XXVI

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— ¡Sihyun! — llamó el mayor al opuesto. — Llegó la hora de poner nuestro plan en marcha. — avisó.

— ¡Entendido! — respondió.

La fría noche era serena, oscura y perfecta para liberar a los tres mayores.
Luego de asegurarse de tener todo lo necesario, ambos jóvenes adultos se pusieron en marcha.

— Wow, ustedes realmente tienen mucho dinero. — dijo el castaño al ver todos los vehículos que tenían en el garaje.

— Que puedo decir, así como obtuve medio millón de dólares ellos obtuvieron más antes de que llegará. — explicó.

— Eres inteligente Seok, no me sorprende que seas tan bueno en este negocio. — halagó.

— Deja de halagarme y vámonos. — dijo mientras subía a uno de los autos terriblemente costoso del garaje.

Una vez adentro del coche, arrancaron, yendo rumbo al lugar donde comenzaría y se llevaría a cabo gran parte del plan, la comisaría.
Cuidadosamente, repasaron el plan durante el viaje. Todo estaba más que claro, solo debían hacerlo tal y como habían charlado y las cosas estarían bien.
Una vez que llegaron, ambos bajaron del automóvil con sigilo. Durante la noche había muchos guardias tanto dentro como fuera del lugar. Miraron una vez más sus vestimentas, era realmente conveniente que Sihyun supiera y tuviera la vestimenta de los oficiales.

Con un rostro serio se dirigieron a la entrada. Habían practicado muchas veces como actuarían, por lo cual, no estaban muy nerviosos.
Los policías de la entrada los observaron con duda, pero entonces, Min habló:

— Vine a controlar a ya saben quienes. — dijo mostrándoles su placa.

Su placa mostraba justo lo que necesitaban, por lo cual, aceptaron inmediatamente la petición del castaño, pero no dejarían pasar por alto al otro "oficial".

— ¿Y tú placa? — preguntó uno de los hombres.

Con una sonrisa de lado, mostró su placa. Nada se le escapa a Kim Shinseok.

— Pueden pasar. — dijo otro sujeto y ambos se corrieron de la puerta, dándoles acceso al lugar.

Con sonrisas ambos jóvenes adultos se adentraron en la prisión.

Caminaron hasta llegar a la recepción, dónde se encontraba otro policía.

— Buenas noches oficial Min, ¿Qué lo trae por aquí? — preguntó el hombre de aproximadamente 40 años.

— Vine a supervisar a los tres sujetos que capturé hace unos 5 días. — explicó, — No me da buena espina, siento que deben estar planeando algo, por lo cual, vine con el oficial Kim. Es nuevo, pero tiene grandes habilidades. — le contó muy detalladamente todo al adulto.

— Bien, entonces sean libres de pasar. — dijo con una sonrisa.

Comenzaron a caminar por los largos pasillos, las cosas estaban resultando más fáciles, todo era gracias a que Sihyun era un oficial además de universitario.

— Bien, estamos en la parte más fácil del plan. Lo más complicado era entrar y…salir. — habló Seok.

— Todo saldrá bien, Seokkie. Recuerda que todo lo necesario está en el bolso que está en el auto, no necesitas nada más. Estoy seguro de que lo lograremos. — alentó el de menor estatura.

— Sabes que no me agrada como termina nuestro plan Sihyun. ¿Realmente no hay otra opción? — preguntó.

— Soy oficial, se exactamente lo que debes hacer.

La discusión se detuvo junto con sus pasos. Habían llegado a la celda de Suk, Heon y Hyuk.

— ¿Tienes la llave? — preguntó el pelinegro.

— ¿No la traías tú?

— Mierda, Sihyun, no me digas que no la tienes. — dijo con frustración y pánico.

— Era broma, yo la tengo. — dijo para comenzar a reír, — debiste ver tu cara.

— ¡Eres un idiota! — dijo con enojo, dándole un zape al contrario.

— No tenemos todo el día para escapar, ¿Saben?

— Liheon hyung, es de noche. — dijo Kim.

— ¡No importa! — dijo el rubio.

Mientras rodaba los ojos, Min abrió la celda, dejando libre al trío de amigos.
Apenas salió, Jongsuk se abalanzo a abrazar a su pareja, quien recibió con gusto el gesto.

— Ay, ¿Ustedes sienten está sensación siempre? — preguntó el castaño a los dos mayores.

— Si. — respondió el pelirrojo.

— Con el tiempo te acostumbras. — dijo Liheon.

— También me alegra verlos hyungs. — dijo el más alto del grupo con una sonrisa.

— Bien, continuemos el plan, luego habrá tiempo para abrazos, besos y cochinadas. — dijo volviendo a la seriedad el verdadero oficial.

— Bien. ¿Estás seguro de que la mejor opción es está? — preguntó con preocupación Shin.

— Estoy seguro, esa pared no es tan estable como parece. — dijo con confianza.

— Bien, chicos, pongan los explosivos en esa pared, cuando yo les diga apretaran este botón. — dijo dándoles el aparato.

— ¿Todo bien ahí Min? Escuché que están hablando.

— No es nada oficial, estaba conversando con el oficial Kim. — le gritó como respuesta.

— De acuerdo, cualquier inconveniente avísame. — le gritó desde su lugar de trabajo.

— Si no hacemos esto rápido, comenzarán a sospechar. — habló Lee.

— Bien. Toca el botón cuando yo diga tres. — dijo Seok.

De su cintura saco su revolver y apuntó a Sihyun.

— Sihyun, realmente no quiero hacer esto. — habló mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

El nombrado abrió fuertemente sus ojos y levantó sus manos. Dió unos pasos atrás, pero el grito de a quien consideraba como su hermano lo detuvieron.

— ¡No te muevas! — le gritó.

Obedeció y se quedó dónde estaba con sus manos aún en alto.

El líder del grupo comenzó a contar.

— 1, 2…¡3¡ — gritó.

Jongsuk presiono el botón y Shinseok presionó el gatillo.

— ¡Corran ya mismo! — gritó la pareja del pelinegro.

Sus dos restantes compañeros comenzaron a correr detrás de mayor de todos. Mientras que Seok, observaba como su amigo de toda la vida caía con una herida en su brazo izquierdo. Ambos se observaron con dolor.

— Y-yo… — dijo el más alto.

Pero el menor lo miro con seriedad antes de levantarse y tocar el botón de emergencia.

— ¡Maldita sea Seok, corre! — le gritó su novio desde afuera.

Los dos se observaron por última vez y Shinseok comenzó a correr junto a sus compañeros.

Lo último que oyó fue:

— ¡Oficial Min! ¿Se encuentra bien?

— S-si, pero…el oficial Kim nos traicionó. Él no era un policía, solo quería rescatar a los prisioneros.

Corrieron hasta llegar al auto en el que habían llegado los dos menores. Los cuatro se subieron y Suk arrancó el vehículo y se puso en marcha a toda la velocidad que podía.

Que noche tan…intensa.

¿Es correcto amarte? | Lee Jong SukDonde viven las historias. Descúbrelo ahora