Caótico Pasado (#1 Trilogía Vidas Tormentosas)

Capítulo 32: Nuestra

TEAGAN:

— ¿Papi? ¿Estás bien? —pregunto con preocupación cuando solo permanece en silencio después de contarle lo sucedido.

Incluyendo la parte donde su esposa dió información a un mafioso sobre su hija menor sin importarle lo que podía pasar.

Me habría gustado omitir esta parte de la historia y ahorrarle el sufrimiento a mi padre de otra decepción más sobre su esposa, pero tenía muy claro que no quería cerca a Lucrecia nunca más. Por mi bienestar emocional y el de mi bebé.

Suficiente tenía con que minutos después de que le confesara a Connor mi embarazo, dos agentes llegaran exigiendo mi declaración acerca del secuestro. Connor me había resumido la historia que daría en su declaración como le había pedido su tío Smith, así que fui cuidadosa diciendo la parte de mi secuestro y los tres hombres involucrados en ello: El Pantera, el Güero y el chófer.

Sobre el resto de la situación, solo mencioné que me había desmayado y que todo era muy difuso para mí, por lo que no recordaba si había alguien más en ese lugar.

Todo había sido tan difícil que incluso comencé a tener una crisis cuando obligaron a Connor a irse y me generó ansiedad que lo alejaran de nuevo de mí. Afortunadamente Estela y papá llegaron justo en ese momento.

Papá había viajado desde casa porque se había enterado de mi desaparición cuando Estela se puso histérica al enterarse por Rafe de la verdad sobre el porqué no había vuelto a casa.

Así que ambos viajaron toda la noche en mi busca y volvieron locos a todos cuando amenazaron con salir a las calles a buscarme. Afortunadamente Smith estuvo ahí para detenerlos cuando estuvieron dispuestos a ir al lugar donde descubrieron que me habían llevado.

Después de analizarlo mucho decidí contarle la verdad a papá sobre lo que había hecho Lucrecia, quería que él comprendiera mi renuencia a su insistencia sobre tratar de acercarme a ella.

Solo que ahora su reacción me estaba haciendo dudar y reprimo las ganas de alzar la sábana y acercarme a él porque aún no he llegado a la parte de la noticia de mi embarazo.

—Necesito llamar al abogado —dice, pasando una mano por su rostro. Hay una expresión en su rostro que nunca antes había visto y eso me asusta.

— ¿Qué? ¿Porqué? —me alerto ante su sorpresivo comentario.

—Empezaré el trámite del divorcio —dice con firmeza. Parpadeo varias veces, sin creerme lo que está diciendo. Mi padre había luchado con uñas y dientes por mantener a su familia unida. Esto es algo que no me esperaba.

—Papi, no es la razón por la que te conté lo sucedido —suspiro a pesar de que su declaración no me causa ningún malestar, pero me siento obligada a aclarar el asunto—. Solo quería que comprendieras que esta vez no cederé a intentar mantener una relación con ella

—Te entiendo, hija, pero aún así siento que es lo correcto. Tu madre nos ha causado mucho daño y estoy cansado, no puedo seguir luchando por un caso perdido. Te entregó a ese hombre y que dios me perdone, pero estoy aliviado de enterarme que está muerto

—Ese hombre me habría encontrado así estuviera al otro lado del país, se habría enterado de mi relación con Connor de una forma u otra —su enojo aparece de nuevo como cuando le narré la parte de mi secuestro.

—Ese malnacido...

—Y papá —lo interrumpo con voz suave—. Tampoco quiero que culpes a Connor, por favor, prométeme que lo escucharás y tratarás de comprenderlo

Papá suspira y relaja su expresión, viéndome con ternura, pero aún así espero impaciente por su respuesta.

—Mi pecosita, yo no culpo a ese muchacho ni a ti de nada de lo que les sucedió. Sé cuánto te ama y que jamás haría algo para dañarte intencionalmente —suspiro de alivio al escuchar sus palabras—. Aquí el único culpable es ese hombre despreciable