XXIII

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Advertencia:
Este capítulo obtiene violencia física y verbal, si no te agrada este tipo de contenido recomiendo que no lo leas.

Entraron en el cuarto en donde se encontraba Hong. Sinceramente, era una habitación que se encontraba en buenas condiciones.

– Vengo con visitas, Hong. – dijo el de cabello oscuro una vez estuvieron dentro de la ya nombrada habitación.

El nombrado levanto su mirada, se veía destrozado, con ojeras, marcas de la soga en sus pies y muñecas.

– Oh, cierto que no puedes hablar, es una lástima. – dijo el mismo con falsa tristeza.

En la boca del castaño claro había una especie de tela, la cual obviamente, le impedía hablar.

– ¡Qué lástima! – dijo de la misma forma, Lee.

– ¿Qué deberíamos hacer, Sukkie hyung? – preguntó el menor.

– ¿Quitárselo? – preguntó.

– Que buena idea hyung. – dijo para apretar su mejilla derecha.

Hicieron lo dicho anteriormente. Apenas le sacaron aquella tela que cubría sus labios, Yoohyeon comenzó a hablar.

– ¡Maldito Lee! – soltó con furia. – Siempre arruinas todo. – dijo con notable enojo.
– ¿Eso crees? – preguntó el mismo. – ¿O acaso estas celoso de que esta vez yo gane? – continúo preguntando con una sonrisa de lado.

– Tú maldito- – fue interrumpido.

– Shhh, haz silencio, tu voz me fastidia. – dijo el menor.

Al hablar se sentó sobre la cama que se encontraba en la esquina de la pieza.

– ¿Qué es lo que quieren? Se los daré, pero déjenme ir. – rogó el castaño claro.

– Sabes, me cansa que todos digan los mismo. – confesó el más alto.

– Si, es tan patético. – confirmó el mayor.

– No lo escuches Kim, tú eres inteligente sabes que es lo correcto. – intentó convencerlo el secuestrado.

– Si dices que soy inteligente obviamente debes saber que no te dejaré vivir, eres una escoria para mí. – dijo con una sonrisa.

La palidez se apodero del rostro de Hong, realmente no esperaba tales palabras de Kim.

– P-pero- – fue interrumpido.

– ¿Se siente bien recibir tu propia medicina? – pregunto agarrando al contrario del cabello, tirando fuertemente de este.

– A-ah p-pero yo lo quiero. – dijo mientras jadeaba de dolor.

– ¿Oí bien? ¿Lo quieres? – rio fuertemente. – Pues mira como él te quiere. – dijo acercándose al menor.

Tomó al mismo de la nuca y lo atrajo hasta sus labios, creando un beso apasionado. Sus lenguas se movían con sincronización, luego de un tiempo se separaron.

– ¿V-ves cómo te quiere? – dijo con satisfacción, su respiración aún era irregular.

– ¡Eres una zorra! – le gritó con enojo. – Le entregas tu trasero a cualquiera. – agregó.

Rápidamente el rostro de Yoohyeon cambio de enojo a terror al ver la mirada que le dedicaba el de cabello oscuro.

– Repítelo, hazlo. – dijo levantándose de la cama, caminando lentamente hacia el opuesto.

– Y-yo solo dije la verdad. – continuó hablando.

– ¿Acaso no sabes cuándo callarte? – pregunto con enojo.

Una vez que estuvo frente al castaño claro, no se contuvo y le dio un fuerte puñetazo, logrando que Hong callera con silla y todo.

– Es curioso que una zorra le diga zorra a alguien más. – dijo caminando alrededor de el mismo.

Jongsuk apreciaba aquel espectáculo, amaba que el más alto se enojará por insultos que eran dirigidos a él.

– ¿Crees que no te investigue con profundidad? – preguntó con una sonrisa de lado. – Cada archivo que leía era más repulsivo que el otro. – agregó con asco.

– Auch, eso debido doler, ¿Verdad Hyeon hyung? – dijo con burla el mayor.

– ¡Ya cierra la boca Lee! – gritó con furia.

– ¿Acaso no lo puedes aceptar? Perdiste Hong, yo gane la guerra. – pateó el estómago del nombrado.

—¿Qué te hace creer que ganaste? Aún sigo aquí, y apenas salga les haré la vida imposible. — dijo con odio.

— ¿A ti qué te hace creer que saldrás de aquí? — dijo el pelinegro.

— ¿Qué? — preguntó con sorpresa.

Se veía horrible, parecía estar a nada de entrar en la locura, estaba desesperado.

— No saldrás de aquí y, si lo haces, no será con vida. — dijo el menor sacando un bate de un bolso.

El miedo se hizo presente en el castaño claro, no esperaba que Kim fuera a ser ese tipo de persona. Había dejado ir al niño Lim, ¿Por qué con él no era igual?

— ¿Q-qué e-es lo q-que harás? — preguntó con temor.

— Deberías preguntar: ¿Qué es lo que no haré? — dijo con una sonrisa.

Aquella nueva faceta de su dongsaeng le comenzaba a gustarle demasiado al de mayor edad.

— ¿Por donde podría comenzar? — se preguntó en voz alta el de oscuros cabellos. — ¿Por una pierna? Eso suena bien, aunque tu mereces muchísimo más por todo lo que has hecho. — continuó hablando.

Dicho esto, le dio con el bate en la pierna derecha, Hong soltó un fuerte grito de dolor, ahora su pierna estaba rota.

— Música para mis oídos, ¿Se siente bien, Hong? Recuerdo haber leído que tu hiciste esto muchas veces con tus victimas, ¿Acaso no es una sensación maravillosa? — dijo tomando el mentón del nombrado, para observar mejor el rostro del mismo.

— ¿Puede ser mi turno? — preguntó Jongsuk con un cuchillo en su mano. 

— Claro que si hyung, puedes hacerle todo lo que desees. — dijo con una de sus bellas sonrisas.

Y así comenzó a "divertirse" el de menor altura, mientras que Seok se dedicaba a observar aquel espectáculo, el cual recién había comenzado.

Una gran cantidad de cortes y puñaladas era presentes en el cuerpo de aquel repugnante sujeto.

— ¿Por qué no hablas? — preguntó Suk. — Creo que un le falta sufrir. — dijo mirando al de cabello oscuro.

— Yo creo que si. — afirmó.

— Se me ocurre una manera de hacerle mucho daño. — dijo posando su mano coquetamente en el pecho ajeno.

— Sabes, noté que la cama de esta habitación se encuentra en muy buenas condiciones, ¿Deberíamos comprobarlo? — propuso entendiendo a la perfección lo que el opuesto deseaba.

— Es una excelente idea, debería premiarte por eso. — halagó, acariciando el cabello ajeno.

Con una gran sonrisa, ambos comenzaron a besarse con lujuria y pasión.

Esa tortura parecía no tener fin para Yoohyeon.

¿Es correcto amarte? | Lee Jong SukDonde viven las historias. Descúbrelo ahora