Retorno.

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Era hora de regresar a Hogwarts y Chanyeol se había pasado parte de las vacaciones sin disfrutarlas realmente, la incertidumbre lo había perseguido incluso a la hora de dormir.

Chanyeol pensaba buscar un momento para interrogar a Baekhyun, sabía que no sacaría nada claro pero las reacciones que él tenía cuando era acorralado le podían dar una pista de que había hecho o por lo menos la gravedad del asunto en el que estaba envuelto; sin embargo al llegar el momento Baekhyun parecía diferente, era como si fuera otra persona totalmente distinta.

Chanyeol se percató de esto mientras más lo observaba; su personalidad era más fingida, casi robotica y sobre todas las cosas, sus ojos parecían distantes y sin vida, irónicamente y como si lo supiera cerraba los ojos constantemente, parecía dormir tratando de ignorar o más bien evitar las conversaciones innecesarias.

Chanyeol no podía quitarle los ojos de encima, él estaba preocupado por lo que fuera que haya hecho con los ingredientes que robó, se preguntaba constantemente si debía notificar a los profesores quienes no parecían darse cuenta de que faltaban cosas, probablemente porque había sido poca la cantidad.

Seguía debatiendo que es lo que debería de hacer incluso en clases y eso había resultado ser un error, considerando que comparte clases con Slytherin durante la hora de criaturas mágicas.

En una acción de completo desacato, uno de los chicos lanzo un hechizo a una de las criaturas que estaban cerca de Gryffindor y género que el animal se saliera de control y desenfundar sus uñas alerta y listo para atacar.

—¡Todo pónganse en un lugar seguro! –grito la profesora.

Algunos de los alumnos corrieron en dirección a el castillo, mientras que otros se escondían entre la maleza que ofrecían los arbustos aledaños. La profesora se puso frente a él gran animal mientras intentaba calmarlo, pero la intranquilidad de la criatura había regado de ansiedad a los demás animales.

La situación era mala y Chanyeol que formaba parte de los alumnos que se habían quedado escondidos entre los arbustos, no podía hacer más que esperar a que los que habían escapado alertaran a los profesores sobre lo que sucedió.

Se podía discernir a lo lejos los conjuros que lanzaba la profesora para domar a los animales, pero también había un furte sonido de pisadas que se dirigían hacia donde Chanyeol y otros alumnos habían tomado refugio y todos aquellos a los que alcanzaba a ver parecían oírlo con la misma claridad, algo se acercaba.

Las miradas ansiosas de sus compañeros buscaban nuevos lugares para esconderse, el estridente grito que soltó uno de los chicos que quiso asomarse para saber la ubicación de la criatura, fue el detonante que generó el caos.

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No puedo confesarme.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora