El gato y el ratón

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TN corrió por las escaleras desesperadamente. Llegó al piso inferior para descubrir que las escaleras seguían descendiendo y el piso se dividía en dos direcciones: izquierda y derecha. Decidió  seguir bajando con la esperanza de encontrar la salida. Cuando llegó, se encontraba nuevamente con la división en dos direcciones, ya no había más escaleras.

Decidió ir por la derecha.

Recorrió el pasillo que albergaba una puerta al fondo. Entró en ella esperando que fuese lo que buscaba, pero no fue así. Se trataba de una especie de bodega, pasó sus manos en la pared buscando un apagador hasta que lo encontró. Había montones de cajas en todo el lugar. Respiró hondo y comenzó a caminar. En el lugar había grandes anaqueles llenos de cajas. "Farmacéuticas Kirishima" se podía leer en algunas de ellas, le sonaba de algo, pero no estaba en condiciones de ponerse a recordar. Se estaba quedando sin tiempo. Sabía que el golpe que le había dado a Mina probablemente no la dejaría inconsciente por mucho tiempo.

Quería salir pronto de ese lugar, no sabía en dónde estaba exactamente, por lo que bien podría estar lejos de la civilización y tendría mucho que recorrer.

—Ojalá hubiera alguna ventana...— musitó y se detuvo a pensar por un momento. En todo su recorrido no había visto una sola ventana aparte de la que había en la habitación, eso no era normal.

Enseguida se puso a revisar el contenido de las cajas al ver que estaban llenas de papeles, al poner más atención, eran recibos, inventarios, reportes y cosas por el estilo. Parecía una especie de archivo.

Lo pensó con más detenimiento. ¿Por qué razón no habría ventanas en un edificio?

La respuesta que vino a su cabeza fue que probablemente estaba en algún piso subterráneo.

Podría ser que alguna de las puertas de el piso superior al que se encontraba fueran la salida. Debía intentar, de todas formas, ya no podía seguir bajando, tenía que salir y revisar qué había en la otra habitación, si no había una salida ahí debía subir nuevamente. Se sentía como un ratón escapando y escondiéndose de un gato.

Se armó de valor y se asomó con cuidado antes de salir y correr hacia la dirección contraria. Al llegar, entró por la puerta e igualmente buscó en la pared con qué iluminar el lugar. Las luces se encendieron y se encontró con otros montones más de cajas con diferencia en el contenido. Éstas tenían productos que se usarían normalmente en hospitales, había vendas, gasas, jeringas, medicamentos, etcétera.

No había salida, así que tendría que volver a subir. Un escalofrío le recorrió el cuerpo al pensar en la idea de cruzarse con Mina otra vez.

Buscó entre las cajas y envolvió sus brazos con varias capas de vendas. Sabía que probablemente no harían gran diferencia en caso de recibir algún ataque con el ácido de la pelirrosa, pero era eso mejor que nada. Entre lo que encontró guardó un par de bisturís por si acaso, aunque esperaba de todo corazón no tener que usarlos, aún guardaba en el fondo una pequeña esperanza de que la pelirrosa recapacitara y desistiera de querer matarla.

Respiró profundo y con temblor en las manos abrió la puerta. No había señales de Mina así que salió lentamente y en silencio. Conforme avanzaba por el pasillo iba acelerando el paso hasta llegar a las escaleras, donde subió corriendo hacia siguiente piso.

Faltando un par de escalones para llegar, una silueta conocida la empujó por el pecho haciéndola caer por las escaleras.

TN se golpeó la cabeza, pero no quedó inconsciente. Se levantó rápidamente y corrió a la bodega con los archivos con la intención de ocultarse de la pelirrosa. Vió un montón de cajas apiladas sobre unos anaqueles, decidió subir y ocultarse entre ellas. Se sentía tan pequeña e indefensa, como si se tratara de una presa que estaba a punto de ser devorada.

Sintió como un líquido caliente se deslizaba por su rostro, se tocó con las manos para darse cuenta de que se trataba de sangre. No le dolía, probablemente por la adrenalina, pero sabía que su cuerpo no estaba en las mejores condiciones, así que debía evitar a toda costa cualquier contacto con Mina.

La mejor idea que tenía en ese momento era esperar a que la pelirrosa entrara para derribar un montón de cajas sobre ella únicamente para ganar tiempo y huir de ahí. Nuevamente rogó que la fortuna le sonriera aunque fuese esa vez para encontrar la salida al primer intento, de no ser así, definitivamente sería su fin.

Desde una pequeña abertura entre su escondite logró ver a la pelirrosa entrar a la bodega. Observaba cuidadosamente cada movimiento que hacía esperando el momento perfecto para la emboscada. De pronto notó que Mina se agachó y levantó algo de el suelo.

—Sabes que estás sangrando, ¿no?— habló fuerte la pelirrosa con la intención de ser escuchada hasta el último rincón de la bodega. —No me tomará mucho tiempo ver hasta dónde me lleva el rastro.—

TN tendría sólo una oportunidad y no debía desperdiciarla. Seguía sin querer lastimar a Mina, pero no era momento de sentimentalismos, debía hacer lo posible por sobrevivir. No dejaría que se saliera con la suya después de todo lo que había sufrido por su culpa.

A pesar de todo, no sentía odio hacia ella. Creía entender lo que pasaba por la cabeza de su amiga, seguramente sus sentimientos se habían retorcido al punto de volverse una obsesión tanto con ella como con Dabi, pero no justificaba sus acciones. Le dolía más el hecho de que la hubiera engañado todo ese tiempo, que las heridas que le había causado en el cuerpo.

Mina se acercó hasta la última mancha de sangre que se encontraba en el piso y miró alrededor en busca de más. Mientras se ocupaba de buscar, TN aprovechó para empujar las pesadas cajas sobre la pelirrosa cayendo ella encima también.

Aún más adolorida corrió hacia la salida de la bodega, apagó la luz esperando que eso complicara más la salida de su perseguidora, cerró la puerta y corrió hacia arriba. La puerta que se encontraba de el lado derecho daba a otra bodega. No se detuvo a investigar más y se dirigió hacia el otro pasillo.

Abrió la puerta y sus de sus ojos escurrieron un par de lágrimas al ver la luz de el sol que iluminaba el exterior.

MI HÉROE NOCTURNODonde viven las historias. Descúbrelo ahora