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Los regalos hechos por Roger, eran cada vez más continuos. Empezó con cosas pequeñas como cenas elegantes o conjuntos de ropa ridículos que no eran para nada el estilo de Jason, luego escalo a joyas que a simple vista se veían costosas, hasta que un día perdió la cabeza y llego con un auto completamente nuevo. 

El castaño estaba sorprendido, nunca pidió ninguna de estas cosas, pero aun así las acepto sin protestar. Desde aquella vez en la fiesta en que fue drogado, estaba lo suficientemente intimidado con el tipo como para negarle nada, él sabía que técnicamente ahora era "el chico" de Roger y lo asustaba lo que el hombre pudiera pedirle a cambio de todos los detalles que había tenido con él. 

 Los eventos con personas de dudosa moralidad continuaron, cada vez más seguidos, claro que dado al incidente anterior, Roger lo mantenía a su lado todo el tiempo como un perro obediente, sentía que tenía una especie de cadena invisible alrededor del cuello y cada vez se apretaba más. Lo único reconfortante era James, que nunca había sido muy hablador, ahora lo era menos; luego de haberlo cuidado y haber dormido en la misma cama, el ojiazul simplemente se había alejado para mantener las cosas profesionales.

Bailar en el club se había vuelto aburrido, nadie podía pararse a verlo más de cinco minutos sin ser llamado a la oficina de Roger y luego desaparecer, la gente lo noto y para evitarse problemas preferían no prestarle atención. El dinero dejó de llegar, solo obtenía su paga mensual con la que apenas pagaba su departamento. Lo odiaba, siempre le había gustado tener su propio dinero para no deberle nada a nadie, pero ahora, técnicamente vivía de las cosas que le daba su jefe.

Estaba solo, los que se hacían llamar sus amigos, lo dejaron en cuanto sus ingresos comenzaron a escasear.

Se encontraba en su habitación, tenía el día libre y aunque en el pasado eso significaba diversión, ahora moría de aburrimiento. Tomo el teléfono y marco a James, tal vez salir a dar un paseo lo distraería; el rubio no tardó en llegar, todo semblante serio y sin emitir sonido alguno. Salieron al estacionamiento y abordaron el auto, esta vez no quería ir en el asiento trasero como siempre que iba con Roger.

— ¿A dónde?

— Entonces si hablas.

— Ha pensado en algún lugar al que desee ir, señor.

— Vamos James ¿Qué sucede contigo?

— Solamente intento hacer mi trabajo.

El rizado suspiro con cansancio.

— Bien, solo conduce. Ya veremos donde detenernos.

La carretera se veía pasar con rapidez por la ventana, de fondo lo único que se escuchaba era la radio en un volumen bajo y el roce de las llantas en el asfalto, cualquiera lo consideraría un ambiente pacífico, pero el de ojos plata estaba cansado de la recién tranquilidad que estaban tomando sus días. La vía había estado despejada, por eso fue un poco extraño observar una van negra acercarse al auto, Jason entrecerró los ojos con curiosidad y entonces la puerta de dicha camioneta se abre revelando a un hombre armado apuntándoles; asustado y frenético, lo único que hace es tomar el volante y hacer que James vire violentamente hacia la izquierda, al mismo tiempo, los disparos suenan a su lado, rompiendo los cristales traseros del vehículo.

— ¡Jason, abajo, agáchate, maldita sea!

Hetfield pisa el acelerador, desenfunda su propio revolver y comienza a disparar por la ventana del copiloto, manteniendo una sola mano en el volante. El castaño se esconde en el hueco de los pies de su asiento mientras se cubre con sus manos, intenta no llorar, pero el miedo es intenso. Su cuerpo sufre un golpe hacia adelante cuando el rubio debe frenar en seco, Jason se levanta de su lugar y ve que frente a ellos hay otra camioneta, un tipo al volante y dos más armados en la parte trasera. Van a matarlos, están jodidos.

City Boyz  ♾Jameson♾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora