MI HÉROE NOCTURNO

Novio

El trabajo de TN no era precisamente el de sus sueños, sin embargo, desde hacía un par de semanas se le podía ver muy animada en él, ésto debido a que cada vez se sentía más cómoda conversando con cierto visitante nocturno.

Cómo ya se había hecho costumbre, Shota llegó a realizar sus compras de madrugada. A la chica le llamaba mucho la atención éste hecho, así que mientras lo seguía por el establecimiento, tomó valor para preguntarselo.

-Shota... ¿Puedo preguntarte algo?-

-Dime.- respondió con desdén, mientras trataba de elegir un café.

-¿Por qué siempre vienes a comprar por la madrugada? Digo, no me molesta, ni nada, pero es un poco extraño.-

-Ah... Pues... Mi trabajo a veces no me permite hacer las compras durante el día, así que las hago en la noche. Creí que era algo evidente.- Aizawa aún no le había dicho a TN a qué se dedicaba realmente por las noches. Tampoco tenía pensado hacerlo en el futuro próximo, ya que no le gustaba todo el "glamour" que conllevaba su profesión.

La respuesta no satisfizo la curiosidad de la chica, ella quería saber mucho más. -¿Enserio? ¿Cuál es tu trabajo?- preguntó mientras seguía persiguiendolo, ahora al pasillo de los detergentes.

-Pues...- Shota dudó en responder, pero sospechaba que la chica no se quedaría tranquila con una respuesta ambigua. -Soy profesor de preparatoria.- dijo sin mucho ánimo.

-Vaya, que interesante.- respondió la chica con cierta admiración. Al mayor le sorprendió la reacción de la chica, después de todo, no es cómo que le hubiera dicho que era científico de la NASA o algo por el estilo.

-¿Por qué te sorprende tanto?- preguntó con cierta apatía.

-Pues... Digamos que... No tienes perfil de profesor...- la chica comenzó a juguetear con sus dedos en señal de nerviosismo y sus ojos bailaban de un lado hacia otro con tal de evitar la mirada de el pelinegro.

A Shota no le sorprendió para nada la respuesta.  -Entonces ¿De qué rengo perfíl?- Preguntó volteando a ver a la chica.

-Pues...- "De indigente" pensó divertida.

-¿De indigente?- preguntó Shota

La chica se ruborizó por completo y comenzó a agitar las manos con desesperación. -No, no, no... Para nada.- dijo con una risilla nerviosa. "Rayos, parece que me leyó la mente".

El pelinegro soltó una risilla que cubrió inmediatamente con su puño. -Tranquila, no eres la primera persona que me lo dice.- le sonrió.

La risa de Shota le pareció muy linda a TN, quién le sonrió de vuelta.

Aizawa terminó de elegir lo que compraría y se dirigió al mostrador para pagar sus cosas. Parecía que era hora de irse, pero había algo que le inquietaba y no quería dejar el establecimiento sin una respuesta.

-TN...-

-Dime.- respondió la chica con su característica sonrisa.

-¿Tu... Tienes novio?- Preguntó tímido, escudando su mirada con las bolsas de las compras.

-Pues... De hecho sí.- respondió con una sonrisa. -Bueno...-

-Ya veo.- Interrumpió Shota. -Debo irme.- Tomó sus cosas y salió de el lugar inmediatamente.

Su actitud confundió mucho a TN, quién se quedó parada observando cómo se alejaba tras las puertas de cristal.

"No lo entiendo... ¿Habrá tenido alguna emergencia?" Se preguntaba a sí misma mientras continuaba con sus labores.

Al finalizar su turno, la chica se despidió de su amiga Mina, quién recién había llegado a cubrir el siguiente turno. TN se despidió de ella y se dirigió hacia la salida.

-¡TN! Espera.- exclamó su amiga pelirosa mientras se acercaba a ella.

-¿Qué pasa?- respondió.

-Olvidas tu bolso.- Mina extendió éste y se lo entregó. -¿Está todo bien?- Preguntó confundida por la actitud de su amiga

-S-Si... Bueno... Si, eso creo.- respondió dudosa.

-¿Crees? No tendrás problemas otra vez con Dabi, ¿O si?- cuestionó la pelirosa arqueando una ceja. A ésta no le agradaba para nada el novio de su mejor amiga.

-N-No... Últimamente no hemos peleado... O bueno... En realidad no lo he visto mucho.- respondió con un poco de vergüenza.

-¡Por Dios, TN! Sólo tú soportas a alguien así.- exclamó con desagrado.

-Basta. Es que no lo conoces tan bien. En realidad él es muy lindo conmigo.- excusó a su novio. -Como sea... No estoy así por él.-

-¿Entonces?-

-Es que... Hace un par de semanas conocí a... Alguien...- dijo la chica dudando un poco en contarle a su amiga acerca de Shota, ya que Mina a menudo solía hacer demasiadas preguntas.

-¡¿Te gusta?! ¡Cuéntame!- gritó su amiga, emocionada.

-Basta, Mina. Sabes que yo respeto a Dabi. Sólo somos amigos, o bueno, eso pensé. Hace rato se comportó extraño conmigo y se fue de la nada. Sé que no debería darle demasiada importancia, pero él nunca se había portado de esa forma.- explicó.

-¿Y te importa porque te gusta?- preguntó Mina algo juguetona.

-¡Mina!- Exclamó ruborizada.

-Está bien, está bien. Lo siento. ¿Quieres contarme más?- preguntó la pelirosa más relajada.

-No. Déjalo así. Me voy.- Respondió TN indignada y se marchó del establecimiento.

La jóven llegó a su departamento, dónde también se encontraba su novio, éste estaba durmiendo plácidamente en la cama, así que evitó hacer mucho ruido para despertarlo. Decidió tomar una ducha tibia y salió de el baño envuelta en una toalla, lista para ponerse su pijama y dormir hasta después del amanecer.

-Al fin llegaste.- dijo Dabi adormitado.

-Lo siento. ¿Te desperté?- preguntó apenada.

-Algo así.- respondió con desdén.

-Lo siento mucho. No sabía que estarías aquí.-

-¿Te molesta?- preguntó y se sentó en la cama. -Porque si es así puedo irme justo ahora.- amenazó.

-No, no. Para nada. Me alegra que estés aquí.- sonrió de forma tímida y terminó de vestirse.

Si bien, Dabi no era el hombre más romántico y tampoco era muy atento, TN decía que él le hacía compañía y, sólo cuando estaban en privado, él se comportaba muy cariñoso con ella. Podría no ser el mejor novio de el mundo, pero al menos estaba ahí.

La chica se metió debajo de las sábanas y se acurrucó en el torso desnudo de Dabi, quién correspondió el abrazo. Aún así, a TN le estaba costando trabajo conciliar el sueño, ya que seguía intrigada por la actitud de Shota.

"Ya basta con eso. Mañana le preguntas que pasó. Ahora trata de dormir." Pensó.

Después de mil y un intentos, por fin pudo dormir.