En lo que se estaciona el autobús se empieza a bajar todas las personas, Tatiana y yo nos bajamos de última. Veo un edificio de ladrillos rojos, ventanales grandes y pequeñas, con muchos bancos de cemento pintados de verde, con árboles, pasto y jardines alrededor de todo el edificio, la entrada tiene dos puertas de madera con hierro para proteger. Siempre cargo los lentes gindados en el segundo botón de la camisa para leer cualquier cosa. Voy caminando pero no noto que una camioneta azul se para atrás del autobús. Estoy caminando muy cerca de la puerta del carro cuando se abre de repente y me pega durísimo, pierdo el equilibrio y caigo sentada, todo los papeles que tenía cayeron por todos lados siento que veo estrellas alrededor de mi. Siento que me toman de la mano, pero como estoy aturdida por el golpe no puedo distinguir quien es. Cuando me levanto y mi cabeza ya a tomado conocimiento me limpió la falda, al subir la cara que alzó la mirada era un chico de buena presencia, alto, bien arreglado, cabello de color marrón y sus ojos azul cielo, y con un perfume era una fragancia suave pero agradable y me pregunta con tono de preocupación
-¿ Estas bien?. Discúlpame no fue mi intención. Mientras me ayudaba a recoger las cosas que había tirado. Tatiana también me está ayudando a recoger los papeles. Estoy en shock así que no le respondo, pero veo que alguien se bajó del carro es una muchacha , también es alta, cabello amarillo se ve que no es rubia por naturaleza por las raíces marrones, con la falda muy corta a mi parecer, la camisa no estaba bien abrochada.
-¿Que esta pasando? Alex quítate de hay cuidado no te vayas a infectar con los parásitos con patas. Le repica Tatiana molesta.
-Vámonos de aquí que nosotros para ellos somos no somos nada.…
Nos ubicamos en unos asientos y Tatiana me estudia con la mira para ver si tengo algún daño.
-¿Estás bien? ¿ No te duele nada?.
-Me duele un poquito la cabeza pero después se me pasa. Le respondo haciendo una mueca de dolor. Y aunque no tengo mis ideas bien alineadas le pregunto a ella.- Y ¿Quién era ellos?. Tatiana suspira como si le desagrada algo y al cabo de unos segundos me responde.
-El que te pego con la puerta del carro es Alex y la muchacha es Diana, ella es muy molesta, creída y mimada ellos son novios y son la pareja más popular del liceo se le podría decir, los papás de ese par de tortoles son unos de los más ricos el papá de Diana es ex político muy famoso y el papá de Alex es un gran embajador extranjero, podría decir que es uno de los mejores de Venezuela. A ellos los tienen como bandeja de plata y para completar la directora es madrina de Diana y es odiosa e hipocresía y que si Diana te hace algo no te recomiendo que vayas a la dirección porque no te va a creer ni una palabra que digas. Aquí estudian muchos hijos de grandes personas y millonarios
-Bueno espero y no toparmela en ningún momento. Suena el timbre y Tatiana me señala que debemos entrar.
Subimos las escaleras de cemento, con barandales de hierro pintados de blanco, caminamos por el pasillo y cruzamos al salón de clase. Al entrar mi ojos de dirigen a Alex el chico que me pegó con la puerta del carro y veo que Diana su novia está sentada en sus piernas, será que ellos hacen lo que se les plazca. Sigo caminando al lado de ellos y me siento al final de las filas de pupitres. Saco el cuaderno, el lápiz y un bolígrafo Suenan unos tacones por el pasillo y entra la profesora, es una mujer muy bonita, cabello corto, de color negro, aunque es un poco pequeña de estatura los altos tacones la hacen ver muy alta e intimidante, y trae los labios pintados de color rojo escarlata, coloca el bolso que trae de cuero marrón arriba del escritorio y de para al frente del pizarrón.
-Buenos días alumnos algunos de ustedes saben quien soy pero otros no, yo soy la profesora María González y soy su profesor guía y profesora de castellano, para cualquier cosa me abordan a mi, para lo que necesiten no duden en decirme. Hace una pausa y prosigue.- Este año tenemos a algunos alumnos nuevos.( Dice cuando me esta señalando) pasa al frente para que te presentes. Esto es lo malo de ser nueva”. Camino al frente, me paró al lado del pizarrón y todos los ojos están puestos en mi ¡Que horror!. Peor que una exposición.
-Hola mi nombre es valentina Rodríguez y soy nueva. “OBVIAMENTE TODO EL MUNDO LO SABE”. Me aclara mis pensamientos.
En ese momento Diana dice.-Ya lo sabemos. La ignoro y sigo con mi discurso.
-Me acabo de mudar para ser más exacta fue hace tres días, nunca había estado aquí por eso no se muchas cosas de aquí. Diana vuelve a interrumpir.
-Obviamente porque te acabas de mudar. Y todos empiezan a reírse. Agachó la cabeza y agarró el dije del collar y lo giro de un lado al otro. Como no tengo más nada que decir caminó hacia el asiento avergonzada y del color de un tomate. Todos empiezan a susurrar y la profesora se levanta.
-Silencio ya esta bueno. Se dirige a mi. -Gracias Rodríguez por presentarte a la clase y por favor dejemos que los otros nuevos compañeros se puedan presentar. Refiriéndose al resto de la clase. Al estar en el siento, cruzo los brazos arriba de la mesa, hundo mi cara en ellos. No sé por qué nos mudamos, todo era tan fácil dónde estábamos, yo iba a graduarme con mis amigos de la infancia y no tendría que porque pasar por esta gran vergüenza. Me sumo en mis pensamientos y aunque no veo a los nuevos alumnos escucho que uno de llama, Carlos, otro Mateo el último Joan.
Suena el timbre, todos salimos y en el pasillo le digo a Tatiana: acompáñame a la dirección a llevar estos papeles. Cuando regresamos de la vamos a los jardines y Tatiana me dice señalando una mesa sola.
-Valentina allá está una mesa sola para que podamos comer.
-Si esta bien.
En lo que nos sentamos a comer noto que viene Diana con unas muchachas creo que son sus amigas, al llegar ellas a la mesa Diana me empieza a jugar con mi cabello y odio que lo haga.
-Suéltame el cabello por favor. Le dijo en tono que no suene tan molesto. Se le dibuja una risa maliciosa.
-Ok esta bien. Me suelta el cabello. Te vengo a presentar a mis amigas ellas se llaman. Ana, Luisa y Fabiola. Señalando.
-Mucho gusto yo soy Valentina. De repente se me acerca que la tengo cara a cara y me dice con tono amenazador.
-No quiero que te atraviese al frente de nosotras mucho menos a mi novio porque si no te va mal te quedó claro.
-Ok lo tomaré en cuenta. Dijo sin dejar de mirarla a los ojos y pude notar que los tiene verdes rayados. Pude notar en su expresión que mi comentario la molestó.
- Estoy hablando muy enserio.
-Te dije que lo tomaré en cuenta y si me disculpas que voy a terminar comer. Eso como que la molestó más, se incorpora.
-Ok. Dice y se alisa la falda pero antes de irse hace un movimiento brusco y me tira la comida al piso.
-Come pues. “QUE INMADUREZ”. Mis pensamientos están muy molestos. Se va dando saltitos cómo si le causará mucha gracias. Tatiana muy molesta dice.
-Ella se cree dueña de este instituto porque como los papás tienen dinero y la madrina es directora puede tratar a todos como le da la gana.
-Bueno en fin ¿ y tu siempre has estudiado aquí?. De dijo mientras recojo los desperdicios y los tiro en la basura. Por lo menos pude comer algo en la casa.
-Si desde primer grado.
-Entonces tú conoces a todos lo que estudian aquí.
-Bueno si más o menos algunos de han ido pero los que siguen aquí si los conozco a todos. Hace una pausa y luego pregunta. ¿Dónde eras? Y ¿ Por qué se mudaron?. Suspiro para mis adentros y le respondo.
-Somos de San Fernando y nos mudamos porque mi papá está trabajando en una empresa, tubo una elevación de puesto, no se como se dice, bueno el punto es que lo trasladaron y por eso nos mudamos.
-Que cosas vale si mis padres hacen algo así, la verdad no se que haría, perder mis amigos, mi casa, y todo sería para morirme.
-Bueno yo pensé lo mismo pero ya estoy aquí, además el miedo que tenía era no conocer a nadie el primer día de clase y te conocí y creo que las cosas no sean tan pesadas. Veo la hora en el teléfono y son las 10:28am.
-Ya creo que es hora de irnos.
-Tienes razón vámonos.
Pasan las horas, conozco a un profesor diferente y las clases no son tan pesadas como imaginé. Gracias a Dios suena el timbre y es hora de irnos a nuestras casas . Cuando salgo del salón que camino por el pasillo siento que me agarran el derecho y me dice una voz masculina.
-Discúlpame por lo de esta mañana la verdad no te sabia visto. Su tono es suave y de disculpa. Me volteó le quitó la mano de mi hombro.
-Dale gracias a Dios que no me partiste los lentes. Sigo a delante.
-Solo estoy siendo amable, no seas víbora. Me detengo de inmediato y me volteo asía el.
-¿ Perdón?. Como me dijiste.
-Víbora. Y se le dibuja una sonrisa que me irrita.
-No sé quién eres y mucho me interesa saberlo pero no seas tan imbécil. Le coloque los ojos en blanco, giro en mis talones y lo dejo plantado. Odio su forma de hablarme. Camino de prisa y me montó en el autobús en el mismo lugar con Tatiana.
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El día que me cambio la vida
RomanceDe manera sencilla y con un lenguaje coloquial, la autora hace una narrativa de la cotidianidad propia del adolescente en esta época, donde están presentes la tecnología, las tareas, los amigos, el liceo, las fiestas, las salidas, las obligaciones e...