Caótico Pasado (#1 Trilogía Vidas Tormentosas)

Capítulo 23: Incertidumbre (Parte 1)

TEAGAN:

— ¿Cabello morado oscuro pre–graduación?

—Todo buen cambio necesita ir acompañado de otros buenos cambios, descorazonada —la observo sentarse en el taburete a mi lado y sacudir su cabello exageradamente para mostrarme su nuevo estilo.

—Cuando llegamos a Northern University no teñiste tu cabello de otro color, Lesbi–Winnie —aporto, alzando la voz para escucharme por encima de la música cuando ésta comienza con otra canción.

—Eso es porque ese fue un mal cambio, nos botaron de Southern University como malditas pestes —hace un aspaviento antes de inclinar su cabeza y tomar su trago. Me sobresalto cuando dos brazos me envuelven por la espalda inesperadamente, pero me relajo en cuanto reconozco el excéntrico aroma de Bailey.

—Es todo un milagro encontrarte por aquí sin algún miembro de tu familia postiza, mi descorazonada —dice Bailey prácticamente gritando en mi oído, lo que ocasiona que Winnie también escuche su comentario.

—Es todo un milagro no verte con hojas de diseños pegadas a tu culo multicolor, niña con pene —sonrío, colocando una de mis manos sobre las suyas, las cuales se encuentran unidas en mi abdomen.

—Bendito dios ya no tengo más diseños que entregar, solo queda esperar los finales y estaremos fuera —suspira, moviéndose de un lado a otro aun abrazándome—. Es la única razón por la que estoy aquí, aunque saben muy bien que no soy fanático de las fiestas universitarias

—No es una fiesta universitaria —río, ladeando mi cabeza para observarlo. Él, por supuesto, luce tan llamativo como siempre, las luces son escasas a nuestro alrededor, pero estoy segura que si él desaparece entre la multitud aun así lo encontraríamos gracias a su camisa rosa fosforescente y el exagerado brillo de labios que podría apostar mi paga a que destaca en la oscuridad.

—Hay suficientes universitarios aquí para que parezca una —refuta, haciéndole una seña al caliente barman moja–bragas. Winnie me señala con su vaso, golpeando un costado de mi muslo para llamar mi atención.

—La niña con pene tiene razón, has pasado mucho tiempo con nosotros ahora que nos la hemos pasado como ratones de biblioteca tratando de ser buenos estudiantes que están jugándose su bendito futuro —habla tan rápido que tiene que hacer una pausa y tomar aire antes de continuar—. Por eso es totalmente extraño que cierto chico tinta no esté detrás de ti como el serio sobreprotector que es.

—A él... no le agrada Paradise por alguna extraña razón y yo quería tener una salida con mis homosexuales favoritos —dejo de verlos y me giro a tomar mi bebida. Es cierto que quería pasar tiempo con ellos, pero detrás de esta salida en la que prácticamente rechacé a Connor –mintiendo sobre que ya había quedado de salir con ellos desde hace unos días cuando en realidad yo se los había dicho hoy antes de ir al trabajo–, estaba el hecho de que ahora era yo la que retrasaba la inminente conversación que estaba pendiente desde esa noche en el parque natural. Connor solo me había llevado a mi residencia y se fue, prometiendo llamar luego. Y lo hizo, pero entonces fue mi turno de evadirlo.

—Eso lo entendería si pasaras todo tu tiempo con él, pero entre la escuela, el trabajo y nosotros, le das tiempo muy limitado al chico tinta y la mayoría de las veces es en tu cama o en la suya —opina Bailey, llevando su atención al barman cuando éste se acerca a servirle su bebida.

—Es porque se supone que así sea, solo sexo —me encojo de hombros, tomando otro trago.

—Uh, oh, ve a contarle ese cuento a otros idiotas —alzo mis cejas hacia Winnie cuando alza su voz y azota su vaso en la barra. El barman se detiene al dejar más tragos a las chicas a nuestro lado y nos mira con curiosidad antes de retirarse cuando le sonrío dulcemente, haciéndole saber que no pasa nada. Winnie continúa, calmándose—. Ustedes son exclusivos, dijeron que dejarían fluir toda esa tensión y ver qué sucedía. No hay una etiqueta establecida ahí, pero a veces no es necesario darle un nombre en voz alta para saber lo que es.