In this shirt-The Irrepressibles
AIDEN
─¡No te vengas abajo, Katherine! ─grito sabiendo que mi voz solo retumba en esta sala y no llega hasta ella.
Encadenado con las cadenas que caen en el techo he sido obligado a mirar segundo a segundo el asesinato de Dakota frente a las narices de Katherine. No puedo llegar a sentir ni una cuarta parte de lo que ella debe de sentir en estos momentos, pero mi dolor es diferente, porque la veo. La veo minuto a minuto rompiéndose así misma, al principio luchaba contra las cadenas, incluso se dislocó el hombro. Sin embargo, hace horas que se ha apagado. Tiene la vista clavada a sus pies, en el cadáver de su amiga. No sé cuanto tiempo ha pasado, ni siquiera sé cuanto hace que estamos aquí, solo sé que posiblemente este sea solo el principio. Quiero gritarle que resista, en vano, porque esta sala está insonorizada y el cristal por el que la observo es polarizado.
Me tienen desnudo de cintura para arriba con los brazos en tensión y las muñecas desgarradas. Estoy esperando mi momento, aunque no sé si su forma de torturarme será física. Verla a ella en este estado ya es suficiente. Pocas veces he sentido miedo y la mayoría de veces la involucraban a ella, pero ahora estoy aterrado. Siento que la pierdo, que se rompe frente a mis ojos.
Un hombre ha estado aquí, obligándome a mirar todo lo que ocurría para que mis ojos no se perdieran ni un segundo del sufrimiento de mi mujer. No hubiese apartado los ojos ni aunque sus asquerosas manos me hubiesen obligado a hacerlo. Por suerte, ahora estoy solo con mis pensamientos, aunque no me dura mucho. Escucho un ruido a mis espaldas.
─Por fin podemos conocernos tú y yo. ─No me hace falta verlo de frente para saber de quien se trata. Reconozco su voz de inmediato y solo deseo que venga acompañado por esa vil rata de nombre Ivanna. Pienso romperle el cuello con las piernas si es necesario. ─Creo que la última vez no tuvimos ocasión de conocernos, ni la anterior a esa tampoco. Buen truquito lo del helicóptero, por cierto.
─Supongo que vivo para impresionar. ─ironizo.
─¿Qué te ha parecido el espectáculo? ─Me rodea, estudiándome. ─¿Te ha gustado o le ha faltado pasión?
─¿Haces siempre tantas preguntas? ─replico.
─¿Eres siempre tan bocazas?
─Uno sin remedio, la verdad. Creo que eso fue lo que enamoró a Katherine.
─Enhorabuena por tu matrimonio, supongo que eso ha debido de molestar bastante a tu amante.
─¿Cuál de todas?
Chasquea la lengua haciendo un gesto hacia mí.
─Cierto, ya me han puesto al tanto. Parece que tu historia con Katherine ha sido poco convencional. ─Se frota la barbilla. ─Pero me refiero a Ivanna, es obvio que tu claro rechazo y falta de interés en este tiempo la ha llevado a traicionaros.
─Hay gente que no entiende lo que es el sexo sin compromiso.
─Como sea, gracias por ello. Si no fuese por ella, las cosas me hubiesen llevado mucho más tiempo.
─¿Estamos aquí para tener una conversación sobre mis amantes, mi matrimonio o...?
─Ah claro, tranquilo. No te haré esperar más.
Chasquea los dedos, haciendo que entre de nuevo el hombre que estaba conmigo en la habitación antes. Su aspecto es repugnante, no porque sea horrible a la vista, sino por su expresión. Tiene la cara de un demente. Todo él grita serlo.
─Hannibal ya tuvo el placer de conocer a tu mujer, así que espero que te guste su compañía y que sigas disfrutando del espectáculo, solo acaba de empezar.
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El Juego del Escorpión #2
RomanceBILOGÍA JUEGOS ENVENENADOS (II LIBRO) Dos años no parecen ser suficientes para disipar el rencor y hacer volar las cenizas de donde ardió una pasión sin límites. Katherine lleva todo este tiempo preparándose para una batalla que sin lugar a dudas l...