capitulo 7

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Está mañana amanecí como si un camión me hubiera pasado por todo mi cuerpo, soy como una esponja para los virus y las enfermedades, la lluvia de anoche hizo que me diera fiebre, alergia, dolor de garganta y un dolor de cabeza que no me permitía levantarme de la cama. Mi mamá entra al cuarto al   ver que  ya son las seis y media y todavía no me e levantado de la cama.  
-¿ Por qué no te has levantado? ¿ te sientes  mal?. Me dice en tono preocupada y sentándose en la cama.
Trato de aclararme la voz pero es imposible aliviar el dolor de garganta y lo que le puedo decir es.
-No me siento muy bien, no tengo ganas de ir al liceo hoy. Ella me coloca la mano en la frente y se sobresalta al sentir mi grado de temperatura.
-¡ Valentina por Dios! Estar hirviendo de fiebre déjame traer un termómetro para ver a cuánto la tienes.
    Mi mamá sale del cuarto y cuando regresa con el  termómetro, me lo coloca abajo en la axila, esperamos como tres minutos y al revisarlo mamá dice.
-No va a ir a ningún lado, pareces un tomate de lo rojas que estás por la fiebre la tienes casi a cuarenta… Voy a llamar a tu profesora guía para  y a decirle que no vas a poder ir hoy  porque no estás muy bien de salud. Sigue acostada horita te traigo un té y una pastilla para el malestar en general. Baja me busca las pastillas de dolor y trae un vaso de agua y una taza de té de limos con miel, el te me ayuda a aliviarme un poco la irritación, me los tomo y me vuelvo acostar.  Como a las diez  vuelve a entrar mi mamá.
-Cariño hablé con la  profesora María y me dijo que va a hablar con unos de tus compañeros para que te den el adelanto de mañana… ¿ te sientes  mejor?.
-Si ya me siento un poco mejor ya no tengo tanto frío pero el dolor de cabeza y el dolor de garganta  no se me quita.
-Descansa horita te traigo una acetaminofén para el dolor de cabeza. Pero te voy a traer algo para que comas. Me trae una avena cocida y el vaso de agua con la pastilla y sigo acostada hasta ver si se me quita este dolor de cabeza.
     Son como las dos de la tarde  y me siento muy mejor que como  esta mañana, me levanto de la cama y me meto a bañar, al quitarme la ropa y entro en la  regadera, se me pone la piel se gallina. De por si esta agua es fría, pero hoy la siento más fría que nunca. Me baño de pie a cabeza ya que no tengo dolor de cabeza y tampoco fiebre, ya que mi mamá siempre me a dicho que es muy peligrosos mojarse el cabello cuando tenemos dolor de cabeza, aunque en realidad no se que sucede no me gustaría experimentarlo.
      Cuando salgo del baño y me veo en el espejo y ya lo rojo  de la cara se me a quitado un poco pero todavía me sigo pareciendo a al reno de Santa Claus con la nariz roja. Busco un pijama de mono de algodón azul con corazones blanco, una franelilla blanca, unas medias azules y un suéter tejido blanco porque tengo y desde ayer no a cesado de llover aunque escampo como hace media hora el tiempo todavía está gris. Me desenredo el cabello y me lo dejo suelto para que se me seque.
     Me pongo hacer la tarea  que tenía pendiente y reviso si no se me a quedado una, veo la mesita de noche y veo que está un pan de sándwich, seguramente mamá lo dejo hay cuando estaba dormida. Me empiezo a comer el sándwich cuándo de repente suena el timbre de la casa, pero sigo comiendo porque no estoy esperando a nadie, pero escucho que tocan la puerta de mi cuarto, abro la puerta y es Tatiana y su novio.
-Hola Valen ¿ Cómo estás?, disculpa por no haberte  traído.
-Hola  Tatiana, hola Jonathan, estoy bien gracias, no te preocupes por eso es solo un refrigerado.  Siéntese.  Les sacó unas banco  pequeños color verde . Jonathan me entrega una cajita de galletas con chispas de chocolate.
-Te hemos traído esto para que te sientas mejor. Y nos empezamos a reír. “ESTE CHICO ES MUY ALEGRE”. Mis pensamientos como es también se sentía mal porque no los escuchaba.
-Gracias.
-Te e traído algunos apuntes de hoy y mañana tenemos pruebas de física, porque el resto te los e enviando por correo y creo que la profesora María también te los a enviado.
-Hay Tatiana muchas gracias la verdad.
-Y ¿ Vas a ir mañana?
-Si, se me siento mejor voy… y ¿ dónde dejaron a Carlos?
-tuvo flojera de salir con nosotros.
-A ya. “ Menos mal”. Tatiana se para y dice.
-Nosotros nos vamos porque tenemos que pasar por el supermercado a comprar unas cosas que mi mamá me pidió, no que nos desviamos un momento del camino. Los acompaño hasta la puerta de salida.
    Tomo un vaso de agua y subo al cuarto a comenzar las tareas que Tatiana me a traído. Me mandaron tantas actividades como si hubiera pasado una semana sin ir, en eso vuelve a sonar el timbre de nuevo y me preguntó si es Tatiana de nuevo, espero unos segundos y mamá toca la puerta y entra.
-Allá abajo está un chico que quiere verte.
-¿ Quien es?.
-Me dijo que se llama Alex ¿ Le digo que pase?.
-Alex porque Alex a qué habrá venido. Mamá dile que pase. Me paro de la cama y la tiendo lo más rápido posible, gracias a Dios el cuarto no está desordenado, ¿ Por qué me e puesto tan nerviosa?. “ RECUERDA QUE EL TE DIJO VÍBORA”. Mis pensamientos otra vez. No lo sé pero tengo una mala maña que cuando estoy nerviosa, ansiosa y molesta me clavo las unas en los brazos o me lo rasco sin ningún motivo. Me siento en la cama y me aliso el suéter y espero a que se habrá la puerta.
    Suena la cerradura de la puerta y hay Él  vestido con unos pantalones negros, unos zapatos blancos, una camisa manga larga gris  y su cabello lisos húmedos y alborotados. La fragancia de su presume invade toda la habitación, es un aroma agradable. Se me pone la piel de gallina.
-Hola Valentina.
- Hola.
-¿Cómo sigues?.
-Bastante mejor gracias. No quedamos un momento en silencio parado al frente de la puerta y yo sentada en la esquina de la cama, es muy incómodo.
-Ven siéntate. Lo invito a sentarse y se sienta al lado mío en la cama.
-Estas roja.
-Si debe ser por la fiebre de esta mañana. “ OBVIO NO ES POR ESO, ES POR TU PRESENCIA”. Suelta de repente mis pensamientos.
-¿Como supiste que estaba enferma?.
-Vi que no llegaste entonces le pregunté a tu amiga Tatiana en la hora de descanso por ti y me dijo que te sentías mal.
-Mmm ya. El pregunto por mi ¿Por qué? O ¿ Que?. El tiene sus prioridades y esa prioridad se llama Diana, o Diana espero y o se entere de que este personaje está aquí en mi casa.
-Y … ¿tu novia sabe que su está aquí?. O. “POR DIOS VALENTINA ESO SON SOLO COSAS QUE SE PIENSAN NADA MAS NO SE DICEN”. Me regañan mis pensamientos. Disculpa no dije sin pensar. El se pasa la mano por el cabello y en sus labios se le dibuja una sonrisa juguetona.
-No, no lo sabe. Y ¿ Por qué debería de saberlo?.
-No… por nada. Trágame tierra.
-Te e traído esto. Y saca un chocolate del bolsillo de la camisa.
-Gracias. Le dijo mientras lo agarro.
-También e venido a buscar mi suéter.
-Ya te lo doy, te lo iba a llevar mañana, pero así me ahorras la no tener que buscarte y explicar porque tengo su suéter. El de ríe, no entiendo por qué se ríe tanto será que todo lo que digo es gracioso. No me gusta reírme mucho, no es mi fuerte. Me paro y abro el closet y doy gracias de que mi madre lo allá lavado y lo puso junto con mi ropa.
-Nunca te había visto con el cabello suelto se te ve bonito.  Sus palabras sonaron muy sinceras que hicieron que me pusiera nerviosa y se me cae el suéter de las manos. “QUE ESTUPIDAS SOMOS. Mis pensamientos y yo nos pusimos nerviosas. Nos agachamos a recogerlo y quedamos cara a cara viéndonos, estoy segura que mi cara se a ruborizado y pude detallarle los ojos los tiene de un color azul cielo brillante, unos ojos muy lindos y sus pestañas son muy largas. Y e llegado a la conclusión que todo el tiempo que tiene aquí no lo había visto a los ojos. Yo corto el juego de miradas, nos incorporamos,  agarró el abrigo y se lo entrego.
-No es por correrte pero va a comenzar a llover y no quiero que te mojes.
-Me gusta que se preocupen por mi. Y si tienes razón parece que quiere empezar a llover otra vez. Dice mientras observa por la ventana la nube gris en el cielo.
     Lo acompaño afuera y lo despido. Y me e dado cuenta de que en todo el tiempo que estuvo aquí no le ví la cara y la única vez que se la ví fue en el incidente con el suéter, y me ruborizó de solo pensarlo,  oye a la cocina y mi mamá estaba preparando la comida.
-Te e preparado una sopa para que te la comas. Me observa y luego dice.- En lo que termines te vuelves acortar, porque seguramente te va a dar fiebre otra vez porque tienes esa cara roja. Y yo sé que no es por la fiebre.
     Me como la sopa que estaba muy rica la verdad. Y voy otra vez al cuarto. Y al estar adentro percibo el olor de la colonia de Alex y me da una ataque de risa por todo lo que pasó, eso fue muy raro e incómodo. Espero y que Diana no se entere aunque no hemos hecho nada malo me la imagino como se pondría, reviso mi teléfono y ya son más de las ocho la hora paso volando.

El día que me cambio la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora