Azul

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Aizawa se despertó temprano a la mañana siguiente. Se quedó sentado en la cama mirando un momento a TN, viendo cómo dormía tranquilamente. Los tenues rayos del sol que entraban por la ventana resaltaban aún más su belleza, imagen que le transmitía felicidad pura y completa. Nunca había estado tan enamorado y fascinado por nadie como lo estaba por ella en ese momento, quería que ese momentos como ese duraran para siempre.

Después de un rato más, por fin se levantó y luego de darse un refrescante baño, se puso su traje de héroe y salió del departamento, dejando en el comedor una nota:

"Fui a trabajar y después haré un poco de investigación del caso. Te veo en la noche.
Te amo."

El pelinegro se dirigió a la escuela y justo antes de que comenzarán las clases recibió una llamada de TN.

—Hola.— respondió Shota.

—Hola. ¿Irás a la comisaría?

—Si. Tal vez vaya después a ver a Hawks. Te avisaré si eso pasa.

—Está bien. Yo salí a buscar un empleo. Ví el anuncio de un empleo como recepcionista, así que tal vez empiece por ahí.—

Sabes que no es necesario ahora, ¿verdad?— preguntó él con un poco de molestia. Sabía que a ella le gustaba ser independiente, pero no quería arriesgarse a que estuviera sola tanto tiempo. Probablemente si pudiera, la metería en una jaula con tal de que no corriera peligro.

—Agradezco mucho que quieras apoyarme, pero no puedes mantenerme por siempre.— dijo TN soltando una risilla nerviosa.

—Si puedo, pero tú no quieres. Es muy distinto.— dijo con una media sonrisa en el rostro. Sabía que diría algo así.

No estás obligado a hacerlo, pero agradezco la intención.

—¿Y si quisiera tomar esa obligación?—

TN guardó silencio por algunos segundos y después rió de manera nerviosa otra vez. —¿De qué hablas?

—Nada. Olvídalo. Te veré en la noche, ¿De acuerdo?

Si. Nos vemos.—

Shota dió un pequeño suspiro al cortar la llamada y se dirigió a su aula para comenzar su clase.

Al terminar su jornada en la U.A., subió a su auto para ir a la comisaría a ver al oficial Tsukauchi. De camino, seguía pensando en la llamada que había tenido con TN. No sé había dado cuenta de que en el tiempo que no estubo con ella extrañó tanto escucharla reír, de hecho, le daba una extraña sensación de tranquilidad tanto verla cómo escucharla reír.

"Quisiera poder verla feliz por siempre" pensó mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro. "¿Tomar la obligación? No lo haría por obligación, ¿Ella aceptaría? No estoy seguro. Yo la amo, de eso sí estoy seguro. Aún así, ¿sería correcto pedirle que se case conmigo en éste momento?" Seguía pensando, al mismo tiempo en el que detuvo el auto por un semáforo en rojo. Aprovechó el momento para despejar la mente, sin embargo, mientras observaba su entorno y casi como señal divina, se dió cuenta de que estaba justo frente a una joyería. Todo ese brillo parecía estarlo atrayendo y a pesar de que dudó por un momento, algo en su interior lo estaba empujando a entrar. Finalmente decidió aparcar el vehículo cerca y bajar a echar un vistazo.

MI HÉROE NOCTURNODonde viven las historias. Descúbrelo ahora