No fue nadie muriendo, tampoco ningún cuerpo desmembrado y descompuesto.
Sólo era yo cayendo al fondo del mar helado.
Aquel lugar sin luz u oxígeno, entre un basto tumulto de muerte y oscuridad.
Aquel inmenso vacío.
Y nada más.
No fue nadie muriendo, tampoco ningún cuerpo desmembrado y descompuesto.
Sólo era yo cayendo al fondo del mar helado.
Aquel lugar sin luz u oxígeno, entre un basto tumulto de muerte y oscuridad.
Aquel inmenso vacío.
Y nada más.