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Jason paso toda la noche en el baño y James no se atrevió a apartarse de la puerta con temor a que el castaño intentará algo. Estuvo sentado allí despierto, atento a cualquier indicio de que el ojigris estuviera poniéndose en peligro.

Se quedó allí, en la incomodidad del suelo porque la culpa que sentía en su pecho era enorme, no había cuidado a Jason como se debía en dos ocasiones y se iba a asegurar de que no hubiera una tercera.

Casi a las ocho de la mañana, el ruloso salió del baño, se veía agotado. James no se atrevió a ponerse de pie así que solo lo miró desde el piso.

— ¿Dormiste ahí? - susurro con la voz áspera, era de esperarse, lo había escuchado llorar.

— En realidad, no dormí - respondió susurrando también, no sabía si Jason iba a reaccionar mal solo con su tono de voz habitual - ¿Qué hay de ti, dormiste en el baño?

— Si, yo... Estaba llorando y supongo que me quede dormido.

— Claro, aunque deberías descansar en un lugar adecuado, sin embargo, no aquí, no en esta habitación.

— De acuerdo, ¿crees que podría usar tu cuarto? - en ningún momento hubo contacto visual, le rompía el corazón a James notar esto, aun así, asintió en respuesta, ambos estaban demasiado cansados para hablar o escuchar en ese momento.

Se puso de pie e inmediatamente Jason tomó su brazo como siempre que se sentía vulnerable, lo atrajo más hacia sí mismo y caminaron hasta el cuarto que había estado utilizando. Había un poco de desorden por todo el sitio, no obstante, al castaño no pareció importarle y rápidamente se acomodó bajo el montón de mantas, acurrucándose sobre sí mismo. En poco tiempo, escucho los suaves ronquidos del menor, cosa que lo hizo sonreír un poco.

Tomó la silla del escritorio y tomó asiento junto a la puerta, está vez iba a hacer bien su trabajo, lo iba a cuidar como se debía.

Estaba tan agotado, sentía como se construía el intenso dolor de cabeza y aparte, sus nudillos estaban en carne viva, aún cubiertos de su propia sangre y la de Greg, dolía como la mierda.

Escucho un poco de ruido en la plata baja e inmediatamente se puso alerta, tomó una de las armas que guardaba en la cómoda y espero pacientemente a que quien quiera que hubiera llegado atravesará la puerta para llenarlo de balas, no bromeaba, si esa persona siquiera representará un peligro para Jason, no iba a dudar en vaciar el cartucho del revólver en esa persona.

Claro que no hizo tal cosa, después de todo quien había llegado era el jefe, quien entró con un rostro estoico a la habitación seguido por el pelirrojo, seguro había sido el quién había informado, era parte del trabajo mantener al corriente a Roger sobre todo lo que le ocurriera a su "preciado chico".

—¿Él está dormido? - no hubo un saludo, fue directo al grano.

— Si señor, no tuvo una noche fácil.

— Si, ya estoy al tanto de todo. ¿Greg Evans sigue vivo? - ahora sus fríos ojos estaban sobre el rubio quien por primera vez se sintió intimidado por el tipo para el que trabajaba.

— Lo estaba cuando lo dejé en el cobertizo.

— Bien, iré a tener una charla con él, luego puedes matarlo o hacer lo que quieras, me tiene sin cuidado siempre que al final del día ya no esté respirando.

Eso saco una enorme sonrisa de James, seguro se veía como un maníaco.

— Le aseguro, señor, que las últimas horas de esa perra no serán más que puro dolor.

— Me complace escuchar eso - asintió el jefe con paciencia - En un rato vendrá una vieja conocida para asegurarse de que Jason esté bien.

El ojiazul estuvo de acuerdo, Roger desapareció por las escaleras seguramente para su "charla" con el monstruo en el cobertizo. Entonces noto que Dave seguía allí, miraba con lástima el montón que era Jason en la cama y luego vio a su amigo que no se veía mejor, tendió la taza de café bien cargado que le había traído, este le agradeció en silencioso con un ligero movimiento de su cabeza y de nuevo fijo su vista en el joven en la cama, los dejó solos. Sabía cómo iba a ser esto, no era la primera vez de James viendo sufrir a alguien que claramente quería, la escena le recordaba hacía ya tantos años atrás cuando la madre del rubio yacía agonizante en su lecho de muerte. Habían sido amigos desde niños y por supuesto que estuvo junto a Hetfield cuando su mamá partió de este mundo, 16 años, esa era la edad en que habían visto a la muerte por primera vez.

Su amigo no lloró, nunca lo hizo, sólo se metió más en su mente sin dejar entrar a nadie.

Casi a medio día, llego una mujer de mediana edad con su maletín médico; no hablo con ninguno, se dispuso a entrar a la habitación donde Jason no había hecho más que estar acostado, se había despertado hacía rato, pero no tenía deseos de moverse. La mujer hizo que Hetfield saliera del lugar y aunque en un principio se mostró reacio a dejar a Jason con una desconocida, finalmente cedió por pedido del castaño quien le dedico una sonrisa tranquilizadora.

Newsted no estaba muy emocionado de ser revisado por una extraña y de hecho se hubiera negado si su cuerpo no hubiera estado tan maltratado. Cada una de sus heridas fue examinada con minuciosa precisión, según lo que le informaba la doctora, las mordidas y rasguños eran profundos y no tendrían una cicatrización rápida. Los hematomas se irían desvaneciendo con el tiempo, tenía al menos una docena de ellos repartidos por todo su cuerpo, en cuanto a su zona intima, no había desgarros o lesiones mayores, había hinchazón que podía tratar con ungüento, pero de lo contrario, no había mayor daño. La mujer fue rápida, le receto un par de medicamentos para el dolor y se fue, verifico su diagnóstico varias veces hasta que sintió las lágrimas bajar de nuevo.

— No debiste haber pasado por eso - hablo alguien desde la puerta, Roger - Lo lamento mucho.

— Ya no importa.

— Correcto - asintió, acercándose a la cama, tomo asiento junto al ruloso y le acaricio el rostro, Jason no quería ser tocado, de todos modos, lo dejo - Escucha cielo, no puedes comentar esto, solo lo sabremos los que estamos en este lugar, es mejor si se olvida rápido.

— ¿Qué?

— Si, ya sabes, un error como este haría que cerraran el club y no queremos eso, ¿verdad? - su tono intentaba ser persuasivo, sin embargo, la manipulación y la leve amenaza estaban implícitas.

— De acuerdo - odiaba que su voz se hiciera pequeña.

— Buen chico, ahora debo irme, pronto pasaré a ver que estés bien - guiño un ojo y con un beso en los labios dejo el cuarto.

James entró de inmediato y vio los ojos llorosos del castaño, espero hasta que estuvo seguro de que Roger se había ido y se acercó al ojigris quien de inmediato se acurrucó en su pecho y lloro desconsoladamente.

Odiaba ser débil frente a otros, no obstante, sentía que con el rubio estaba bien, con él no sentía vergüenza y lo hacía sentirse seguro. James solo lo abrazo, no dijo nada, estaba allí para ser lo que necesitara Jason, no lo iba a descuidar de nuevo, mataría antes de dejar que el chico en sus brazos saliera lastimado una vez más. 


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Al escribir este capítulo, la única canción que se me venía a la cabeza es Hero of the Day. 

 Ya tengo un final planeado para la historia, aunque no sé cuantos capítulos faltan para eso, ya que aún hay un par de cosas que debo escribir para no dejar cabos sueltos. 

 ¿Cómo les va pareciendo todo hasta ahora?

Pronto entrare a la Universidad así que es posible que las actualizaciones sean un poco lentas

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Pronto entrare a la Universidad así que es posible que las actualizaciones sean un poco lentas.

City Boyz  ♾Jameson♾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora