CAPÍTULO 40

19.3K 1.5K 951
                                    

If you leave me now-LOWES

CASSIE

Estaba sentada frente a una montaña de cajas de cartón cuando mi teléfono sonó y Aiden me notificó de que Katherine había despertado por fin, después de una semana de incertidumbre, mi amiga había despertado y al parecer, está todo lo bien que se puede esperar. No tardo en coger mis cosas y salir corriendo con Akim hasta la dirección que me dio cuando aterrizaron días atrás.

Pongo a Akim en su sillita y conduzco hasta el lugar. En cuanto pongo un pie fuera, estoy corriendo, pidiendo las indicaciones necesarias hasta dar con ellos. Aiden está fuera de la habitación, con el ceño fruncido y los brazos cruzados delante del pecho. Resuello cuando me pongo a su altura, exhausta por la carrera.

─¿Cómo está? ─pregunto.

─Dimitri la ha revisado hace un rato, parece estar bien. No hay daños cerebrales y sus heridas están bien, se le abrieron un par de puntos hace un rato, pero nada grave al parecer.

─¿Se le abrieron los puntos? ¿Cómo?

Deja escapar el aire que retiene dentro, entre dientes, y se gira para mirarme directamente en la cara. Sus facciones se ensombrecen. Akim, que descansa contra mi cadera, comienza a juguetear con mi pelo, totalmente ajeno a todo.

─Salió corriendo buscando a Dakota. Cassie... ─escucho como traga con fuerza. ─Katherine puede que esté mejorando físicamente pero psicológicamente...no está bien.

─Entiendo que después de lo que pasó, no está bien. Necesitará tiempo para superar esto. Créeme, lo sé mejor que nadie.

─Cassie, ella...no quiere quedarse con nosotros. No quiere seguir.

─No podemos dejar que eso pase. ─digo con la voz serena y fuerte. ─Es Katherine, es más fuerte que nadie que haya conocido, saldrá de esto. Buscaremos ayuda.

Aiden aprieta los labios en una fina línea recta y asiente, al parecer no muy convencido de que su esposa nos vaya a poner las cosas fáciles. Al principio nada será fácil, lo que más cuesta es buscar ayuda, quererla. Parece más sencillo aferrarse al dolor, morderlo, saborearlo en tu boca o dejar que este te abrace. La sensación casi anestésica que este acaba produciendo con el tiempo. El dolor es como una planta carnívora que espera con los brazos abiertos a que te dejes llevar por la belleza de no sentir nada. Es paciente, espera, no le importa, hasta que al final sucumbes y te devora.

─¿Puedo pasar a verla?

─Nikolai está dentro. ─me informa. ─Y ella está dormida, tal vez prefieras esperar un poco a que despierte y así a lo mejor puedes hablar con ella, espero que a ti te escuche...

Sé que no es el mejor momento para reír, pero no puedo evitar que una risa ronca salga de mi garganta al escuchar sus palabras.

─Aiden, si no te escucha a ti, no va a escuchar a nadie. ─Lo miro con los ojos llenos de sinceridad. ─Posiblemente eres la persona más importante de su mundo. O incluso puede que seas su mundo.

Puede que todos seamos el mundo de una persona y aún no lo sepamos. Aiden y Katherine sin duda son el mundo el uno del otro. Akim es mi mundo, como lo es cualquier hijo para su madre.

Asiente una vez más, con cierta resignación. Pasan varias vueltas de reloj en las que la puerta permanece cerrada y nadie parece tener intención de interrumpir a Nikolai. No lo conozco más allá del día de la boda de Katherine así que no tengo la confianza como para interrumpir. Miro de reojo a Aiden, parece cansado y por su aspecto, no creo que se haya separado en ningún momento de esta habitación.

El Juego del Escorpión #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora