El bebé Valerio no a dejando un Memento en qué deje de llorar, ya lleva casi dos semanas aquí con nosotros y tiene la casa patas arriba. Papá metió el permiso paterno de un mes. Los abuelos están muy pendiente de nosotros, de la casa, de algo que falte. Desde que hemos llegado del hospital no me había quedado sola con mamá, papá salió con los abuelos a comprar unas cosas.
-¿ Cómo te sientes?. Me acuesto al lado de ella mientras amamanta a Valerio.
-Bien, acostumbrándome a estar otra vez a un nuevo bebé. Le sonríe a Valerio.
-Me imagino.
-Tu cuando naciste eras igualita a el lo único que los diferentes es que el tiene los ojos verdes y tú marrones.
-¿ Tiene los ojos verdes?. Pregunto emocionada.
-Si, más pocas veces que a abierto los ojos se los e visto. Lo termina de amamantar y le estiró los brazos para que me lo de para ayudarle a sacarle los gases.
-Tu papá me estuvo hablando que ganaste un viaje para la ciudad de Nueva York… Valerio me a tenido tan e hechizado que no había pensado en eso.
-Mmm si los papás de Alex van a pagar todos los gastos, Tatiana me dijo que van a dar tres boletos por familia.
-Y ¿ Que has pensado tu?. Me acuesto a Valerio en el regazo y le empiezo a agarrar las manitas suaves y pequeñas.
-Mmm para ser sincera no lo he pensado, todo estos días han sido una montaña rusa de emociones.
-Yo se cariño que ese es unos de sus sueños así que tu papá y yo hemos tomado una decisión.
-¿Cuál decisión?...
-Tu papá hablo con los papá de Alex y dijeron que podrían hacerse cargo de ti en todo el viaje.
-¿ De verdad?. Mi corazón salta de alegría.
-Si el hablo con ellos ayer, le planteo nuestra situación y dijeron que sí. A ella se le ilumina la cara de felicidad y sus ojos verdes cansados brillan.
-Ya llegamos. Grita papá desde abajo y Valerio se asusta y empieza a llorar, se lo entrego a mi mamá para que lo calme y me voy a mi cuarto.
…
Cada ves los días están más cerca de la graduación y del viaje, papá me regala una maletas grandes negra, saco toda mi ropa del armario y busco la que más abrigue porque averiguamos que esta haciendo frío, salí con mi papá el fin de semana pasado y compré una pintura para mi cuarto porque ya no me gusta verlo todo de blanco.
Faltan tres días para la graduación y ya tengo todo listos, absolutamente todo listo porque mi mamá se me hizo una lista de lo que podría necesitar. Me pongo a pintar el cuarto a las tres de la tarde, el color de la pintura es rosa suave . Busco una braga de jean que me puse cuando pinte el cuarto de Valerio que tengo para pintar. Empiezo a cubrir todo con periódico, plástico y sábanas para que nada se me manche. Me coloco los manos libres y empiezo a pintar, mis músicas son variadas y hermosas. “ PARA NOSOTRAS SOLAMENTE”. Me recuerdan mis pensamientos. Presiento que alguien está detrás de mi, al voltear me encuentro a Alex apoyado en el marcos de la puerta. Me sobresalto que casi voto la pintura. El se ríe.
-¿ Desde cuándo estás hay?. Le pregunto con un hilo de voz.
-No mucho tiempo. Se le dibuja una linda sonrisa en sus lindos labios.
-¿ Quien te dejo pasar?.
-Tu papá me dijo que estás pintando el cuarto. Y estudia toda la habitación.
-Disculpa por el desastre. Coloco la pintura en el suelo. Y me entierro las uñas en el antebrazo.
-¿ De qué color vas a pintar?.
-De rosa suave. Está vestido con una franela gris unos pantalones negros y unas botas de cuero, trae un suéter negro también pero se lo quita.
-Bueno entonces te voy ayudar.
-No. Digo de inmediato
-¿ Por qué no?. Se sorprende.
-Te vas a manchar la ropa. Le señalo la ropa.
- No te preocupes. Permanecemos un momento en silencio y no me queda de otra que prestarle una brocha.
-Esta bien gracias pero cuidado te manchas. Y comenzamos a pintar. Conecto los altavoces con mi teléfono para que la música inundé el cuarto.
-Como te preparas para el viaje ya faltan dos días.
-Si estoy súper emocionada y ya tengo todo listo y tu.
-Yo también tengo todo listo lo único que falta es que llegue el día.
-Yo no e hablado con Tatiana pero seguro que tiene todo listo también.
-Tus padres son muy generosos, les agradezco mucho la oportunidad de poder irme con ustedes.
-Ellos hablaron conmigo también y me pareció muy bien la idea, solo tenemos es que cuidarte para que no te pase nada. Mi rubor exagerado broma.
-Gracias. Y se regaló una sonrisa el se emociona y sus ojos se le iluminan.
Terminamos de pintar como a las siete, duramos tanto porque estuvimos hablando, Alex contándome sus anécdotas y cosas que hacen sus padres. Nos sentamos en el suelo recostados de la cama.
- ¿ Tu venías para acá o ibas a ser otras diligencias?
-No solamente venia para acá y menos mal que vine porque si no fueras ido por la segunda pared. Le doy un golpe suave en el hombro y el se ríe. Entra mi abuela con dos vasos de limonada nos lo da y dice.
-Mi niña me gusta mucho ese color.
-Gracias abuela a mi también me gusta. Inspecciona el cuarto con la mirada y luego cierra la puerta.
-Valentina me gusta estar contigo. Suelta de repente. Me ruborizó y me empiezo a pellizcar el antebrazo.
-Y ¿ Eso por qué?.
-Contigo es más fácil hablar, de vez en cuando, me siento relajado.
-Yo también me siento bien estando contigo.
-Eso es una buena señal y no quiero que nuestra relación se acabe. “UNA RELACIÓN EN QUE SENTIDO”. Mis pensamientos están dudosos.
- ¿A que te refieres?. No lo veo a los ojos.
-Yo quiero que estemos así, solamente como amigos nada más esa es mi manera de quererte como te dije en el baile.
-Entonces vamos hacer una promesa, pase lo que pase relación que tengamos nunca nos podemos enamorar uno del otro. El se pasa la mano por el cabello.
-¿ Nunca?. Pregunta indeciso.
-No, por eso estamos haciendo está promesa. Y le tiendo la mano. El me observa por un segundo y luego me la estrecha.
-Ok esta bien, nunca entonces. Se levanta y agarra la chaqueta. “SE VA PORQUE LE DIJIMOS QUE SOLO AMIGOS”. Mis pensamientos se nublan. Saca una cajita roja del bolsillo de la chaqueta y se vuelve a sentar a mi lado. “que alivio no se va.- Para terminar de cerrar nuestra promesa habré la caja. Me la da y al abrirla está un collar de bronce y el dije es la mitad de un corazón. En la parte de atrás dice “MEJORES”.
-Y ¿La otra parte?. Me acerca su mano y los dijes se unen automáticamente por un imán. La parte de atrás del dije de el dice “AMIGOS”.
-Esta muy lindo, gracias.
-Ve para ayudarte. Y me ayuda a abrocharme collar.
-Te queda muy lindo.
-Gracias. Me ruborizó. Los ojos de Alex están muy brillosos y radian de felicidad. Se levanta y ahora sí creo que se va.
-Ya me tengo que ir, lo bueno que no me manche tanto.
-Gracias por ayudarme. Me tiende la mano y me ayuda a pararme, se despide, y sale del cuarto. Termino de acomodar el cuarto, limpiar y remodelar a las doce y media de la madrugada.
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El día que me cambio la vida
RomanceDe manera sencilla y con un lenguaje coloquial, la autora hace una narrativa de la cotidianidad propia del adolescente en esta época, donde están presentes la tecnología, las tareas, los amigos, el liceo, las fiestas, las salidas, las obligaciones e...