Estuvo aislada por cuenta propia dentro de un cuarto de hostal organizando su mente. Cuando niña perdió a sus padres y terminó en manos de sus tíos a quienes siempre la trataron con indiferencia, su única amiga fue su prima la misma que la traicionó como venganza por un hombre, el mismo que la traicionó y la cambió por otra mujer para beneficio a la aldea. Sayuri no tenía nada que perder, todo a su alrededor llegó a su fin. No tenía a dónde ir y tampoco puedo quedarse en un lugar donde no es bienvenida. El día que amenazó a Tobirama esperó que alguien viniera a matarla por amenazar a uno de los cofundadores de Konohagakure, pero los días transcurrieron lentos y silenciosos, que llegó a suponer que estaba muerta dentro de un Genjutsu del cual no podía despertar. Una mañana abandonó aquella prisión y buscó un comerciante que pudiera trasladarla lejos de la aldea, pues tomó la decisión de abandonarla después de cometer su pequeña venganza. Sin embargo, el clan que siempre la menosprecio dejó mala reputación, nadie quería ayudar a la última gitana que quedó atrás después de que su clan abandonará las comodidades y seguridad de la aldea fundada por dos grandes clanes y los demás que se le fueron uniendo. Si quería abandonar la aldea y no ser sentenciada por lo que tenía en mente no tenía otra opción que volver a caminar por los bosques infestados de ninjas.En busca de un lugar donde pasar la última noche escuchó a los aldeanos decir que el día de mañana sería la boda del Hokage con la hija de Uzumaki Ashina. Los planes para lo susodicha boda comenzaron ese mismo día que fue pedida la mano de Uzumaki Mito.
Un año y medio no fueron suficientes para que Hashirama hiciera su noviazgo oficial con Sayuri, pero tres meses bastaron para que él tomara como esposa a la pelirroja. Sayuri rió de amargura al darse cuenta de ese detalle y lo insignificante que fue para ese shinobi.
Consumida en sus pensamientos fue a topar con alguien que espero días para ir a verla. Madara buscó a Sayuri para convencerla de quedarse en la aldea por el bien de ella, pero en vez de darle la razón le reclamó por qué no le dijo la verdad antes, que pudo evitarle ese amargo momento cuando enfrentó a Hashirama. Madara se defendió al decir que no podía culparlo por la cobardía del Senju. Sin embargo, la gitana estaba a la defensiva y vio al Uchiha como la persona con quien desquitarse.
—No eres la persona correcta para pedir que me quede a ver cómo se casa con otra mujer porque nunca has amado fuera del círculo de tus seres más cercanos. Cuando Mameha se fue con otro shinobi no sentiste nada, tú mismo planeaste todo para que se fuera y lo lograste. Todo lo contrario de lo que yo siento por ese hombre. Tampoco puedes pedirme que haga ese sacrificio, ya que tampoco te quieren en esta aldea. Sé cómo tu clan te dio la espalda, así como lo hizo el mío, por ello me niego a aceptar el consejo de alguien que aún sigue viviendo alrededor de todos los que lo odian a morir.
Madara no se mostró molesto. En todo momento se mantuvo inmutable. Supo que la gitana necesitaba desahogarse por tanto dolor que tenía rezagado, pero no que en sus narices le dijera que no tenía sentimientos. Técnicamente no sabía nada sobre el modo de amar de los Uchiha, como ellos podían hasta perder la cabeza por la pérdida de un ser amado. El sufrimiento comenzaba a cegar para entender lo peligroso que eran sus palabras hacia con la persona equivocada.
—Tienes razón en unas cosas, mas no en todo lo que has dicho. Nunca sufrí por amor por aquella mujer, pues nunca la amé. Es cierto que mi clan me dio la espalda, tú más que nadie entiende cómo se siente. En cambio sé a dónde ir a diferencia de ti, que la a pasado días llorando por un hombre que nunca te respeto o amo, en vez de buscar una solución a tu problema a dónde ir. Lo que has hecho en los últimos días es patético ante mis ojos, supuse que habías cambiado en los últimos tres meses, pero veo que eres igual que todas las femeninas, débiles cuando se trata de los sentimientos de otras personas.
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Pétalos De Sangre (Completa)
Hayran Kurgu-Muchas veces le dije a Hashirama: «No des falsas esperanzas en donde no las hay». Y muchas veces te dije a ti: «La realidad está hecha de dolor, sufrimiento y vacío...». Ahora mírate, quebrantada por amar a la persona equivocada... ¿Qué harás ahora...