Keith amaba las caricaturas desde que tenía cinco años. Su madre siempre compraba
Cd´s para alimentar este inocente amor, así que su infancia fue una maravilla, porque
se encontraba en un mundo donde la magia existía, donde sólo eran las caricaturas y
ella. Entonces, al igual que todos, Keith comenzó a crecer.Cada vez había menos tiempo
para apreciar un mundo mágico porque se encontraba demasiado ocupada tratando de
comprender el mundo fuera de su cuarto, “el mundo real”.Sus años de inocencia pronto terminaron y se tomó su tiempo de lamentarse por ello
en la siguiente etapa: la pre-adolescencia.Hubo una caricatura que llamó su atención cuando cumplía los doce años y su
pequeño mundo ya había recorrido los sitios oscuros que sólo ella habitaba dentro de
su mente, aquel mundo animado era muy conocido por aquel entonces, pero fue
gracias a él que para ella la magia terminó de consumirse:Winnie Pooh.
Keith no pudo ignorar la similitud entre ésta con lo que la rodeaba, podía observar
claramente cosas que los demás parecían no notar, pero lo cierto era que el mundo
está lleno de enfermedad y ni siquiera aquel mundo se salvaba.Descubrió que Pooh tenía un desorden alimenticio.
Piglet padecía ansiedad.
Tigger tenía un deficit de atención.
Conejo era obsesivo compulsivo.
Ígor era víctima de depresión mayor.
Y Christopher Robin padecía esquizofrenía.
Ese fue el mundo que conoció en la adolescencia.