XX

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Ambos protagonistas se encontraban sentados en la cama de la habitación del menor. Las palabras no salían de la boca de ninguno de los dos.

– ¿Entonces lo planeaste todo? – preguntó el castaño, rompiendo aquel silencio.

– Si. – respondió suavemente.

– ¿Por qué no me lo dijiste? – consultó con notable desconformidad.

– Tenía miedo de que las cosas se salieran de control si te lo decía, además de que podría haber sido peligroso para ti. Se el tipo de persona que fue y es Yoohyeon y te aseguro que pagará por todo lo que hizo. – explicó.

– ¿Cómo esperas que crea todo lo que dices? ¿Cómo puedo saber que este no es un plan tuyo junto al estúpido de Hong? – lo interrogó con algo de enojo.

– ¿Realmente crees que eres un juego para mí? – preguntó para reír sin gracia. – ¿Crees que renuncie a todo solo para cagarte la vida? Si hubiera querido irme de tu lado lo habría hecho hace mucho tiempo, pero mírame, aquí estoy. – continuó hablando.

Tenía razón, ¿Por qué alguien tan inteligente como Kim no podría huir de ellos? Ante cualquier oportunidad pudo haberse ido.

– No hables sin saber hyung. Sé que es complicado para ti volver a confiar en alguien, pero comprende que yo tengo sentimientos por ti. Realmente me gustas y hago todo esto por ti, me volví algo que nunca imagine, pero al ver tu sonrisa, sé que es lo correcto. – dijo mientras tomaba las manos ajenas.

Sus miradas se encontraron e instantáneamente quedaron hipnotizados con los orbes ajenos.

¿Por qué hacían que el amor se viera de manera tan compleja? ¿Por qué las situaciones no pueden ser más fáciles de resolver? ¿Es tan difícil vivir en paz y ser feliz? Al parecer sí.

– Hyung, lamento haberle ocultado todo, espero que sepa disculparme. – dijo con sinceridad.

El mayor soltó un suspiro, se sentía débil ante aquel pelinegro, el cual hacia que su corazón latiera con gran velocidad.

– No puedo enojarme contigo. – habló resignado.

Una sonrisa se hizo presente en el de mayor estatura y rápidamente abrazo al más bajo, logrando que este mismo sonría.

— ¿No piensas responder mi confesión? — preguntó el más joven.

— Tú también me gustas Kim, me gustas desde el primer momento en que te vi, a pesar de que en ese instante no era consciente de ello. — dijo con sus brazos posados en los hombros ajenos.

Una boba sonrisa se hizo presente en el rostro del de cabello oscuro, sus manos estaban, como de costumbre, en la delgada cintura del más bajo.

— Entonces, Lee Jong Suk, ¿Me darías el honor de ser tu novio? — preguntó observando aquellos orbes que tanto amaba.

La felicidad que sentía el castaño era enorme. Había estado esperando aquella pregunta por mucho tiempo y a la vez poco. Su corazón latía con rapidez, sus estómago se sentía extraño y sus piernas temblaban ligeramente.

Con una deslumbrante sonrisa y un brillo único en sus ojos, respondió:

— ¡Claro que sí, Seokkie! — dijo fuerte y alegremente.

Dicho aquello, sus labios se unieron en un deseado beso, uno lleno de sentimientos como amor y fecilidad, de seguridad y tranquilidad. Pero poco a poco, las cosas se fueron intensificando más y más, las lenguas de ambos adultos se encontraron para comenzar un baile estrictamente coordinado.
Una vez que se separaron, ambos pudieron observar como el opuesto estaba con la respiración irregular.

— N-no creí que nuestro primer beso como pareja seria tan…así. — expresó Lee.

— ¿Acaso no recuerdas la vista previa? — dijo el más alto, comenzando a arrinconar al contrario.

Una sonrisa que jamás Jongsuk había visto se hacía presente en la cara de Kim. Una sonrisa traviesa y coqueta.
El mayor retrocedió hasta chocar con el escritorio del menor.
Shin tomó la cintura del castaño, levantándolo y sentándolo sobre el ya nombrado escritorio, posando sus manos a cada costado de Lee.

— Tú mismo te metiste en esto hyung. — le susurró en el oído.

— Creí que eras más del tipo romántico, de esos que van lento. — habló bajo debido a su repentina timidez.

— No me digas que no quieres hacerlo, somos pareja hyung, es normal que tengamos sexo. — se burló.

— ¡Lo dices con tanta naturalidad! — se quejó sonrojado.

— Eres jodidamente adorable Suk hyung. — dijo para besar la mejilla derecha del nombrado.

Sin saber que decir, se dejó llevar por los besos que comenzaba a repartir el de pelo negro sobre su cuello. Soltó leves gemidos, era realmente sensible al tacto que estaba otorgándole el mayor.

— Hyung, no creí que usted fuera tan sensible. — susurró en el oído del opuesto.

— Y-yo tampoco lo sabía. — dijo con la voz entrecortada.

Los besos fueron bajando del cuello a las clavículas del castaño, luego fueron hasta los pezones del mismo.
Comenzó a chupar y morder estos, sacándole fuertes jadeos al de mayor edad.

— A-ah e-estoy... — no pudo continuar hablando.

— Lo se hyung, está duro. — dijo con una sonrisa.

Dicho esto apretó el bulto que se había formado en los pantalones ajenos, sacándole un fuerte gemido al más bajo.

— N-no lo h-hagas. — suplicó.

— ¿Estás seguro de que no quieres que lo haga? — susurró sobre sus labios mientras metía su mano en los pantalones ajenos.

— A-así~ — gimió en cuanto el menor comenzó a masturbarlo.

— Creí haberte oído decir que no querías, bebé. — dijo para morder el lóbulo de la oreja del opuesto.

— Y-yo a-ah~ — gimió viniéndose sobre la mano del pelinegro.

Que le haya dicho bebé logró que su exitación subiera un 100% más.

— Cariño, ¿Acaso te exito tanto como para correrte en tan poco tiempo? — susurró sobre los labios del mayor.

Las palabras no salían de la boca de Lee, estaba tan sonrojado y jadeando que apenas procesaba lo que estaba ocurriendo.
El menor decidió continuar. Se quitó su camisa, su pantalón y boxer e hizo lo mismo con la vestimenta de Jongsuk.

Buscó en el cajón del escritorio un pote de lubricante y un paquete de condones. Puso el primero alrededor se sus dedos y dijo:

— Esto se sentirá raro y quizás duela un poco. — advirtió.

Recibiendo como respuesta un asentimiento, Seok metió su dedo del medio dentro de la entrada del mayor sacándole un fuerte gemido.

Eso recién estaba comenzando.

¿Es correcto amarte? | Lee Jong SukDonde viven las historias. Descúbrelo ahora