Capítulo 10: Caleidoscopio

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Su mirada.

Por alguna razón se me hacía familiar.

Aunque eso no tenía sentido.... porque no lo conocía.

Supongo que pasaron varios minutos en que lo estuve mirando.

Hasta que volví a la realidad....

—¡Hey! ¡Hey! ¡Me estás escuchando!— el chico no paraba de moverme de los hombros para captar mi atención.

—Ehhh... sí estoy bien....— estábamos en la acera y el flujo de gente avanzaba con normalidad.

—¡Un carro casi te atropella! ¡¿Qué no lo viste que venía directo hacia ti?!— el chico se levantó rápidamente, en cambio yo tarde un poco porque sentía las piernas entumecidas además de que comencé a marearme.

—La verdad es que no y cuando iba a quitarme tú te me adelantaste, de todas maneras gracias por ayudarme.

Cuando ya estaba de pie pude ver que el chico traía el cabello pintado de un color azul que iba difuminado desde un tono turquesa hasta un azul eléctrico.
Traía algunas perforaciones en las orejas y llevaba unos jeans negros rasgados, una playera gris y una chamarra de cuero que le daba un estilo misterioso y atractivo.

Pero también daba una vibra diferente a los demás. Por su expresión se notaba algo estresado incluso enojado.

—Deberías tener cuidado la próxima vez que cruces la calle y perdón por tu chamarra— estábamos en la acera cuando sonó una notificación de su celular.

—Aggghhh se me hizo tarde no llegaré a tiempo— ya no le pude responder porque se fue corriendo; lo quise detener pero me empezó a dar un dolor muy fuerte en la cabeza como si me estuvieran taladrando el cráneo.

—¡Ahhhh!— comencé a tambalearme por la acera ¿Por qué me dolía tanto?, el dolor era muy intenso. No podía ver con claridad porque no paraban de salirme lágrimas por el dolor.

El chico ya no lo veía cerca de la calle.... se había ido y la poca gente que estaba ahí me ignoro.

Me recargue de las paredes de las casas para regresar al parque, el dolor no paraba; todo lo contrario estaba aumentando demasiado.

Cerraba los ojos y al dar un paso todo daba vueltas y veía luces de colores que no paraban de moverse.
—¡Aggghhh..... me..... dueleee...!
A lo lejos alcance a ver un árbol así que fui hasta él como pude y me detuve un momento porque no podía respirar, me faltaba el aire y el corazón me latía muy rápido.... lleve una mano a mi pecho para tratar de controlarme pero no podía.

"Pero qué tengo...."

"¿Qué me está pasando?"

"Me duele mucho"

Me dejé caer en el pasto ya no podía caminar por el dolor, me sentía muy mal lo único que podía ver eran..... figuras de colores moviéndose cómo si fueran:

"Un caleidoscopio"

La noche era fría y entre lágrimas y figuras de colores todo se volvió negro.

...

Cuando volví a estar consciente me di cuenta que no estaba en la calle.

Estaba en mi habitación .... me sentía aliviada aunque no tenía idea de cómo había llegado. Tenía una toalla mojada puesta en la frente, supuse que me había dado fiebre; a un lado de mi cama estaba una silla pero nadie estaba en la habitación.

Intenté levantarme pero todo el cuerpo me dolía, además de que sentía una pesadez así que mejor me quedé en la cama.

Traía puesto una pijama de ositos polares que me había comprado el año pasado para la época de frío.

Auras dispersasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora