CAPÍTULO 15

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CASSIE

You were good to me–Jeremy Zucker

Hace casi un mes que no veo a mis padres, la situación es difícil. Mi padre es un hombre bastante tradicional y como era de esperarse, que su hija le confiese estar embarazada sin acabar aun los estudios, sin una vida planificada y fuera del matrimonio, no fue algo que le hiciese especial ilusión.

Nuestra relación siempre ha sido excelente. Ha sido un padre cariñoso, atento y que ha intentado pasar el mayor tiempo posible conmigo cuando salía del trabajo. Nunca he tenido quejas. Y ahora, todo eso, parece muy lejano.

En nuestra relación padre e hija se ha abierto una fisura por donde parecen colarse todas las palabras de cariño y perderse en el fondo. Siempre recordaré como Jules esperó sentado en un pequeño banco del porche, mientras entraba en el que siempre ha sido mi hogar y me preparaba para darles una noticia que ni yo misma acababa de asimilar.

Mi madre lloró, mi padre se cubrió la cara con las manos mientras sacudía la cabeza y decía "No puede ser, no puede ser. Esto de ti no, de ti no lo esperaba." Se me rompió el alma. No esperaba sonrisas ni palabras alegres, pero si al menos una mano encima del hombro como consuelo, esto yo tampoco lo había planificado.

Jamás les he contado que Akim realmente no es hijo de Jules, me lo he guardado dentro pues siento demasiado miedo de enfrentarme a la mirada rota de ambos. Jules y yo aguantamos juntos el aluvión de reproches de mi familia. Nos llamaron descuidados, irresponsables, ilusos. Y nadie sabe realmente la verdad y lo que duele guardarla.

—¿Seguro que no quieres venir a comer con nosotros?

Jules sale hoy a comer con los mellizos, Blake y Connor. Sinceramente, ninguno de ellos me transmite confianza. Uno fue el camello de Jules y el otro tuvo la poca decencia de acostarse con su ex novia. Ninguno de ellos me parece un amigo modelo.

—No, me gustaría ir a casa de mis padres, hace tiempo que no ven a Akim, seguramente comamos allí. Ya conoces a mi madre.

—Sí, siempre empeñada en cebaros a ambos.

Me rodea la cintura con el brazo, atrayéndome a la calidez de su pecho mientras me besa la coronilla de la cabeza. Cierro los ojos y aspiro fuerte su olor, buscando seguridad en su abrazo. Ir a casa se ha vuelto una experiencia dura.

Disfruto de su cercanía con el sonido de los juguetes de Akim siendo golpeados por él.

—¿Necesitas que te recoja?

—No, me apetece conducir.

Me arrastra aún entre sus brazos hasta el salón donde el pequeño juega, nos dejamos caer en el sofá y nos quedamos totalmente embelesados mirando a esa personita que nos ha cambiado la vida. Alejo la mirada solo el tiempo suficiente para mirar a Jules, con su pelo cobrizo recogido y los ojos color miel llenos de ternura. Es un padre perfecto, lo quiso desde el primer momento, no hubo dudas. Desde el momento en el que le dije que estaba embarazada y compartimos ese beso, parece que todo estuvo claro. Él lo tuvo claro.

—Podría acompañaros, si quieres.

Coloco una mano en su pecho.

—No tienes que dejar de quedar con tus amigos por nosotros. —le doy un pequeño beso en la nariz. —Diviértete, te mereces salir y pasarlo bien.

—Solo será una comida.

—Lo sé.

Jules tiene miedo. Teme que en cualquier momento eche a perder todo su esfuerzo por mantenerse limpio de drogas. Yo confío en él, sé que nosotros somos una razón lo suficientemente importante como para luchar contra tentaciones.

El Juego del Escorpión #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora