Ambos muchachos iban caminando por las calles, que únicamente estaban iluminadas por los faroles, tomados de las manos y sonriendo cuando sus miradas se encontraban de forma fugaz.
Jimin todavía no le había dicho nada respecto a los cien días, pero, ¿realmente era necesario? Ambos sabían que eran destinados, y a pesar de todo el daño que Yoongi le había hecho en el pasado, lo seguía amando. Ya hasta se le había olvidado ese plan de hacer que el alfa le rogara, pero esa pequeña voz, que le decía que solamente estaba jugando con él para burlarse una vez haya cometido su objetivo, seguía en su cabeza y no lo dejaba disfrutar al cien por ciento de momentos como estos.
"¿Estoy haciendo lo correcto?"
Pero todos esos pensamientos se esfumaron cuando se dio cuenta de que ya habían llegado hasta su casa. Jimin se paró delante del pelinegro, con sus manos aún entrelazadas.
ㅡ Bueno, hemos llegado, pequeño omega. ㅡ el alfa le sonrió con aquella hermosa sonrisa que tenía, que si le preguntan a Jimin, lo hacía ver como un pequeño gatito.
ㅡ Muchas gracias, hyung. ㅡ ninguno decía nada, solamente estaban ahí, contemplándose el uno al otro.
Este momento se vio interrumpido debido a que el celular de Yoongi sonó. Lo sacó del bolsillo de su pantalón y al ver el nombre en la pantalla lo único que hizo fue chasquear su lengua e ignorarlo. Era su padre.
ㅡ ¿Pasa algo, hyung? ㅡ en ningún momento sus manos se habían separado, pero el omega había sentido como el alfa apretaba de una forma leve el agarre de ellas, quizás de forma inconsciente.
ㅡ ¿Eh? Oh, no, no pasa nada. Es solo...mi padre, ya sabes.
ㅡ Oh.
Jimin recordaba lo tenso e incómodo que era ese tema para Yoongi. Nunca se había llevado bien con su padre y a pesar de que jamás le dijo a qué se dedicaba, el tono del mayor siempre era oscuro y lleno de rencor cuando le decía "es un hombre malo".
ㅡ ¿No te ha metido en nada raro, verdad? ¿En serio está todo bien, Yoongi?
En ese momento Yoongi quería gritar que nada estaba bien, quería ponerse a llorar, quería abrazar a Jimin y que él le hiciera cariñitos en el pelo y le dijera que todo saldría bien. Pero no podía hacer eso, no podía quebrarse de esa forma delante de él.
ㅡ Aish, no te preocupes, Jiminnie. Soy un alfa, puedo cuidarme solo.
Aquel comentario hizo que el omega frunciera el ceño y se acercara al contrario con una mirada furiosa ㅡ Incluso los alfas necesitan a alguien que los defienda de vez en cuando, hyung.
El más alto sintió como su corazón daba un brinco, cada día descubría cosas de Jimin, cosas que antes no había podido descubrir por sus estúpidos actos, y cada una de esas cosas lo enamoraba más. Le sonrió y acarició el cabello rosa.
ㅡ Está bien, mi increíble omega. Ahora ve, entra. Ya está haciendo frío. ㅡ poco a poco, le fue soltando la mano al menor y una vez más, lo miró con todo el amor del mundo.
Jimin, en cambio, no le creía mucho eso de que todo estaba bien. Pero no lo iba a presionar, eso jamás. Así que simplemente acepto aquella respuesta por ahora y le sonrió a su mayor.
Ambos se despidieron y antes de que el de ojos gatunos estuviera muy lejos, el pelirosa corrió hasta él para abrazarlo por detrás.
ㅡ Gracias, Yoongi hyung. ㅡ le dio un suave beso a su espalda por encima de la chamarra que este traía y antes que pudiera decirle algo, se volvió corriendo hacia su casa cerrando la puerta de un portazo.
ㅡ Ay, Jiminnie. Menos mal te fuiste, que vergüenza hubiera sido si me ves con las mejillas rojas. ㅡ dijo con cierto tono embobado, pero su burbuja de caramelo explotó cuando nuevamente su celular vibró en su bolsillo.
Ah, sí. No todo era tan fácil.
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.Después de aquella silenciosa, pero agradable comida, ambos jóvenes se fueron por sus caminos sin siquiera despedirse. Había sido simplemente un encuentro casual, comieron juntos e intercambiaron palabras, pero nada más.
Un suspiro salió de los labios del castaño al notar que ya no le quedaba nada de dinero, pues los últimos billetes que tenía los había gastado en ese plato de ramyeon...bueno, no se arrepentía de nada.
ㅡ Supongo...que tendré que volver.
No quería, realmente no quería, pero una pequeña parte de él extrañaba tanto su casa. O bueno, el recuerdo casi marchito que tenía de ella.
Caminó por las calles, viendo a borrachos tirados en el suelo y a carros parando en la esquina donde muchachas con faldas diminutas les lanzaban besos. Ah, sí, la belleza de Seúl.
Concentrado en sus pensamientos y quizás en el miedo que sentía, no se dio cuenta cuando estuvo parado frente a la puerta de su casa. Trago saliva, tratando de humedecer su boca seca y colocó la llave en la cerradura.
Todo estaba oscuro, pero logró divisar los zapatos de su madre en la entrada, al parecer ya estaba durmiendo. Agradecía que sus hermanos estuvieran donde su abuela, pues estaba seguro de que más de uno se despertaría, todos tenían el sueño bastante ligero y al ser jóvenes tenían buena audición.
Con lentitud, cerró la puerta y subió lo más callado que pudo las escaleras hasta su habitación. Una vez ahí, dejó salir todo el aire que estuvo conteniendo y una pequeña sonrisa se colocó en su cara al ver su cama. Oh, su cama, cuánto la había extrañado.
Se dejó caer en ella y miró las pegatinas de estrellas fluorescentes que había en el techo, en todo ese silencio, sintió cierto tipo de calma que hace tiempo no sentía. Y se hubiera quedado dormido, si no fuera porque sintió pasos en el pasillo acercándose.
Por acto de reflejo, cerró los ojos y pretendió estar dormido. Con un poco de suerte, sería su madre quién venía a ver si había vuelto.
Pero, la suerte de Taehyung no era de las mejores. Y lamentablemente, el olor que llegó a penas la puerta se abrió, no era el de su madre.
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Hola, adivinen quién tiene listo el final de esto que ya tenía como 3 años incompleta jjj.

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𓆩𝑪𝒂𝒎𝒃𝒊𝒂𝒔𝒕𝒆 𓆪꒱࿐ [윤민]
أدب الهواة"Gordo asqueroso", "Deberías irte de este mundo", entre esos y muchos más insultos eran los que el pobre Park Jimin escuchaba diariamente. No podía ser feliz, no podía ser feliz por su tamaño ni por sus gustos...ni por él. Park estaba decidido, se...