capitulo 5

3 0 0
                                    

     Llega el siguiente día y esta misma rutina de la mañana,   salgo del baño me doy cuenta que arriba de la cama está algo diferente.  Es el uniforme de educación física, seguro que  mamá la puso hay mientras me bañaba. Era un mono azul rey impermeable, una sudadera blanca, un suéter del mismo color del mono, un short corto  del mismo color e igual que el mono. No me emociona la idea de tener deporte  porque el deporte y yo somos como polos por eso de unas de las materias que no me  gustan. Me visto y busco mis zapatos blancos, mi diadema blanca y mis carcillos que se me habían perdido ya que son lo bastante pequeño y aunque se que para educación física no lo permiten yo odio andar sin zarcillos, además me siento un poco inseguridad aunque mi madre creo que exagero pero es la verdad. “ TU EXAGERAS POR TODO”. Mis pensamientos no tienen razón. Me hago una tranza  y me coloco la diadema. Agarro los lentes, el teléfono y los meto en el bolso antes de bajar.
      Mientras voy bajando siento que hay demasiado silencio y que raro que mi mamá no me a gritado a cada minuto  para decirme la hora a cada rato. Entro  a la cocina no veo a mi  mama, voy para la sala y la veo acostada en el sillón  grande negro.
-Buenos días mamá ¿ qué tienes? ¿ por que  estás acostada aquí?. No es que me moleste que este acostada es que no es de ella y mucho menos a esta hora. Ella me responde incorporándose en el sillón con un gesto de dolor.
-Es que anoche no pude dormir bien y me e parado con  mucho dolor de cabeza, pero ya sé me va a quitar me acabo de tomar una pastilla de acetaminofén… tu comida esta en el mesón, ya son las seis y media come para que te vayas. Mamá está todo el tiempo pendiente de cada detalle y hablé muy tarde debido a la hora.
-Bueno mamá  si te sigues sintiendo mal llamas a papá para que venga, o me llamas a mi pero por favor nos llamas para saber cómo sigues no se te olvide. Y le hago énfasis porque yo sé como ella que se puede estar muriendo y no dice nada.
-Ok esta bien no te preocupes yo voy a estar bien ya te puedes ir.
     Mientras espero el autobús agarro el sándwich y me lo voy comiendo. Subo al autobús  y veo a Tatiana que le saltan los ojos de alegría a través de su gran delineador negro, no entiendo a esta chica hoy vamos a hacer ejercicio y ella toda maquillada como si va a hacerse una sesión de fotos.
-¿ Y eso que estas tan feliz? ¿ estás que contagia tu felicidad?. No sé por qué pero también me siento feliz y no sé cuál es el motivo.
-Es que mi novio va a venir a  visitarme, no lo veo desde hace tres meses
-Que bueno me alegro por ti.
-Anoche me llamo y me dijo que viene la semana que viene para ir juntos a la feria de las flores ¿ tu vas a ir?.
-A… no lo sé y ¿ Ferias de las flores?. Yo tengo entendido que eso lo celebran en Colombia creo y exactamente no se la fecha… pero… como lo celebran aquí.
-Todos los años a inicio de clases la institución hace una celebración para darle la bienvenida a los nuevos y por un nuevo año escolar, además se le llama feria de las flores porque es como una temática solamente, el año pasado fue de bosques encantado.
-Ya… la verdad nunca había oído de algo como eso, me imagino  que todos van con pareja…y…  bueno no se si vaya.
-Tu te lo pierdes y todos los del liceo van. Lo dice alzando los hombros.
-No se ya veremos. Saco para limpiar los cristales de los lentes.
     Bajamos de autobús y me percató que el la camioneta que la camioneta este y al verla le pasó muy retirada para que no vuelva a suceder lo de ayer. Entro al salón de clase y veo que está un hombre mayor, alto, muy alto, con ropa  deportiva, y noto que en su camisa está el mismo eslogan que tiene el short que tengo puesto. Yo solamente  uno short cortos en la comodidad de mi casa,  no en la calle y mucho menos aquí. Se levanta el profesor se dirige a nosotros.
-Buenos días jóvenes soy su profesor de deportes mi nombre es Alfredo López el día de hoy y en el transcurso del año voy a convertirlos  en atletas… nos vemos en la cancha.  Me imagino que pasó toda la noche redactando su discurso de presentación y me río para mis adentro. Me volteo para ver a Tatiana y le digo.
-Es un hombre de pocas palabras. Y nos empezamos a reír.
   Nos dirigimos a la cancha, el profesor nos manda a quitarnos el mono y quedarnos con el short, no puede ser, por lo menos el short no es tan corto. Comenzamos  calentar, a estirarnos, a hacer sentadillas, pasan como cinco minutos y nos manda a darle cuatro vueltas a la cancha. Siento que con los cinco minutos de calentamiento ya la sangre por todo mi cuerpo corre a mil por segundo. Al principio comienzo bien a la par con todos los demás y doy la primera vuelta, la segunda también, pero cuando voy por la mitad de la tercera  siento las palpitaciones de mi cuerpo demasiado rápido y como no tengo ya la mismas energía del principio empiezo a  trotar, después a camina y me dirijo fuera de la cancha y  me empiezo a sentir muy mal, mareada, con náuseas y con el estómago revuelto, siento que ya no puedo más y me paro me doblo mi torso y apoyo las manos en las rodillas y empiezo a vomitar, en ese momento pasa Diana.
-Que asco. Ya tienes el premio ganado, estúpida , vomitona. No entiendo el carácter de esta chica. “ SU EGO VALURDO”. La asquean mis pensamientos.
   Quiero parar de vomitar pero no puedo, es como si mi estómago estuviera al mando.  Escucho que alguien se acerca detrás de mi.
-Valentina ¿ Te sientes bien?. Es Alex y se pone frente a mi.
-De maravilla. Y vuelvo a vomitar, creo que ya no tengo nada en el estómago. Por la manera que me observa Alex estoy segurísima que parezco un papel de lo palida que estoy, es como si se me bajara la tensión.
-No seas odiosa Valentina… ven para ayudarte. Me ayuda incorporarme y me siento en los bancos mientras el de queda parado.
-¿ Por qué te sentiste mal?.
-Porque no estoy acostumbrada a hacer ejercicio y fue también porque comí muy rápido, pero voy a estar bien gracias. Tengo la cabeza agachada y puedo notar que el tiene los zapatos llenos de vómito.
-Alex lo siento por tu zapato.
No te preocupes, toma agua. Me da su termo de  agua ya que no tengo el mío cerca. “RECUERDA QUE EL TE DIJO VÍBORA”. Me recuerdan mis pensamientos. Mi rubor se expande por todo mi rostro
-¿ Te gustan los deportes?. Le respondo que no con la cabeza. En ese momento llega Diana y aunque no la estoy viendo se que me está fulminado con la mirada.
-Vámonos  amorcito para que termines la carrera  porque  veo que alguien  te interrumpió.
-No me interrumpió solo que se sintió mal y la ayude.
-Buenos… vámonos a terminar la carrera. Y se van menos mal. Llega  Tatiana con mi termo de agua y mi toalla.
-Vi todo lo que te estaba pasando, pero necesitaba terminar la carrera… lo que te iba a decir, que tienes que tener muchísimo pero muchísimo cuidado con Diana, porque va hacer todo lo posible para que no te acerques a  Alex,… lamento no ayudarte. Le respondo mientras me limpió la cara con la toalla.
-Hay ya no te preocupes, el solo vino a ayudarme y bueno por hoy no voy hacer más ejercicio.
El profesor se me acerca me ve de arriba abajo y pregunta que si ya me siento mejor y asiento con la cabeza y le doy gracias a Dios por volver a recuperar mi color nuevamente.

El día que me cambio la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora