Capítulo 16 Decisión tomada

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De las peores situaciones siempre hay que sacar lo mejor, ¿no es así?

Me puse de pie y aproveché este momento de encarcelación para concentrar fluido de chakra a la planta de mis pies. Los minutos se convirtieron en horas. Tuve mi primera visita antes de la anochecer, Sora se presentó para preguntarme personalmente cómo se dieron las cosas. A través de una ventanilla con baratos demasiado juntos para evitar los rayos del sol, expliqué cómo le puse una paliza a mi propia prima.

—Sabía que las cosas no pasaron como dijeron tus tíos. No estoy a favor de los golpes que le proporcionaste a Tsunami, pero tampoco a los que te dio Kenma, y encima te arrojó a este celda como un criminal.

—No supe que me pasó. Desde un principio no quise hacer la tarea del día, y los comentarios estúpidos de las demás chicas y prima, me sacaron de quicio.

—Quiero pensar en lo mismo. O puede que...

—¿O qué?

Sora baja su mirada y pone una expresión pensativa antes de proseguir.

—O lo hiciste porque te gusta ese hombre.

—¿De quién hablas? —Claro que sé de quien habla, pero me cuesta nombrarlo.

—Sayuri, a mí no me puedes mentir de que te atrae ese hombre y por ello lo defendiste.

—¿Cómo piensas eso? ¿Acaso he dado motivos para que pienses tal cosa?

Sora me ve fijamente. Noto algo de preocupación en su semblante.

—Aparte de lo que Tsunami dijo a tus tíos, acabas de confirmar que has defendido al líder Uchiha de un tonto comentario de tu prima. ¿Por qué lo hiciste si ese hombre nunca hizo nada por ti?

Nadie, a excepción de él y yo, sabemos lo que pasó en el campo de rosas blancas. Madara puso sus manos al fuego por mí para no ser tachada como una ladrona, que me entrena para caminar sobre el agua, y que me salvó de ahogarme. No he dicho nada a Sora porque no sé cómo vaya a reaccionar o qué pensará de esto. Sin embargo, para no levantar sospechas de que soy atraída por ese shinobi tengo que dejar las cosas claras.

—Verás, hace tiempo...

Pero fuimos interrumpidas. El guardia que custodia la caravana de encarcelados avisó que el tiempo de visita ha terminado. Sora aprovecha para darme un poco de esperanza de mi actual estado.

—Haré lo posible para que hoy te liberen, no permitiré que te dejen en este asqueroso lugar hasta que las heridas y moretones de Tsunami desaparezcan. ¡Es absurdo, bien que lo tiene merecido!

Sora se fue, el guardia cerró la ventanilla, y yo me quedé en la oscuridad concentrando fluido de chakra a las plantas de mis pies. Si logra su objetivo, mis tíos se desquitaran conmigo, y si no lo logra, tengo que sacar fuerza para mantenerme cuerda por los próximos días o semanas, el suficiente tiempo para sacarme de la cabeza que me atrae Madara. Yo solo lo admiro porque me salvó, no puedo permitirme sentir más que eso porque sé que nunca pondrá ojos en un monstruo como yo, que ni siquiera sabe cómo caminar sobre el agua.

[* * *]

Sora estaba en un aprieto. El consejero del clan Jipushī le dio un consejo: dejar a Sayuri para escarmentar su mala y violenta conducta. Se dio cuenta que nadie de los gitanos la ayudaría para liberar a Dulce Amanecer de aquel encierro exagerado e injusto. Si dos chicas pelearon por cosas "tontas" entonces eso significa un castigo leve para ambas, no un castigo vergonzoso y perjudicial para una, mientras la otra recibe mejor trato y comodidades, todo por ser la hija malcriada del líder.

No hubo más que buscar a otra persona que quiera ayudarlas. Esa persona se encontraba en el campo de batalla lejos de la aldea, lugar donde la mayoría de los shinobis de la aldea de la hoja mostraban sus habilidades e ingenio a los shinobis más poderosos y conocidos del tiempo.

Pétalos De Sangre (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora