Teníamos que huir, debíamos correr lejos de donde nos encontrábamos, definitivamente debíamos salir de este lugar antes de que nos hicieran lo mismo que le hicieron a Fer y a Ann, temo por Kels y temo aún más por mi, yo estuve trabajando en la misma oficina donde él abusaba de todas ellas, faltábamos pocas y él quería hacerlo, sólo no quería aceptarlo.
- Alex, vamos. - veo a Kels empacar lo poco que tenemos como una loca, en su mano tiene los boletos de viaje y yo guardo el efectivo que robamos apenas hace unas horas, los chicos ya salieron y están por irse con nosotras. - Nos vamos al aeropuerto ahora, los pasajes están listos y los papeles están completos.
- Ellos están lejos, ahora ya todo esta bien y quiero que tu y yo huyamos lejos de aquí. - me cuelgo la mochila al hombro y salgo disparada junto a Kels, debemos llegar hasta la parte trasera de la residencia para poder salir, todo estará bien en cuanto salgamos de aquí.
Ambas llegamos hasta el final de la gran casa y de forma casi automática logramos salir brincando el gigantesco muro que nos separa del mundo, cuando estamos fuera... respiro el aire puro de la libertad que me deja volando y me hace apurar aun mas mi carrera contra el tiempo, el destartalado auto que nos dejaron nos lleva hasta el aeropuerto que nos da la puerta a un mundo nuevo, un mundo lleno de vida, un mundo de oportunidades.
- Somos libres, Alex. - sus brazos me aprietan fuertemente y no puedo dejar de pensar en todo lo bueno que es el futuro, todo lo bueno y hermoso que nos da esta oportunidad. - Llegaremos a Frankfurt y podremos respirar con calma, respiraremos con la libertad que nos merecemos.
Con una amplia sonrisa abordamos el avión y nos marchamos del infierno donde estuvimos viviendo una infinidad de años, al fin tendremos la paz que nos merecemos...
Cuando despierto el avión ya había aterrizado y me encontraba dispuesta a salir corriendo como si la vida se me fuera en ello, pero sólo quiero conocer el lugar donde ahora estaremos, gracias a todo llegamos unos lugares antes de ir a Frankfurt, aquí compraremos el auto listo para irnos y poder llegar al departamento que ahora mismo esta terminando de comprar Kels, de cualquier forma podemos estar tranquilas y yo puedo conducir con paz.
De forma casi inconcebible me encuentro rodeada de bosques y Kels parlotea algo sobre que llegaremos tarde o que vamos a perdernos, simplemente me pierde de forma casi imposible con su parloteo, no me puedo creer que lleguemos gracias a que definitivamente soy bastante buena regresando del lugar donde nos perdimos, así que me he encontrado como con mil personas para pedir indicaciones.
- Si das la vuelta a esta calle y sigues derecho, encontraras los departamentos que buscas, ¿ya te ubicaste? - miro el mapa, la calle y a la amable señora, creo que ya entendí. Porque definitivamente me encuentro viendo la calle donde ya se que voy a llegar.
- Si, muchas gracias, señora. Creo que necesitare un mapa hasta que me acostumbre. - me despido de la señora y cuando al fin encuentro los departamentos se que ya podemos descansar un poco más, entramos al estacionamiento y me deleito disfrutando de la comodidad que emana este delicioso departamento con muebles deliciosos. - Vamos a dejar las cosas por ahí y descansamos, tengo mucho sueño.
- Vamos a dormir, definitivamente quiero descansar a toda costa porque mañana mismo iré a inscribirnos, después iré a comprar las cosas y por la noche podemos ver que hacemos. - arrastro mi maleta hasta la que creo que es mi habitación y saco todo lo que tengo para poder quitarme la ropa y descansar, al fin descansar en paz.
Cuando el sol me cegaba supe que Kels se había metido a mi habitación para abrir mis estúpidas cortinas que por alguna extraña razón eran pesadas, gruesas y oscuras. Para mi suerte ella no estaba por aquí, entonces podía darme un par de vueltas en la cómoda cama que para mi pobre espalda era más parecida a las nubes que las mismas nubes; entonces después de mis doscientas vueltas pude estar en la deliciosa cascada de agua que salía más caliente de lo que alguna vez pude sentir sobre mi piel.
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Lo siento... No soy perfecta.
RomanceAlexandra Morgan una chica con una suerte de mierda, huérfana y solo tiene a su mejor amiga Kels Muller, con quien se fue de ese maldito lugar apenas cumplieron los 18 años. Decidieron irse a un lugar lejos de todo, donde nadie supiera de donde ve...