Un instante.
Sus palabras bailan en el aire como un suspiro. La mano que sigue posada en su mentón le sostiene con la delicadeza de una pluma. Sus respiraciones se mezclan como quien intenta robarle el oxígeno de sus pulmones con recelo. Las manos que empuñan la fina tela del pantalón de gabardina marcan nudillos blancuzos. Y la sangre que flota como caricias en sus mejillas pareciera a punto de desbordarse.
Jimin está atónito, completamente en blanco. Su cuerpo no responde y cree que la fuerza de sus latidos acelerados le llevarían a colapsar en el suelo. Las rodillas le habían comenzado a doler a causa de su posición, y podía sentir el picoteo del calambre asustando a sus pies. Sin embargo, aún si el panorama era tan caótico para el pequeño castaño, sus labios dejaron ir un suspiro tembloroso que murió en el pulgar ajeno que se posó sobre su inferior.
"Jimin", su voz es tan profunda que asimila al océano, y siente que su estómago vibra tan sólo por esa palabra.
"¿S-sí?", apenas logra pronunciar, pues su garganta estaba tan seca como si hubiese corrido una maratón.
El silencio abunda en ese instante. El castaño no puede hacer más que observar los labios de corazón que el mayor porta. Porque son suaves y rosados. Porque le gusta mirarlos. Porque le gusta la sensación de tocarlos con los suyos incluso en un efímero toque. No obstante, sus miradas se encuentran finalmente, y tal vez Jimin hubiese querido no haberlo hecho.
Ojos oscuros que reflejan un temblor miedoso y triste. El menor siente cuando el tacto en su piel comienza a desvanecerse, y así mismo, cómo aquel se está alejando hasta ponerse de pie. Sus manos, que sostenían su pantalón, se soltaron tan pronto este se safó de su agarre. Jimin no entiende qué está sucediendo y por qué el profesor ha tomado su abrigo para irse apresurado.
Pero es más rápido, y antes de que abra la puerta, Jimin se lanza contra ella, impidiéndole el camino.
"¿Qué estás haciendo?", el cuestionamiento tiene confusión en el tono, pero predominaba un temblor ligero de su voz.
"¿Yo? ¿Q-qué está haciendo usted? ¿Qué acaba de pasar en la sala?", se atreve a mirarle, aún si sus ojos estaban prontamente hinchados y había un brillo enrojecido en ellos.
YoonGi se queda mudo y aprieta con fuerza el abrigo entre manos.
"Déjame pasar".
"No", Jimin niega, al instante, pegando su espalda a la madera de la puerta casi queriendo fusionarse con ella.
"Jimin, hazte a un lado he dicho".
"¡No!", aquel exclamar fue chillón, y apenas la palabra salió de su boca, las lágrimas comenzaron a bajar. "¡U-usted quiere irse luego de querer besarme, de aceptar besarme!"
"¡Fue un error!", YoonGi se apresura a responder, logrando una punzada inmediata en el pecho del menor.
Tras ello, la mudez nuevamente reina entre ambos. Jimin ya no es capaz de verlo, pero el profesor puede notar cómo sus hombros se sacuden en un llanto silencioso que le estruja el estómago con fuerza.
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pure skin © yoonmin.
FanfictionÉl tan sólo tenía dieciséis años cuando se enamoró perdidamente de un hombre que doblaba su edad y sabía escribir palabras hermosas. ---- contenido explícito y sensible, leer con consentimiento. ---- ©irregularvoice ;; portada hecha por la lindura...