Capítulo 31: Pertenecer

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TEAGAN:

Por unos segundos solo puedo escuchar el eco del disparo en mis oídos y el zumbido que deja tras de ello. Mi barbilla tiembla y me trago un sollozo cuando asimilo lo que está sucediendo.

Observo a Connor, cada parte de su cuerpo verificando que la bala no ha sido dirigida hacia él y luce tan desconcertado como yo lo estoy cuando me doy cuenta de la persona que sangra. La expresión del rubio que me secuestró es de pura confusión mezclada con dolor mientras sostiene su pierna derecha donde la bala terminó y sé, por mi experiencia en anatomía, que la sangre que sale sin cesar no es buena señal para él.

— ¿Qué mierda, jefe? —espeta con el rostro sonrojado por el esfuerzo que hace por mantenerse en pie. Lo único que logra con su protesta es que otro disparo resuene y otra bala termine en su pierna izquierda. Llevo una mano temblorosa a mi boca, dándome cuenta que he apretado mis puños todo este tiempo con la suficiente fuerza para hacerme daño en las palmas de mis manos.

Él no puede sostenerse más y cae al suelo, mascullando cosas que no logro entender. Los hombres que se mantenían alejados junto a ese hombre de traje -que solo permanece en silencio y neutral a pesar de toda la escena frente a sus ojos-, se acercan cuando su jefe los señala.

—Intercambiemos lugares —hace un gesto hacia Connor y se coloca a mi lado sin soltar mi brazo. Los pocos centímetros que se aleja me permite tomar un doloroso respiro mientras observo cómo el enorme hombre calvo desata a Connor y su compañero arrastra al imbécil que me abofeteó hasta prácticamente colgarlo de sus brazos, ya que no puede sostenerse en pie. Sus alaridos de dolor me hacen estremecer, pero no me muevo, quejo o hablo. Solo permanezco en silencio, sabiendo que es lo mejor que puedo hacer ahora que un arma no está apuntándome.

Hay una pequeña sensación de alivio en ver a Connor sin esas cadenas rodeando sus muñecas y tobillos. Retengo las ganas de correr hacia él y abrazarlo para decirle que todo estará bien aunque sea una mentira solo para tratar de tranquilizarme a mí más que a él; sé que ese no sería un movimiento inteligente de mi parte cuando toda esta situación se ha vuelto tan confusa.

» ¿De verdad creías que me tomaría tantas molestias por un inútil desechable como Davis? Cuando el plan era que cuando me fastidiara de jugar con él simplemente lo mataría y arrojaría su cuerpo al río —por primera vez en la última hora el que está al mando pierde la paciencia y su voz denota enojo. Un escalofrío me recorre ante su declaración—. Sé perfectamente que él no mató a mi informante, no había manera de que lo supiera, pero sabía que había alguien que estaba planeando traicionarme incluso antes de que Rafael me pidiera estar atento a un posible traidor. Solo esperé a que hicieras un movimiento en falso

—Maldito... imbécil —masculla el rubio con esfuerzo. Caigo al suelo cuando el hombre me suelta y tropiezo con mis propios pies. Me sostengo con mis manos, amortiguando lo que pudo ser un fuerte golpe, pero daño los pequeños cortes que yo misma hice con mis uñas en las palmas de mis manos.

Miles de alarmas resuenan en mi cabeza cuando soy consciente de lo perjudicial que el maltrato que estoy recibiendo puede ser para mí si logramos salir de esta.

Trato de alejarme lo más que puedo del hombre que ahora se coloca una nudillera en su mano izquierda y golpea al rubio en un costado por unos minutos que parecen interminables. El sonido del metal golpeando la carne y los gritos de dolor me hacen soltar lágrimas silenciosas. Cubro mi boca con ambas manos y giro mi rostro hacia otro lado solo para descubrir que el tipo serio de traje ha caminado hacia mí y me lanza una mirada de advertencia.

Caótico Pasado (#1 Trilogía Vidas Tormentosas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora