20. GOLDEN STATE

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Es muy irónico, yo, terriblemente descuidada, comencé a pensar de manera casi sistemática, así que eso hace que seas horrorosamente precavida.

Por desgracia siempre fui perdiendo cosas toda mi vida, únicamente por mi descuido, por ser tan dulce y agriamente distraída.

La única forma de no perder objetos preciados era no usarlos, fue la conclusión a la que llegué. En lugar de obsesivamente revisar cada cinco minutos si no había perdido nada, simplemente no las llevaría conmigo, eso era mucho más sencillo.

¿Fue eso lo que hizo que me desapegara tanto de las cosas?

No lo sé, puede que para mí misma así sea.

Y pensando en ello es que esto comienza.

Joseph James DeAngelo, nombre que hace dos horas como mínimo, era un nombre desconocido para mi cabeza, por supuesto no es el primer asesino serial del que me entero, pero es sobre el que estoy escuchando en este momento. Un aburrido hombre enmascarado traumado con su infancia (como es habitual) quien comienza robando pequeñas cosas para terminar abusando y asesinando a sus víctimas. Ni siquiera tenía un objetivo, según mi mente, acosaba y actuaba, eso era todo.

Un tío poco interesante a quien traumaron un par de tipos cuando era niño; cuando violaron a su hermana menor frente a él y de ahí en adelante todo se fue a la mierda. Vivió, claro, la vida normal que todos los enfermos mentales vivimos, lo irónico de eso es que cuando evalúan a este tipo de personas psicológicamente, lo que terminarán diciendo es que están perfectamente conscientes de lo que hacen, por desgracia no los entienden.

No están enfermos, recuerdo haber pensado mientras veía días antes a este el documental de Netflix sobre Ted Bundy, si ellos dicen que son inocentes entonces lo son, porque así es para ellos. No es una patología, no es una condición, es simplemente un estar de cierta comunidad que aún nadie nombra, un cierto tipo de personas, humanos que todavía no logran clasificar como algo más que asesinos seriales, pero son mucho más que eso, son; simplemente, un pedacito más de algo mucho más profundo en esta especie, como una especie de "otros humanos" que conviven con estos que conocemos, pero, sin ser tan diferentes.

Un coexistir, lo llamé, con personas que saben que no han hecho nada malo.

Esto, claro, salió de mi cabeza debido a mi incapacidad por horrorizarme.

Arrogancia, quizá no sea más que eso, pero lo cierto es que en mi interior una yo firmemente grita que los entiende perfectamente.

Volviendo al buen amigo, al parecer buscaba estimulación, emoción. Lo que comenzó con emoción por robar y asaltar sitios y terminó por cometer homicidio, se le resume a impulsos necesarios en su proceso mental. Esperando ansiosamente siempre poder cometer lo que sea que deseaba hacer. Roba; huye, Viola; huye, asesina; huye, hazlo; hazlo, hazlo hasta que lo sientas cada vez más.

¿Era por eso que perdía tanto el control de la situación? ¿Qué le sucedía realmente? A mi parecer fue enloqueciendo cada vez más hasta que perdió su propia sensación y terminó dejando salir todo ese nerviosismo compulsivo que tenía entre manos.

Pero, ¿qué podría saber yo sobre el proceso mental de un asesino si no hay más que especulaciones basadas en básicamente nada?

Creo que me acaba de picar una abeja en una pierna.

El asesino de Golden Estate, así le llaman, así le conocen, teniendo una vida normal por un lado y siendo un desenfrenado feminicida por el otro, sí que le encantaba mostrar su odio a las mujeres, la edad le hizo reducir el impulso por continuar violando locamente a estas chicas, al parecer.

Pobre tipo, odiaba tanto a las mujeres y sólo tuvo hijas.

Bueno, la vejez hace su trabajo.

¿Por qué no fue así con el tipo de los cerdos? Ya he olvidado su nombre, el caso es que era un tío marginado que comenzó vendiendo carne de cerdos y terminó dándole a la gente carne de prostitutas.

Al final la impulsividad y ese loco nerviosismo compulsivo terminó haciéndole perder todo lo que había hecho. ¿Y por qué lo hacía? Quién sabe, el caso es que la vejez no lo hizo más sabio, sólo más inútilmente avaricioso.

Supongo que ahí entra la pregunta de por qué lo hacen, aquí es donde me siento un poco más cuerda, o con el suficiente juicio para analizar la situación mejor, ¿qué sentido tiene hacer todo aquello? Recuerdo que nada tiene sentido, en realidad.

Ahí entra el otro problema, mi falta de saciar un objetivo me impide entender ese tipo de sentimientos a fondo.

Hombre, cuarenta años buscando al tipo y al final darse cuenta que era un tío de setenta y dos años que se les escurrió como quien sostiene algo con grasa en las manos.

Muchos cargos, muchos cargos, ley de prescripción vencida...blah blah blah, ¿por qué les hizo daño? Querían preguntarle, por nada, por nada, digo yo, quería hacerlo y eso era suficiente, quizá buscaba algo.

Unos por dinero (como la enfermera que asesinaba a aquellos bebés luego de prometerle a sus madres que les encontraría un lugar acogedor), otros por placer (como este o el buen amigo Pogo), otros como los Bundy no relacionados pero que asesinaron igual, una traumada con relaciones tóxicas y el otro por ya no recuerdo qué (Ted es conocido más por su nombre, carisma y su cara bonita, según la imagen suya en mi cabeza, que por lo que hizo) y, finalmente, simplemente porque le apetecía, como con Mary Bell.

Vamos a por Juana Barraza.

Un sombrío recordatorio de que vivió muchísimo siendo quien fue, saca un poco de la monotonía, ¿no lo crees?

Ah, ah, qué buen clima. 

De la nada y la trivialidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora