Capítulo 11 Brujería

611 100 68
                                    

No intercambiamos más palabras dentro de la villa Uchiha, no hasta que salimos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


No intercambiamos más palabras dentro de la villa Uchiha, no hasta que salimos. Estoy nerviosa, pues es inevitable que los aldeanos volteen a verme por mi acompañante. Todos quieren saludar a Hashirama Senju como una especie de héroe dentro de la aldea, a diferencia de lo que hacen con Madara Uchiha. La compañía del moreno no me tiene tan mal, pues cuando Madara se entere que no hubo resultados con el hechizo de amor, lo más probable es que visite por segunda vez a Sora y la tache de fraude.

—Puedo hacerte una pregunta.

—Claro que puede, Hashirama-sama —como negarme a no responder a este hombre cuando se trata de uno de los cofundadores de la aldea.

—Sayuri-san, ¿qué envió la mujer con la que vives a Madara?

Al parecer despertó su curiosidad por saber lo que entregué al líder Uchiha, pero ¿por qué no es normal que otros reciban cosas de los demás? Oh, creo saber porque siente curiosidad, porque Sora es conocida entre el clan Jipushī como una "bruja". Tengo que actuar como si yo tampoco sé nada al respecto.

—Sora-sama, no me lo menciono. Soy la persona incorrecta para preguntar ello. Debería preguntarle a su amigo, Madara.

Espero crea. Seguimos caminando. Las personas voltean a vernos, quiero pensar que toda la atención cae sobre este respetable ninja, y que yo no soy la gran cosa para ser vista. Sin embargo, pasamos por un grupo de mujeres y niños del clan Nara, que se han detenido al ver al gran shinobi que tengo a mi lado. De pronto un niño habla en voz alta y hace que me sienta mal.

—¡Hashirama Senju, lo acompaña una gitanas manchada de la cara!

En cuanto oigo aquel insulto de un niño entre ocho o nueve, recuerdo aquel día cuando un niño del clan Fuma dijo que tenía una caca en la mejilla. La mamá del niño grosero rápido le cubre la boca. No tengo la edad para actuar como solía hacerlo cuando niña, aunque me sienta avergonzada no pienso decir una sola palabra.

—Oyes, no seas grosero con la señorita, disculparte.

La madre del niño después de escuchar a Hashirama, obliga a su hijo darme una disculpa. Yo apenas pronuncié que no era para tanto, pero Hashirama insistió que se disculpará conmigo.

—Si todos fuéramos más amables el mundo sería diferente. Sayuri-san, espero que ese tonto comentario no te afecte —dijo Hashirama, después de alejarnos del grupo. Puedo sentir que me mira, mientras no puedo verlo a la cara.

—Para nada puede afectarme. Es un tonto comentario de un niño. Todos lo fuimos y todos hemos hecho cosas que molestaron a otros.

—Eso es cierto, espero que esta experiencia le enseñé a ser mejor persona.

—Yo creo que eso tiene que empezar con los padres, son ellos quienes crían a sus hijos.

—Estoy de acuerdo contigo, Sayuri-san. La educación comienza desde casa a temprana edad, los padres deben encargarse de que sus hijos sean amables con otros.

Pétalos De Sangre (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora