispersas
Misterio / Suspenso¿Qué pasaría si tuvieras una habilidad única que nadie ha tenido? Poder ver colores a través de las personas. Es el pan de cada día para Catalina. No entiende cómo sucedió pero puede hacerlo y no sabe si eso es bueno o algo malo, tampoco si esto ocu...