-Muchas veces le dije a Hashirama: «No des falsas esperanzas en donde no las hay». Y muchas veces te dije a ti: «La realidad está hecha de dolor, sufrimiento y vacío...». Ahora mírate, quebrantada por amar a la persona equivocada... ¿Qué harás ahora...
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—¿A dónde vas vestida de esa manera?
Alcancé a oír la voz de Tsunami mientras bajaba de la caravana de Sora. Han pasado varias semanas desde la última vez que cruzamos palabras porque cuando nuestros caminos cruzaban ella optaba por ignorar mi presencia, yo hacía lo mismo. Mi relación con mis tíos sigue igual de insoportable, no me puede que no vivamos juntos, pero sí un poco no contar con la amistad de mi prima quien era mi mejor amiga.
—Voy... —no supe qué excusa dar, llevo mis mejores trapos y la peineta que me regaló el líder Senju. Con mucho cuidado que no la vea acomodé el velo carmesí que llevo sobre mi cabeza.
—¿A una cita? —la pregunta de Tsunami sonó impresionada —. Oh, Sayuri, no me digas que estás saliendo con...
Sé lo que que dirá, así que me apresuro aclarar que no es lo que piensa.
—No voy a una cita y tampoco salgo con ese hombre Senju. Seamos sinceras, él nunca pondrá ojos en mí.
—Sayuri... —sus ojos se tornaron cristalinos —, ¡perdóname por ser tan mala prima, te echo de menos porque eres mi mejor amiga!
Tsunami se echó sobre mí con un fuerte abrazo, luego se retira y me regala una servilleta de tela. Esto es un pequeño regalo de su parte para recuperar nuestra amistad.
—También yo —intenté sonar más cariñosa, pero no pude, mi voz fue neutral, hasta ella se quedó viéndome un poco desilusionada.
—Platiquemos en otro lugar privado, tengo muchas cosas que contarte —dijo tomando mi mano.
—Espera. No puedo. Tengo una cita con alguien.
—Acabas de decir que no ibas a una cita, ¿por qué mientes?
—Lo que pasa que no es con un hombre, sino con una mujer del clan Uchiha. Antes que digas cualquier incoherencia déjame explicarte que hace unos días esta mujer invitó a beber té con ella. Es buena persona.
—Entonces quieres decir que... has encontrado una nueva amiga.
Supe en seguida que Tsunami se puso celosa. La conozco tan bien que no puede esconder lo que siente en este momento.
—Pues no diría que es mi amiga porque recién la conozco.
—¿No tienes miedo de que sea una trampa?
—¿Por qué lo dices?
—Sayuri, no olvides que los miembros de esa clan no nos ven como a los Senju, Nara, Hyuga, Sarutobi, Yamanaka, y entre otros clanes de alto rango. Todos esos nos ven como estorbos, bandoleros, rufianes y hechiceros.
Tsunami tiene toda la razón. Muchos de esos clanes nos siguen viendo como antes. Flotaba en el cielo, pero en cuanto mi prima me abrió los ojos puse los pies en la tierra.
—Tienes razón, pero me comprometí a beber té con ella. ¿Quieres acompañarme?
—No puedo. Madre quiere que me enseñe a bordar. Estoy tomando clases todos los días por seis horas seguidos. ¡Estoy harta!
