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O37

pov's omnisciente

—Maldito hijo de perra.

SeokHee gruñó mientras tiraba el teléfono sobre la guantera, había tomado prestado el auto de Hoseok para ir a ver al que fue su esposo. Sin embargo, este no respondió ninguna de sus llamadas. Lo que más quería era decirle un par de cosas, pero si no respondía era imposible. Enojada abrió la puertita y del interior de la caja sacó un paquete de cigarrillos, tomó el encendedor ubicado allí y prendió uno. Suponía que el hombre no se enfadaria por sólo uno. Aunque, ni siquiera sabía que fumaba.

Continuando con su enfado arrancó camino al edificio, no espero que su móvil empezara a sonar como loco, llevándola a orillarse y atender.

—¿Hola?

—¿Kim SeokHee?

—Habla con ella. —suavizo el tono de su voz— ¿Con quien me dirijo?

—Kim NamJoon, policía municipal de este sector.

¿Un policía? El pulso de la femenina tembló, imaginando lo peor.

—O-Oh, ¿Ha... ha sucedido algo?

—En realidad, sí. Odio tener que darle esta noticia, pero se halló el cuerpo de Kim SeonHwa en su apartamento hace exactamente una hora, aparentemente ha sido suicidio. Necesitamos que algún familiar se encuentre con nosotros.

Fue inteligente de su parte haber detenido el auto, dejó caer el cigarrillo fuera de este por la ventanilla y tragó saliva. El teléfono cayó de entre su mano directo al suelo del vehículo, quiso decir algo, pero las palabras fueron arrebatadas de su boca. Estaba sin habla, la noticia la dejó con un pésimo gusto, no tardó mucho para que las lágrimas comenzaran a salir seguido de un grito ahogado en dolor.

Puede que, en realidad, si quisiera al padre de su hija, más nunca podrían continuar juntos. Los errores del pasado los atormentaban, haber tenido una niña juntos los condenó como pareja. Ahora, ¿Qué haría? Tenía miedo se que SolHee la abandona, pero, su padre se fue primero.

( ... )

En la comisaria un hombre de apariencia masculina y piel morena la esperaba sentado frente a una computadora y papeleo. Cuando la notó levantó su mirada, lleno de pena se colocó de pie, incluso siendo el más idiota podría notar como la noticia la destruyó. Lágrimas secas permanecían en sus mejillas, y el maquillaje corrido no ayudaba. Estaba anocheciendo, y el día no podía empeorar.

—Señorita Kim, mis condolencias. —dijo, inclinándose— Gracias por venir tan rápido.

—¿Dónde está?

—¿Hmmh?

—SeonHwa, ¿Dónde está su cuerpo?

—Oh —incómodo desvió su vista de aquella loca mirada desolada—, él está en la morgue siendo analizado. Llevará tiempo, le pedimos paciencia.

—¿Pasciencia? ¡¿Cómo osa pedirme eso?! ¡Estamos hablando del padre de mi hija, tengo el derecho de verlo!

Las personas presentes en la comisaría comenzaron a observarlos sin discreción.

—Entiendo su punto, pero no podemos hacer nada al respecto. El cuerpo podrá ser visitado mañana a primera hora para la decisión de entierro, aunque no parezca suele haber más caso de estos de lo que nos gustaría. —la mujer sollozo, cubriendo su cuerpo— Me gustaría ayudar más, pero hasta aquí llega mi poder. Usted era su ex esposa, ¿O me equivoco? —negó— Entonces, definitivamente la carta era para usted. —del primer cajón sacó un sobre blanco— Aunque fue un aparente suicidio, por esta cara, el equipo se encuentra examinando su casa. Ante la más mínima noticia nos contactaremos con usted, y la madre de Kim SeonHwa.

—Esa mujer esta loca, no sirve de nada contactarse con ella. —dijo, apretando contra su pecho la carta— Diríjase a mi de ahora en adelante, yo me encargaré de todo.

—De acuerdo. —asintió— Nuevamente, mi más sentido pésame.

La femenina no espero más a irse, y dejando atras al apuesto policía caminó a toda velocidad hacia el vehículo. El bilis subía por su garganta. Una vez en el auto, cerró con fuerza la puerta e intento abrir con rapidez el sobre. «Para Kim SeokHee, mi amado primer amor...»