Enjuague mis lágrimas, me niego a llegar con los ojos llorosos al salón de entrenamiento del clan Uchiha. Me puede en el alma lo que acaba de suceda con Hashirama, pero últimamente, está demasiado ocupado y distanciado. Él tiene un deber importante con los aldeanos y todos los shinobis y kunoichis de la aldea, eso lo mantendrá ocupado, mentalmente y físicamente. Mientras me enfocaré en aprender todo lo que enseñé Madara y los miembros del equipo. Nuestro noviazgo siempre fue en secreto y dudoso. Ahora que tomé la decisión algo dice que nuestra relación no iba a salir de la misma rutina secreta. Que pensaba pedir mi mano no le creo. En el momento que pensaba amarlo comencé a ver la triste realidad de nuestra relación amorosa. ¿Qué clase de amor oculta de todos a la mujer que ama? Solo aquel que no se siente seguro. Hoy por la noche voy a mojar mi almohada cuando vuelva a recordar los momentos felices que viví junto a él, pero por ahora debo enfocarme en esta nueva etapa de mi vida para no dejar en vergüenza a la persona que vio en mí lo que nadie más vio.
Al llegar a la villa Uchiha, dos ninjas de dicho clan me escoltan al salón de entrenamiento donde hay varios ninjas Uchiha, calentando, mientras otros toman asiento al centro. Busco a otros miembros distintos a los portadores del sharingan sin encontrarme con nadie.
Espero por la entrada recibir la orden de sentarme en algún lugar mientras espero que los miembros de otros clanes se presenten o a Madara. Unas cuantas miradas están sobre mí. No presto importancia y espero paciente que el entrenamiento comience.
Minutos más tarde un shinobi mayor ingresa al salón, todos se incorporan y dan una reverencia. Después me presentaron junto a un ninja Hyuga, que no había visto antes dentro del salón. Luce como si no quisiera estar en este lugar.
En los siguientes días, Madara no se presenta, su encargado se encarga del equipo de quince ninjas, trece Uchiha y dos de distintos clanes. Es extraño que el responsable de nosotros no dé la cara. Al tercer día después de un duro entrenamiento de Taijutsu piden al Hyuga y a mí, pulir el piso del salón de entrenamiento. Solos cada uno tomó un estaremos del amplió salón y comenzamos a pulir el piso de madera.
Concentrada en dejar brillante mi lado y en todo lo que pasa por mi cabeza, como la ausencia de Madara, rompimiento con Hashirama, la seriedad de mi tío, no vi venir al ninja Hyuga por uno de mis costados.
—He querido preguntar si sabes por qué... Uchiha Madara no se a presentado.
Era extraño que este ninja Hyuga me dirigiera la palabra después de tres días entrenando. No es como si los demás Uchiha lo hicieran, pues ellos solo se concentran en entrenar, a diferencia del Hyuga que se la pasa distraído, como si el entrenamiento que nos dan no es suficiente para sus conocimientos. En resumen, Hyuga Toshiro, es arrogante y menospreciado.
—No tengo idea. También me pregunto lo mismo —respondí sin dejar de pulir el piso con un trapo.
—Creo que es cierto lo que dicen, que es un holgazán y que sigue molesto por la traición de su clan.
Toshiro comenzó a hablar mal de Madara bajo sus dominios. Quise defenderlo, pero tampoco quiero comenzar conflictos porque mi opinión es diferente que la suya. Sigo puliendo el piso.
—¿Supiste que los miembros de su clan le dieron la espalda al escoger a Senju Hashirama como primer Hokage de la aldea?
Negué con la cabeza sin dejar de pulir. Yo no vine a hablar mal de nadie, ni a meterme en chismes. Sé sobre la supuesto traición del clan Uchiha, pero no me atrevo a dar mi opinión porque no se trata de mi clan.
—Lo olvidé. Perteneces a un clan patético. Que gaste de saliva preguntar a un miembro de un clan ignorado.
No entiendo qué quiere lograr con insultar a mi clan después de hablar mal de Madara. A lo mejor simplemente quiere provocarme para que me echen. Una de las reglas que nos dieron el primer día, no pelear cuerpo a cuerpo con nuestros camaradas, solo si se nos pide hacer una demostración o entrenar.
ESTÁS LEYENDO
Pétalos De Sangre (Completa)
Fanfiction-Muchas veces le dije a Hashirama: «No des falsas esperanzas en donde no las hay». Y muchas veces te dije a ti: «La realidad está hecha de dolor, sufrimiento y vacío...». Ahora mírate, quebrantada por amar a la persona equivocada... ¿Qué harás ahora...