Capítulo 4

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Caminó hacia las puertas del edificio, respiro profundo y abrió las puertas. La chica de recepción la recibió con una sonrisa a lo que Paula intento responderle igual. Hoy definitivamente no es el día para las sonrisas y menos si estoy aquí. Ante mi karma llamado ordinariamente. Estoy en mi pasado, mi presente y no tiene fecha de límite en mi futuro. Paula ya está acostumbrada a esto, se dirigió hacia las escaleras y subió a la planta número tres, el área de enfermeras se encontraba tranquila. Se acercó y rápidamente una de las enfermeras la reconoció. Se acercó a ella y beso ambas mejillas.

̶ ¿Ya te vas para Charlotte?  ̶  pregunto la enfermera

̶ Si, vine a despedirme.

̶ Aunque tu padre no te pueda verte u oírte, sé que le daría mucho gusto de verte aquí.

Le sonrió y bajo la mirada. Lo sé.

̶ ¿Creés que hay alguna posibilidad de que este despierto?

̶ Vamos a ver.

La enfermera camino por el largo pasillo y Paula tras ella. Se detuvo en la puerta número cuarenta y uno. Abrió la puerta lentamente y se asomó. Un señor acostado en la camilla con los ojos cerrados, fue lo único que pudo ver Paula. La enfermera se acercó a él y lo llamo por su nombre tres veces. A la tercera este abrió los ojos y ella sonrió y se acercó a la puerta.

̶ Está despierto, hoy es tu día de suerte.  ̶  La enfermera le sonrió, sabia cuanto Paula anhelaba eso

Paula entro y se detuvo en la extremidad de la camilla. Con la voz temblorosa y los ojos llorosos. Solo dijo una palabra al verlo allí. La única palabra que pudo emitir y que su cabeza le permitió decir.

̶ Papi.  ̶  dijo Paula acercándose a el

El hombre la miro extrañado, no entendía quién era ella y porque lo llamaba papi. Miro a la enferma y luego miro a Paula. Ella lo observaba como si fuera un punto rojo, podía caerse el mundo y ella solo miraría los ojos de su padre. Como los extrañaba, como extrañaba mirar sus ojos, eso siempre me daba tranquilidad.

̶ ¿Y vos quien sos?  ̶  Por fin el hombre emitió una palabra

̶ Papi, soy yo Paula. Tu Paula.  ̶  le tomo la mano y se la coloco en la mejilla

̶ ¿Paula?  ̶  pregunto el curioso

̶ Sr. Bertoni, ella es Paula su hija.  ̶  Le dijo la enfermera que se encontraba en la puerta

̶ ¿Mi hija?  ̶ el hombre estaba completamente desubicado de la realidad

̶ ¿No te acordás de mí? La niña de tus ojos, tu chaparrita.  ̶ dijo Paula mientras lagrimas corrían por sus mejillas

̶ No.  ̶ dijo serio. Luego se quedó pensativo.  ̶  Paula... mi hija.

Paula sonrió y le beso la mano.

̶ Si soy yo.

El rápidamente aparto la mano y empujo a Paula, para apartarla de la camilla.

̶ ¡YO NO TENGO HIJA!  ̶ exclamo el hombre exaltado y con una mirada de odio

̶ Papi, si tenés y soy yo. Por favor, no me hagás esto.  ̶ Paula sentía como si le hubieran enterrado un puñal en el corazón

̶ ¡MI HIJA ESTA MUERTA!, ¡VOS ESTÁS MUERTA!, ¡MORISTE PARA MI, EL DÍA QUE ME ENCERRASTE ACÁ!  ̶  grito el hombre y se soltó de los cables y de las correas

Rápidamente unos enfermeros de apoyo llegaron para calmar la situación, pero Nicolás forcejaba. Paula estaba a un lado percibiendo toda la escena, sentía que ese puñal cada vez se enterraba más. Las lágrimas corrían más rápido, a Paula le fallaron las piernas, sentía que se iba a desmayar.

Casuality or destiny?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora