XXII

243 30 1
                                    

Comenzaba un nuevo día. La luz natural se adentraba por la ventana de la habitación de cierto pelinegro. Los ojos del mismo comenzaron a abrirse lentamente, se sentó, restregó un poco sus orbes y miró al lado izquierdo de su cama. Una sonrisa se hizo presente al recordar lo sucedido durante la noche anterior.

– Despierta, Suk hyung. – habló suavemente, acariciando el cabello del nombrado.

Con lentitud, el de mayor edad inicio su día. Se sentó con pereza y rápidamente soltó un leve jadeo de dolor.

– A-ah, mi espalda. – se quejó adolorido.

– ¿Le duele, hyung? – preguntó en modo de burla.

– M-mocoso. – murmuró avergonzado.

– Tú mocoso. – continuó molestándolo.

Luego de oír el bufido del castaño, el menor decidió levantarse y dar por comenzada su rutina diaria. Cuando se levantó, un fuerte sonrojo invadió el rostro de Lee, a pesar de lo que había sucedido la noche anterior, aun se sentía con timidez, ¿Dónde había quedado su versión tan descarada?

– ¿Qué pasa, lindo? ¿Acaso quieres repetir lo de anoche? – preguntó con un tono coqueto.

– Y-yo… – dijo nervioso.

– No sabía que eras insaciable, cariño. – siguió burlándose del contrario.

– Y-ya déjame de molestar y vete a cambiar. – dijo mirando al suelo.

– De acuerdo, comprendo que no quieres una erección mañanera. – se río para seguidamente entrar al baño.

Una vez listos, ambos adultos bajaron al comedor, donde se encontraron con sus dos restantes colegas.

– Pude oír que anoche no perdieron el tiempo. – comenzó a molestarlos el de cabellos rubios apenas los visualizo.

El de cabello rojo negó con la cabeza en modo de “nunca va a cambiar”.

– ¿No hacen ustedes dos lo mismo? – respondió el menor.

– Iugh, yo no tengo tan malos gustos. – dijo a la defensiva Liheon.

– Mi respuesta será más que obvia, no me gusta la gente intensa. – dijo con neutralidad Mihyuk.

– ¡¿Me estás diciendo intenso?! – dijo notablemente ofendido el más bajo de la habitación.
Así inicio una pelea a muerte entre los dos.
– Cambiando de tema, ¿Por qué estás tan callado, Suk? – preguntó el rubio.

– ¿No puedes mantenerte un rato callado? – dijo masajeando su cien el mayor de todos.

– Liheon hyung, si ya sabe la respuesta, ¿Para qué pregunta? – respondió el más alto de todos con una sonrisa.

Esa respuesta dejo satisfecho al de escasa estatura.

– ¿Y qué haremos hoy? – preguntó el pelirrojo.

– Ya que obtuvimos lo que deseábamos, podemos liberar a Lim Jinseo. – habló el del pelo oscuro mientras bebía su café con tranquilidad.

– ¡¿Liberarlo?! – exclamó el tercer mayor.

– Si, Heon hyung, lo que oyó. – afirmó Kim.

– ¿Por qué haríamos eso? – preguntó el mismo.

– Porque ya obtuvimos lo suficiente de él, aun es joven y creo que también obtuvo mucho de nosotros. – lo último lo dijo mirando a su actual pareja.

Este mismo soltó una sonrisa un tanto perversa. Como amaba cada expresión de ese hombre, se sentía tan gay y por Suk, definitivamente lo era.

– ¿Entonces quien llevara a Lim a su hogar? – cuestionó el segundo mayor.

– Lo llevaremos Jongsuk hyung y yo. – Contestó.

– Día libre, wiii. – dijo con alegría el tercer mayor.

– No es así, ustedes tienen que vigilar con suma atención a Hong. – dijo con seriedad, apuntando a Liheon.

– Tks, bien. – dijo bufando.

– ¿Y por qué iras con Suk? Tranquilamente podrías ir tu solo. – agregó el de cabellos carmesí.

– Es que si voy solo se pondrá celoso. – dijo con una sonrisa.

– ¿Q-qué? – dijo el mayor sorprendido.

No esperaba tal atención de parte del de cabello oscuro. Estaba más que claro que de ahora en adelante todo sería diferente, pero no pensó que su personalidad pasaría a ser un tanto tímida ante aquel hombre, que cabe recalcar que lo traía loco de amor.

Tiempo después, terminaron de hablar. Ambos jóvenes adultos fueron a buscar al adolescente para llevarlo de regreso a su hogar o al menos, cerca de este.
Entraron al cuarto en el que estaba, Lee lo tomó del brazo y lo arrastro a la parte trasera de uno de los tantos coches que tenían en el garaje.

– ¿Q-qué m-me h-harán? – preguntó con notable miedo.

– Te llevaremos a casa. – respondió el más alto, comenzando a arrancar el auto.

– ¿E-en serio? – cuestionó nuevamente, totalmente sorprendido.

– Si, sinceramente no fue mi decisión, sino, tu destino no sería ese. – habló esta vez el castaño, con una de sus sonrisas siniestras. 

El pobre muchacho tembló en su asiento, estaba a punto de llorar del miedo que le provocaba aquel sujeto.

– Ya deja de intimidarlo hyung, es solo un niño. – lo regañó el menor.

– Pff, no dejas que tu hyung se divierta. – se quejó.

– Lim. – lo llamó Seok.

– ¿S-si? – respondió nervioso.

– Si le dices a alguien sobre quiénes somos y donde estamos, considérate muerto. – hablo con total seriedad.

– D-de acuerdo. – respondió con temor.

– Tienes suerte, nadie ha escapado de nosotros con vida. Al parecer el nuevo miembro es realmente bueno y no deja que matemos a nadie por diversión. – habló mirando a Shinseok.

Una gran parte de ese joven rubio le decía “muchas gracias joven Kim, por dejarme ir”.
Al llegar a un lugar que se encontraba a aproximadamente veinte cuadras del hogar del chico, Seok paró el vehículo y bajo de este. Abrió la puerta trasera e hizo que el más bajo saliera del automóvil, el joven sin chistar lo hizo.

El más alto poso su mano en el hombro del menor y dijo:

– Que esta experiencia te enseñe que ser de familia adinerada no siempre es bueno. Aunque tengas todo en la vida, de un día para el otro puedes perderlo todo, ¿Y qué harás si no eres más que una cara bonita que se dedica a presumir su dinero? Debes ser alguien fuerte y con habilidades. Si eres como ahora, la gente te comerá vivo Lim. – dijo. – Toma esto como una lección muchacho, te salvaste, pero esta será la última vez que sea así. La próxima vez, no te tendré piedad. – advirtió con seriedad.

Recibió repetidos asentimientos de parte del nombrado. Se despidió con un apretón de manos, subió al coche y fue rumbo a la casa.
Tenían que arreglar asuntos pendientes, con Hong, para ser precisos.

– ¿Ahora qué haremos, Kim? – preguntó Suk.

– Nos divertiremos un poco. – dijo con una sonrisa de lado.

Vaya que se divertirían.

¿Es correcto amarte? | Lee Jong SukDonde viven las historias. Descúbrelo ahora