Un cielo estrellado.

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Baekhyun se sentía abrumado, ahora que estaba despierto, incluso después de dormir por un par de horas podía percatarse del cansancio que corría por sus venas, toda esta situación era agotadora.

Todo en su cabeza daba vueltas, un remolino de ideas y sentimientos que habían regresado a él como un balde de agua fría, nunca hubiera pensado que algo que se mantenía dentro de su mente le pudiera provocar un malestar tan grande.

Actualmente estaba en su límite, no sabía que hacer ahora; después de la desesperación que sintió anteriormente hasta el punto en dónde su mente ya no pudo seguirle el paso y se desmayo, se sintió embargado por una profunda desmotivación por intentar hacer cualquier cosa.

De cualquier manera cualquier cosa que hiciera no serviría de mucho, él no tenía el poder para lidiar con eso.

— Despertaste, ¿cómo te sientes ahora?

Fue en ese momento que Baekhyun se percató de la persona que se encontraba a su lado, sentado en una silla al costado de cama se encontraba Chanyeol, se veía desaliñado y su mirada preocupada que se mantenía pura y sincera hizo que Baekhyun no tuviera ganas de intentar algo por apartarlo, de cualquier forma tampoco tenía la fuerza mental ni física para hacerlo.

— Mejor, supongo, en realidad no recuerdo que fue lo que sucedió.

Incapaz de mantenerle la mirada la dejo divagar por la gran habitación, se sentía desorientado y sus últimos recuerdos eran poco lúcidos debido al dolor.

Baekhyun empezaba a divagar entre si todo esto era real o un producto de algún sueño, quizás estaba muerto, ¿ésto era el cielo? Al pensar en eso un gran sentimiento de tristeza lo inundado, no quería estar muerto.

— Baekhyun, ¿estás bien?

Esa grave voz que llamo su atención aligeró el mar de ansiedad que estaba en su pecho, quizás Chanyeol fuera un ángel, lo había sido en el pasado y quizás ahora también lo era, él era la persona que siempre había puesto brillantes puntos de esperanza en la espera bruma de su obscuridad.

— Chanyeol, ¿podrías... escucharme un rato?

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No puedo confesarme.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora