Faltan solo unas cuadras para llegar a la heladería cuando escucho alguien gritar mi nombre.
-Valentina. Gritan.
Al voltear es Jeremy muy guapo desde la primera vez que lo ví, lleva puesto ropa Deportiva.
-Hola Valentina. Llega a mi encuentro.
-Hola Jeremy.
-Estás muy linda. Me ruborizo.
-Gracias.
-¿ Vas algún lado?.
-Si quede con alguien por aquí cerca.
-El novio.
-¡NO!. Lo digo casi en un grito, no me veo de novia con nadie horita y muchos menos con Él.
-Ya entendí. Dice alzando las manos como advirtiéndose.- ¿ Te puedo acompañar?.
-Si. Y empezamos a caminar.
-¿ Cómo está Matías?.
-Bien está en casa, está molesto porque no lo dejaron salir conmigo. Hace una pausa y luego hace una pregunta.- ¿ Tienes hermanos?.
-No, no tengo soy hija única y ¿ Tu vienes otros hermanos?.
-Si somos cincos, mi hermana Mayor Marian de 25, yo de 20, Cary de 10, Matías de 8 y Salomé de 3 años.
Guao esos bastantes yo siempre había querido tener un hermanito pero mi padres solo me tuvieron a mi y bueno ellos deben tener sus razones.
-Qie lindo tener hermanos. Decido decirle.
-Debe ser bueno ser hija única.
-Si bueno… es emocionante porque tienes todas las atenciones de los dos, pero es un poco aburrido no tener a alguien con quién hablar siempre o pelear. Y se me dibuja una sonrisa en los labios.
-Yo vivo con mi hermana y si, casi siempre peleamos pero todavía no me veo lejos de ella.
Hemos caminado tanto que llegamos a la heladería y no me había dado cuenta.
-Jeremy gracias por acompañarme hasta aquí.
-De nada. Posiblemente un día de estos te invito a tomar un café quizás. El se ríe, le regaló una sonrisa y se precipita sin yo darme cuenta y me da un beso en la mejilla y se va trotando.
El gestó de Jeremy me tomo por sorpresa. Para ser sincera no me trasmitió nada, solo sorpresa y ya. “ COMO QUE TIENES ESE CORAZON DE PIEDRA APARTADO PARA ALGUIEN MAS”. Me suelta mis pensamientos. Entro a la heladería y veo a Alex que está sentado en la barra, sus ojos encuentran los míos. Va vestido con una camisa negra, unos pantalones negros y unos zapatos converse negras. ( A este chico como que le gusta el color negros). Le queda voy bien y sus ojos resaltan demasiado y su extraordinaria vista me estudia de los pies a la cabeza que hace que mi rubia exagerado brote.
-Muy puntual señorita. Dice muestra señala el reloj de su muñeca.
-Así es. Y retira la silla del mesón para que me pueda sentar.
-¿ Cómo ha estado tu día?. Respondo mientras me siento.
-Bien gracias y ¿ El tuyo?.
-Bien también…. He estado pensando que después de aquí podríamos ir a un lugar muy lindo como a cinco minutos de aquí.
-Me estás preguntando o sugiriendo.
Se pasa la mano por el pelo ansioso.- Es como no conoces muchos lugares aquí quise llevarte, ¿ Si quieres?
-Mmm está bien.
-E pedido la cesta arcoíris de sabores. Nos quedamos esperando en silencio que llegará.
Viene un muchacho le calculo unos 21 años. El uniforme de aquí es muy colorido, la gorra y el delantal es rosa palo y la camisa es verdad manzana. En la gorra y el delantal tienen el mismo eslogan “ RICOS Y SABROSOS”. El nombre le s queda muy bien.
-Hola John ¿ Todo bien?. Lo saluda Alex.
-Hola hermano bien y ¿ Tú?. Se chocan las manos por arriba de la barra.
-Chévere. Aquí te mandaron. Y coloca la cesta de helado en la mesa.
-Y ¿ Que haces aquí?. Pregunta Alex.
-Mmm bueno que te puedo decir. Hace una pausa para apoyar los codos arriba de la encimera.- Hice un pequeño desligue ayer en la casa y llegó mamá, se molestó y como sabe que odio estar aquí su castigo fue este. Señalándose el uniforme.
-Caray hermano. Alex se pasa la mano por el cabello.- Tu te pasas. Y suelta una risa y yo también lo hago y Alex voltea a mi encuentro y su risa se intensifica más como si fuera visto algo que le encantará.
-Hey chico por favor. Llaman a John una parejita que acaba de llegar.
-Bueno hermano nos vemos luego. Chocan las manos para despedirse y se va.
Todos los helados son riquísimos el de chocolate, mantecado, incluso el de maní que no es unos de mis sabores favoritos está muy cremoso, el único que no me gusta es el de menta. Permanecemos en silencio mientras disfrutamos de esta delicia.
-¿ Tu siempre eres odiosa hasta con las personas que quieren conocerte?. No le respondo. Alex y sus preguntas irónicas.
-El día que te rescate que estabas en la lluvia iba para la casa de mi tía a recoger una cosas que mi mamá había dejado.
-Era la primera vez que estaba por hay, además tengo ya casi dos meses viviendo por estos lugares.
-¿ De dónde eras y por qué se mudaron?.
Suspiro antes de darle la respuesta porque no me gusta que me pregunten hacen que mis ánimos bajen, pero ya que no tengo hora cosa que hacer a demás de seguir acostumbrándome aquí.
-Vivíamos en San Fernando, nos mudamos porque papá trabaja en una fábrica y le dieron un ascenso en un puesto muy importante por eso nos mudamos.
-Seguramente que debes a extrañar a tus amigos o a tu novio. Le digo que no con la cabeza.
-Entonces ¿ No extrañas a nadie?.
-Claro que si extraño a mis amigos y a mi familia pero lo otro que dijiste del novio no, no tengo. Si cara se le ilumina al igual que sus ojos azules.
-No lo puedo creer valentina... Se pasa la mano por el cabello y toma un sorbo de agua, me cambia el tema.- Me di cuenta en la feria que te fuiste rápido, pensé que te habías sentido mal.
-Estaba un poco aburrida y muy cansada así que pedí que me fueran a buscar. Me limpio las manos con la servilleta, el se levanta y me tiende la mano.
-Vamos a el lugar que te dije. Y le ofrezco la mano y salimos del lugar. De camino al lugar permanecemos callados, veo por la ventana y cada segundo percibo la mirada de Alex a mi dirección. Al llegar al lugar es un parque muy lindo con mucha naturaleza, se respira un aire muy agradable y cálido para ser lunes hay muchas personas. Caminamos hasta una mesa que estaba sola y nos sentamos uno al frente del otro.
-Entonces, este es tu lugar favorito. Le suelto.
-Si, siempre vengo a despejar la mente.
-Es un lindo lugar.
-Es unos de los lugares que podemos estar tranquilos sin mucho tráfico o personas que nos molesten.
-Tienes razón. Respondo mientras observo el lugar.
-¿ Quien era el?. Pregunta de repente.
-¿ Quien?. Lo miro a sus enormes ojos azules.
-El muchacho que te acompaño.
-Aaa te refieres a Jeremy, el es mi vecino lo conocí hace tres semanas.
El suspira aliviado como si estuviera reteniendo el aire. Se rueda para acercarse a mi su acercamiento hace que se me acelere el corazón y pueda oler su exquisito aroma. Mi rubor se hace cada vez más exagerado, su respiración se acelera, sus hermosos ojos vuelven a brotar rayos azules. Nuestros labios tienen casi un centímetro de distancia siento su respiración cálida y confortante, pero no puedo y volteo el rostro. No puedo, no puedo besarlo. “PERO EN QUE ESTAS PENSANDO LO TIENES SOLO PARA TI”. Me regañan mis pensamientos.
-Lo siento no puedo. Dijo en un susurró. Veo la hora y son las 6:15pm.- Tengo que irme.
Tengo un nudo en la garganta y creo que está molesto conmigo, no lo sé vamos en el camino y la tensión puede cortarse con una espada. Está inquieto o estresado porque desde que hemos salido del parque a jalado su cabello más de tres veces. Estos han sido los cinco minutos más largos de mi vida
El carro se estaciona al frente de mi casa y por alguna razón obvia tengo unas ganas tremendas de llorar, gritar, correr, no lo sé. Abro la puerta para salir y el me agarra del brazo.
-No fue mi intención. Lo dice en un susurro.
-Lo siento Alex tengo que irme. Sus ojos se oscurecen al llegar a un gris.
Me bajo y tranco la puerta a mi espalda, rodeo la camioneta y entro a casa casi corriendo. Al estar dentro de casa me doy cuenta que había estado aguantando la respiración, mis ojos se llenan de lágrimas.
-Valentina cariño. Me llama mamá desde la cocina. Me seco las lágrimas que estaba apunto de sacar y voy a su encuentro.
Ella está sentada en el mesón de la cocina, lleva en las manos un papel parece una prueba de examen, tienes los ojos rojos creo que de tanto llorar.
-Mamá ¿ Que tienes?. Me preocupa su estado. Me pasa el papel. PRUEBA DE EMBARAZO… Positivo.
“¿ QUE?”.
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El día que me cambio la vida
RomantikDe manera sencilla y con un lenguaje coloquial, la autora hace una narrativa de la cotidianidad propia del adolescente en esta época, donde están presentes la tecnología, las tareas, los amigos, el liceo, las fiestas, las salidas, las obligaciones e...