Capítulo 25: Martin Kline

123 11 0
                                    

TEAGAN:

—Maldita sea, Teagan —el susurro ronco de Connor envía un escalofrío por todo mi cuerpo, sus caderas empujando contra las mías, una de sus manos sosteniendo mi cabello húmedo y la otra contra el espejo a mis espaldas. La toalla afelpada se encuentra alrededor de mi cintura y la fricción de cada embestida hace cosas locas a mi cuerpo.

Sostengo su cabello, soltando un gemido de frustración porque él solo está mirando a un punto específico de mi cuerpo, sin tocarme y eso me frustra.

Él lo sabe y por eso se encuentra sonriendo.

La parte de mi cuerpo que está siendo portadora de su atención son mis pechos, ya que recordó aquella tarde en que Bailey tenía sus manos en mi cuerpo y preguntó la razón. Después de escuchar mi explicación a las descabelladas ideas de mis amigos decidió que también quería hacer investigación sobre los cambios que ellos notaron y entró al pequeño cuarto de baño justo cuando terminaba lo que se supone sería una ducha tranquila.

—Connor —gimoteo y él alza su cabeza para besarme, baja la mano que permanecía en mi cabello y la coloca en mi cintura para empujarme hacia él. Ambos balbuceamos incoherencias y soltamos maldiciones cuando me dejo llevar por la gloriosa nube del deseo y casi en seguida él está siguiéndome.

Su frente cae contra la cima de mi cabeza y permanecemos en silencio. Ha habido mucho silencio entre nosotros cuando no nos encontramos enredados el uno del otro. Es difícil para ambos ignorar que cada increíble encuentro es casi como una despedida.

—Chicos —los golpes en la puerta ni siquiera nos sorprenden, sabíamos que no estábamos solos. Es por eso que Connor no hizo su investigación en la habitación y esperó hasta que entré en la ducha—. Agradezco al cielo que tendremos habitaciones separadas en el nuevo departamento porque aunque estoy feliz por todo el -por lo que puedo escuchar-, increíble sexo que están teniendo, yo de verdad no voy a extrañar que invadan mi baño cuando quiero mear. Aparte necesito que me ayuden a terminar de empacar, así que les suplico que salgan ya.

Ambos suspiramos, apartándonos. Connor me ayuda a bajarme y sube su pantalón mientras yo vuelvo a enredar la toalla alrededor de mi cuerpo.

Como la graduación estaba cerca era necesario que buscáramos un lugar al que mudarnos y esta tarde estábamos instalándonos en el departamento nada ostentoso que conseguimos alquilar. Bailey se había adelantado, el chico con el que estaba saliendo lo estaba ayudando a organizar los pocos muebles que conseguimos. No teníamos salarios muy altos, por lo que todavía se veía muy vacío a pesar de no ser demasiado grande.

Cuando salimos del baño, Winnie pasa entre ambos y corre a hacer sus necesidades. Sin decir una palabra, Connor se encarga de apilar mi ropa en mi maleta más grande y guardar mis demás pertenencias en la maleta más pequeña mientras yo termino de vestirme.

— ¿Qué harás después de la graduación? —pregunta cuando me acerco a ayudarlo ya vestida con la holgada ropa deportiva que he optado por usar las últimas semanas por comodidad.

—Papá quiere que vaya a casa, Lorna... está empeorando —suspiro, tragando el nudo en mi garganta. Connor cierra la maleta grande y se gira a verme.

— ¿Él cree que ella...? —deja la pregunta al aire, pero sé a lo que se refiere. Todos sabemos que quizá el momento que tanto hemos temido esté cerca.

—Ha estado teniendo muchas peleas con Lucrecia por eso. Incluso dijo que quizá no llegaría para la graduación, debe evitar que Lucrecia torture más a los doctores exigiéndoles hacer su trabajo de la forma que ella desea

—Es una mierda. Todo esto es una mierda —frunce el ceño con enojo y sé que no se refiere solo a Lorna, sino a todo lo demás.

—Una absoluta mierda —acuerdo, terminando la conversación cuando Winnie sale del baño y nos apresura para dejar la residencia.

Caótico Pasado (#1 Trilogía Vidas Tormentosas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora