Las piernas de Sayuri no reaccionaban a la orden de su cerebro que le decía: ¡Muévete! Permaneció dentro del río viendo a esos dos ninjas a pocos metros de donde ella no podía moverse. Ahora sabía lo que años atrás quiso saber, el nombre de su salvador era Madara Uchiha, líder del clan Uchiha. Obviamente muchas cosas pasaron en el lapso de tiempo desde que lo conoció hasta este momento. En aquel entonces no le interesaba convertirse en kunoichi o los chicos de su edad. A juzgar por lo que pasó aquel día, Madara hacía lo que cualquier otro ninja debía hacer, aniquilar a los enemigos para después convertirse en un hombre importante dentro del clan. Ahora era cofundador de la primera aldea de ninjas que una vez odiaron a morir. Jamás vio tanta prepotencia delante de ella, esos dos son personas sumamente importantes y temibles. Podía mostrarse respetuosa o simplemente ser sí misma, sin embargo, recordó que el líder Uchiha no era fácil de tratar por todo lo dicho de los miembros del clan gitano y Tobirama Senju.
-Gusto en conocerlo -tras decir aquello se arrepintió, puesto que si la recordaba podía pensar que ella no. Dio una reverencia pasable, cuando volvió a ponerse firme la mano de Hashirama la esperaba para ayudarla a salir del río. Las mejillas de Sayuri se tornaron rojizas sin siquiera tomarla.
-¿Madara, no tienes nada que decir? -preguntó Hashirama tras el silencio de su amigo. Su vista estaba hacia frente, por ello no vio lo que la de ojos ámbar miraba, a un Madara inmutable.
Sayuri no tuvo de otra que tomar la mano de Hashirama con cierta desconfianza, luego salió del río para estar más cerca del Uchiha, que al ver que ambos salían, se alejó un poco poniéndose de costado con su mirada hacia el moreno.
-No hay nada que decir, ya se presentaron el otro día -habló neutro sin darle mucha importancia a la gitana.
Desilusión sintió Sayuri, espero mucho tiempo para este encuentro como para que su salvador no le prestará atención. Podía ser por la manera incómoda como se conocieron, que el Uchiha hacía como si no la conociera, o simplemente él no la recordaba. Lo que fuera, Sayuri quería averiguarlo, sin embargo, el moreno se molestó con el de melena larga y rebelde con aquel tono azabache, interrumpiendo con lo que iba a decir.
-Madara, no seas así con Sayuri-san, ella no estuvo presente en el primer banquete de la aldea.
El antes mencionado volvió de reojo a la castaña, y volvió a decir:
-No lo había notado. En cuanto presentarme lo acabas de hacer. -Madara dio la vuelta y caminó unos pasos antes de volver a decir sin verlos. -Te esperemos en la reunión.
Nunca tuvo espectativas en este encuentro que espero por varios años, sin embargo, llegó a pensar que no sería tan seco como lo fue. El líder Uchiha, se limitó a verla y cruzar palabras con ella. Todo lo que se decía de aquel shinobi era más que cierto, él no sentía interés por los miembros de otro clan que no fuera el suyo. Sayuri entendió que hasta ahí había llegado cualquier otra interacción con su una vez salvador, que no habría otra oportunidad por la cual intercambiar saludos. Ambos estaban en diferentes niveles, no habría un encuentro casual para que ese hombre prestará un poco de su atención.
Viendo la figura prepotente de aquel ninja con la vestimenta del clan Uchiha alejarse de donde lo ven, Sayuri recordó una cosa, Hashirama aún sostenía su mano. De un movimiento la arrebató.
-¿Todo bien? -inquirió Hashirama -. Madara es de esa manera con todos, no te lo tomes a pecho, ni a mí saluda -esbozó una sonrisa.
-N-No es eso, tengo... -tartamudea, viendo para todos lados en busca de lo que hacía antes de la presencia del Senju -que terminar con mis tareas antes de la anochecer.
Fue hasta donde estaba el resto de los canastos con ropa limpia y sucia, luego se puso a fregar ropa. Hashirama la siguió hasta colocarse a un lado de ella que al sentir su acercamiento levantó la mirada para verle desde abajo.
ESTÁS LEYENDO
Pétalos De Sangre (Completa)
Fanfiction-Muchas veces le dije a Hashirama: «No des falsas esperanzas en donde no las hay». Y muchas veces te dije a ti: «La realidad está hecha de dolor, sufrimiento y vacío...». Ahora mírate, quebrantada por amar a la persona equivocada... ¿Qué harás ahora...