16. El tren de la adolescencia.

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Mi vida jamás fue perfecta,
Me caí tantas veces que ya he perdido la cuenta.

Y no hablo de de las caídas donde te raspas la rodilla y tu madre te pone alcohol para
que no se te infecte la herida.

Hablo de esas caídas donde te raspas el autoestima, la esperanza, la alegría.

Esas donde sólo deseas dormir todo el tiempo y nunca hacer nada, esas donde no
avanzas, esas donde piensas cosas que no deberías pensar y esas donde las lágrimas
corren tan rápido por tu rostro como el tiempo tan lento por tu vida. Esas caídas donde la tristeza llega y se encariña tanto de ti que ya no te duelen los pies
por correr sino el alma por existir.

Exacto, esas caídas por las que todos pasamos en esta hermosa etapa a la que
llamamos adolescencia. Donde compras un boleto para entrar al tren que te lleva a la
la etapa adulta, y mientras llegas disfrutas tu estadía por años con diferentes estados
de ánimo, donde en muchos chicos/as saben que un “quiero morir” se traduce y se
trasluce en un “Sólo estoy cansado/a”.

Este tren hace muchas paradas para la que la
sociedad también suba a tu vagón, te visite y te juzgue hasta por la forma en la que
hablas, no puedes olvidar tampoco que en estas paradas habrá momentos en los que
querrás bajarte del viaje.

En este recorrido, en tu tren ganarás y perderás personas, incluye tu nombre en la lista, si eres diferente probablemente tus golosinas serán un
puñado de lágrimas en la madrugada con sabor a amargura y desesperanza. El viaje continuará y seguirás haciendo maratones de películas de ti mismo/a llenas de
subidas, bajadas, caídas, comidas, paradas...Todo con el fin de que disfrutes tu
estancia.

Por supuesto no para todos es igual, otros se suben a un tren cargado de aparente
alegría. Por fortuna o por desgracia no lo conozco así que no podría explicar algo que
desconozco. Así que, continuando con el tren diferente a este, os explico mi hermoso transcurso por el tren melancólico. Es en este punto en el que reorganizo la frase: La
mayoría pasamos por aquí.

Como decía, te humillarán (si corres con la mala suerte de estar rodeado de
“comunes”) y a esto lo llamaremos “la vida te está haciendo fuerte”, se reirán de ti y a
esto le llamaremos “pruebas para fortalecerte”.

Estarás solo en momentos no
esperados, a esto le llamaremos “aprender a vivir contigo mismo”, si pasas por estas
cosas, llorarás en las noches pensando que tu vida es basura; pero calma, a esto le
llamaremos “la lluvia antes del arcoiris”.

Tendrás estrés, presión, amargura, desesperación, deberás tomar decisiones, tendrás poco o mucho sueño, poco ánimo, intereses extraños, discutirás con tu reflejo de ser necesario, te golpearás el dedo pequeño del pie contra el borde de la cama, tendrás
todo un lío de pensamientos , habrán problemas familiares, la escuela te desgastará, lo normal, pero no todo es tan malo, si tienes suerte llegarán a ti los pequeños momentos
de felicidad, así que, finalmente, a todo esto le llamaremos “adolescencia".

De la nada y la trivialidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora