Pétalos De Sangre (Completa)

Capitulo 34 Los fantasmas no huelen mal

Hashirama otra vez notó la ausencia de Madara en la última reunión de cada mes con los líderes de los clan de la aldea. Tobirama sugirió que enviara a otra persona para presentarlo si no estaba interesado en las reuniones importante de cada clan. Hashirama respondió que no era necesario, que hablaría con Madara. Sin embargo, el albino no se quedó tranquilo, pues espero que todos se marcharán para hacerle saber a su hermano mayor lo que pensaba del comportamiento irresponsable de Madara.

—Siempre das por su lado a ese amigo que tienes. Qué pasara el día que lo necesites con urgencia, él no vendrá porque no quiere recibir órdenes de su superior. Cada día se releva, si no haces algo para frenarlo mostrará su sed de batalla dentro de la aldea y arruinara todo lo que hemos logrado. Los demás líderes son observadores y piensan lo mismo que yo, el clan Uchiha necesita un nuevo líder para el bien de los suyos y la aldea —comentó Tobirama.

—¡Tobirama, no sigas con lo mismo, hablaré personalmente con Madara, solo te pido que no intervengas y que no hagas esto más grande!

Hashirama llevaba días molesto con Tobirama, puesto que a sus oídos llegó un rumor donde ponía a su único hermano como responsable del crecimiento de la mala reputación de Madara. Tobirama a demostrado ser más cercano a los demás líderes, a diferencia de Madara, que no tiene amistades con nadie de los líderes nobles de la aldea. Hasta ahora no lo confronta, pero necesita hacerlo antes que llegué a odio de Madara, y que entre ellos la disputa eleve a combate mortal. No se puede ignorar la ausencia del Uchiha, y el odio que manifestó hace unas semanas tener Tobirama hacia con los Uchiha.

—Espero que tus visitas con los nobles clanes no sean para mal, que lo que vayas a discutir con ellos sea por el bien la aldea y no para ponerlos en contra de Madara.

Tobirama estaba a punto de retirarse cuando escuchó a su hermano culparlo por la mala reputación de Madara. Fue hasta el escritorio donde su hermano mayor firmaba papeles, comenzó a decir:

—Hago lo que debería estar haciendo como tu mano derecha, deberían estar agradecidos que hago el trabajo de alguien que no quiere formar parte de nada.

—Lo estoy y gracias, pero solo te pido que no pongas a los líderes nobles en contra de Madara. Ellos también deberían visitarlo y ponerse en su lado bueno.

—Se los diré. ¿Hay otra cosa más que quieres que haga por él?

—Hay algo que quiero que hagas por mí. Busca un lugar en el panteón cerca de los Senju y pide que ponga una lápida con el nombre de Jipushī Sayuri.

—¿Con que cuerpo?

Hashirama dejó de firmar papeles para darle una mirada molesta a Tobirama. El nombre de Sayuri no han mencionado más desde la noticia que perdió la vida en batalla.

—Quieres saber mi opinión, no lo hagas, solo traerá tristes recuerdos.

Tobirama tenía la razón, poner un lugar a la memoria de Sayuri solamente traería tristes recuerdos y malos. Hashirama hasta ahora a guardado lo que Tsunami le mostró y le confesó a que se dedicaba su prima. Él pidió desde un principio que no siguiera estudiando la hechicería, pero al parecer a ella no le importó y siguió. Sacar ese mismo día a los Jipushī fue impulsivo, que hasta el mismo Tobirama se sorprendió por el cambio repentino de su humilde hermano. Cuando se arrepintió por la orden que dio fue demasiado tarde, el clan Gitano ya se había marchado para jamás regresar, demasiado tarde para pedir lo que quedó del brazo de Sayuri.

Después de firmar montones de papeles logró escaparse de la supervisión de su único hermano, fue a la villa del clan Uchiha en busca de Madara, pero se le informó que llevaba días sin salir del Santuario de Nakano donde los Uchiha se reunían. Hashirama nunca había entrado en ese lugar porque respetaba la privacidad de cada clan, pero era necesario entrar para reunirse con la persona que no tenía interés comunicarse con él. Cuando cruzó la puerta principal con el emblema del clan Uchiha no le tomó mucho encontrarse con Madara. No había nadie más que los pudiera escuchar, así que fue directamente a donde el Uchiha parecía estar leyendo un rollo. Para este tiempo Madara ya lo había detectado dentro de la villa.