Capítulo 16

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Ring. Ring. Ring. Un sonido retumbaba en la cabeza de Paula.

Abrió los ojos y era una llamada. Contesta sin mirar la pantalla.

̶ ¿Aló? ̶ dijo Paula dormida

̶ Pau, soy Ian. ¿Estabas dormida? ̶ le pregunto

̶ Sí... No... Hola cariño. ̶ sonrió y se desperezo

̶ Hola mi Pau. A penas voy abriendo los ojos.

̶ Y vos me despertaste a mí. ¿Qué hora es? ̶ le pregunto

̶ Un cuarto para las nueve.

̶ ¡Oh mierda! ̶ exclamo Paula levantándose

̶ Tranquila, soy el jefe. ̶ sonrió

̶ Eso no significa que yo no deba de cumplir mi horario. Pasás por mí. Un beso.

̶ Igual... ̶ alcanzo a decir Ian y Paula colgó

Miro su almohada estaba llena de sangre. Se tocó la nariz y camino hacia el espejo. Se miró y se extrañó. Frunció el ceño. Camino hacia el baño y lavo su cara, luego la seco. Volvió a mirarse la nariz. No comprendía porque seguía sangrando por la nariz. Se metió en la ducha y se dio un baño. Sin mojarse en cabello, no le daba tiempo. Al salir, se hidrato la piel y luego se colocó una blusa de Bonded péplum verde turquesa de encaje, sin mangas y ajustada a la cintura, con un shorts negro de encaje floreado. Junto a unas bombas amarillo neón de plataforma corta de Ashly. Accesorios a juego, con una Bolsa estilo de Bowling color amarillo neón de Charles & Keith. Se hizo un moño elegante, esa mañana no quería llevar el cabello suelto, el maquillaje habitual de sombras marrones oscuras y claras, rímel, delineador... junto a un pintalabios llamado "Schiap" semi mate de Nars.

Bajo a desayunar. Su madre le había guardado el desayuno. Comió tranquila. Su abuelo estaba en su habitación, ni siquiera había sentido que Paula ya se había levantado. Se terminó todo su desayuno y en ese momento Ian la repico. Paula dejo los trastes en el lavavajillas y se encamino a bajar. Ian la estaba esperando en el Ferrari rojo. Al subirse Ian se inclinó y beso los labios de Paula.

̶ Hola. ̶ dijo al final Paula con una sonrisa

Ian sonrió coqueto.

̶ Hola. ̶ arranco el auto

Paula tomo el ¡Pod de Ian y reviso las canciones. Al pasar unas varias se dio cuenta que Ian había descargado su canción.

̶ ¿Cómo la conseguiste? ̶ le pregunto

̶ Tú me dijiste el nombre, ¿Lo recuerdas?

Ian y Paula cruzaron miradas y esta sonrió. Coloco la canción y esta sonó. Al llegar al parking se estaciono frente al banco. Ese puesto siempre estaba vacío para él. Al bajarse ambos del auto, Ian tomo de la mano a Paula y la tomó por sorpresa. Había muchas personas y no quería separarse de ella. Al entrar al banco todavía sostenía su mano, todos los miraron y comenzaron a cuchichear. Ian y Paula estaban esperando el elevador cuando un hombre se acercó a saludar a Ian. Paula se hizo a un lado y fue a saludar a las chicas de recepción.

Ian estaba hablando con un amigo de su padre y ella lo observaba desde lejos. De pronto, percibió que su humor había cambiado, su gesto se había vuelto adusto, ella lo conocía. Paula, que lo seguía con la vista, vio que se disculpaba y pedía, por favor, que lo escucharan porque quería añadir una cosa. Se hizo un silencio.

̶ Realmente, no tengo por qué dar estas explicaciones, pero mi educación así me obliga. Que estén hablando de mi relación con Paula por los pasillos no es algo por los que les pague. Si Paula y yo somos Pareja, creo que eso no le incumbe a ninguno de ustedes. Aclaro esto porque no quiero volver a oír por ahí ciertos comentarios de mal gusto. Cada uno es dueño de creer lo que quiera, pero no le faltemos el respeto a Paula con tanto descaro. Su vida privada nada tiene que ver con el trabajo. También exijo, con esto, respeto hacia mi persona. Tanto Paula como yo venimos aquí a trabajar. Lo que ocurra fuera de las puertas de esta empresa sólo nos incumbe a nosotros dos. Espero haber sido lo suficientemente claro. Y todavía una cosa más. No confundan mi buena predisposición en el trabajo con exceso de confianza. Que yo haya sido, desde un primer momento, condescendiente con todos ustedes a pesar de mi puesto, no quiere decir que mis empleados, o sea ustedes, tengan derecho a juzgar mi intimidad, y menos en mi propia cara. Exijo de ustedes el mismo respeto con el que yo los trato a diario. Siento mucho hablarles en general, pero las personas que hicieron esos desafortunados comentarios, sin fijarse siquiera en que yo estaba muy cerca y podía oírlos, sin duda se darán por aludidos. Sé que saben muy bien a quién va dirigida esta pequeña llamada de atención, pero la advertencia es para todos. Espero haber sido transparente. A quien no les haya gustado mi llamado de atención. Tienen una carta abierta de renuncia en la oficina de personal a su disposición. Y, ahora, cada uno puede retirarse a seguir con sus obligaciones, hay mucho trabajo y el día laboral recién empieza. Buenos días a todos. ̶ sisea al final

Casuality or destiny?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora